Proverbios 7

La advertencia contra la seductora adúltera

2 min de lectura

1

HIJO mío, guarda mis razones, y encierra contigo mis mandamientos.

2

Guarda mis mandamientos, y vivirás; y mi ley como las niñas de tus ojos.

3

Lígalos á tus dedos; escríbelos en la tabla de tu corazón.

4

Di á la sabiduría: Tú eres mi hermana; y á la inteligencia llama parienta:

5

Para que te guarden de la mujer ajena, y de la extraña que ablanda sus palabras.

6

Porque mirando yo por la ventana de mi casa, por mi celosía,

7

Vi entre los simples, consideré entre los jóvenes, un mancebo falto de entendimiento,

8

El cual pasaba por la calle, junto á la esquina de aquella, é iba camino de su casa,

9

A la tarde del día, ya que oscurecía, en la oscuridad y tiniebla de la noche.

10

Y he aquí, una mujer que le sale al encuentro con atavío de ramera, astuta de corazón,

11

Alborotadora y rencillosa, sus pies no pueden estar en casa;

12

Unas veces de fuera, ó bien por las plazas, acechando por todas las esquinas.

13

Y traba de él, y bésalo; desvergonzó su rostro, y díjole:

14

Sacrificios de paz había prometido, hoy he pagado mis votos;

15

Por tanto he salido á encontrarte, buscando diligentemente tu rostro, y te he hallado.

16

Con paramentos he ataviado mi cama, recamados con cordoncillo de Egipto.

17

He sahumado mi cámara con mirra, áloes, y cinamomo.

18

Ven, embriaguémonos de amores hasta la mañana; alegrémonos en amores.

19

Porque el marido no está en casa, hase ido á un largo viaje:

20

El saco de dinero llevó en su mano; el día señalado volverá á su casa.

21

Rindiólo con la mucha suavidad de sus palabras, obligóle con la blandura de sus labios.

22

Vase en pos de ella luego, como va el buey al degolladero, y como el loco á las prisiones para ser castigado;

23

Como el ave que se apresura al lazo, y no sabe que es contra su vida, hasta que la saeta traspasó su hígado.

24

Ahora pues, hijos, oidme, y estad atentos á las razones de mi boca.

25

No se aparte á sus caminos tu corazón; no yerres en sus veredas.

26

Porque á muchos ha hecho caer heridos; y aun los más fuertes han sido muertos por ella.

27

Caminos del sepulcro son su casa, que descienden á las cámaras de la muerte.