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BENDICE, alma mía, á Jehová. Jehová, Dios mío, mucho te has engrandecido; haste vestido de gloria y de magnificencia.
2El que se cubre de luz como de vestidura, que extiende los cielos como una cortina;
3Que establece sus aposentos entre las aguas; el que pone las nubes por su carroza, el que anda sobre las alas del viento;
4El que hace á sus ángeles espíritus, sus ministros al fuego flameante.
5El fundó la tierra sobre sus basas; no será jamás removida.
6Con el abismo, como con vestido, la cubriste; sobre los montes estaban las aguas.
7A tu reprensión huyeron; al sonido de tu trueno se apresuraron;
8Subieron los montes, descendieron los valles, al lugar que tú les fundaste.
9Pusísteles término, el cual no traspasarán; ni volverán á cubrir la tierra.
10Tú eres el que envías las fuentes por los arroyos; van entre los montes.
11Abrevan á todas las bestias del campo: quebrantan su sed los asnos montaraces.
12Junto á aquellos habitarán las aves de los cielos; entre las ramas dan voces.
13El que riega los montes desde sus aposentos: del fruto de sus obras se sacia la tierra.
14El que hace producir el heno para las bestias, y la hierba para el servicio del hombre; sacando el pan de la tierra.
15Y el vino que alegra el corazón del hombre, y el aceite que hace lucir el rostro, y el pan que sustenta el corazón del hombre.
16Llénanse de jugo los árboles de Jehová, los cedros del Líbano que él plantó.
17Allí anidan las aves; en las hayas hace su casa la cigüeña.
18Los montes altos para las cabras monteses; las peñas, madrigueras para los conejos.
19Hizo la luna para los tiempos: el sol conoce su ocaso.
20Pone las tinieblas, y es la noche: en ella corretean todas las bestias de la selva.
21Los leoncillos braman á la presa, y para buscar de Dios su comida.
22Sale el sol, recógense, y échanse en sus cuevas.
23Sale el hombre á su hacienda, y á su labranza hasta la tarde.
24¡Cuán muchas son tus obras, oh Jehová! Hiciste todas ellas con sabiduría: la tierra está llena de tus beneficios.
25Asimismo esta gran mar y ancha de términos: en ella pescados sin número, animales pequeños y grandes.
26Allí andan navíos; allí este leviathán que hiciste para que jugase en ella.
27Todos ellos esperan en ti, para que les des su comida á su tiempo.
28Les das, recogen; abres tu mano, hártanse de bien.
29Escondes tu rostro, túrbanse: les quitas el espíritu, dejan de ser, y tórnanse en su polvo.
30Envías tu espíritu, críanse: y renuevas la haz de la tierra.
31Sea la gloria de Jehová para siempre; alégrese Jehová en sus obras;
32El cual mira á la tierra, y ella tiembla; toca los montes, y humean.
33A Jehová cantaré en mi vida: á mi Dios salmearé mientras viviere.
34Serme ha suave hablar de él: yo me alegraré en Jehová.
35Sean consumidos de la tierra los pecadores, y los impíos dejen de ser. Bendice, alma mía, á Jehová. Aleluya.