1 Pedro es una carta del Apóstol Pedro a los primeros cristianos que enfrentaban persecución. Anima a mantener una fe firme, esperanza y santidad en medio del sufrimiento, enfatizando que las pruebas refinan la fe como el oro. Pedro llama a los creyentes a vivir honorablemente, someterse a la autoridad y amarse profundamente unos a otros. Destaca el ejemplo de sufrimiento y gloria de Cristo, instando a los lectores a regocijarse en su salvación. La carta asegura que soportar las dificultades por la justicia finalmente conducirá a la gloria eterna y la recompensa.
1. PEDRO, apóstol de Jesucristo, á los extranjeros esparcidos en Ponto, en Galacia, en Capadocia, en Asia, y en Bithinia,2. Elegidos según la presciencia de Dios Padre en santificación del Espíritu, para obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo: Gracia y paz os sea multiplicada.3. Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos ha regenerado en esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos,
1. DEJANDO pues toda malicia, y todo engaño, y fingimientos, y envidias, y todas las detracciones,2. Desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual, sin engaño, para que por ella crezcáis en salud:3. Si empero habéis gustado que el Señor es benigno;
1. ASIMISMO vosotras, mujeres, sed sujetas á vuestros maridos; para que también los que no creen á la palabra, sean ganados sin palabra por la conversación de sus mujeres,2. Considerando vuestra casta conversación, que es en temor.3. El adorno de las cuales no sea exterior con encrespamiento del cabello, y atavío de oro, ni en compostura de ropas;
1. PUES que Cristo ha padecido por nosotros en la carne, vosotros también estad armados del mismo pensamiento: que el que ha padecido en la carne, cesó de pecado;2. Para que ya el tiempo que queda en carne, viva, no á las concupiscencias de los hombres, sino á la voluntad de Dios.3. Porque nos debe bastar que el tiempo pasado de nuestra vida hayamos hecho la voluntad de los Gentiles, cuando conversábamos en lascivias, en concupiscencias, en embriagueces, en glotonerías, en banquetes, y en abominables idolatrías.
1. RUEGO á los ancianos que están entre vosotros, yo anciano también con ellos, y testigo de las aflicciones de Cristo, que soy también participante de la gloria que ha de ser revelada:2. Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, teniendo cuidado de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino de un ánimo pronto;3. Y no como teniendo señorío sobre las heredades del Señor, sino siendo dechados de la grey.