La historia de Samuel es una de profunda dedicación y propósito divino, comenzando incluso antes de su nacimiento. La vida de Samuel es un testimonio de la fidelidad de Dios y el poder de la oración. Para entender cuántos años tenía Samuel cuando fue llevado a Elí, necesitamos adentrarnos en la narrativa proporcionada en los primeros capítulos de 1 Samuel.
Ana, la madre de Samuel, estaba profundamente angustiada porque no podía tener hijos. En su angustia, oró fervientemente al Señor en el tabernáculo en Silo, donde Elí era el sumo sacerdote. Hizo un voto solemne, diciendo: “Oh Señor de los ejércitos, si de verdad miras la aflicción de tu sierva y te acuerdas de mí y no te olvidas de tu sierva, sino que le das a tu sierva un hijo, entonces lo dedicaré al Señor todos los días de su vida, y no pasará navaja sobre su cabeza” (1 Samuel 1:11, ESV). Este voto indicaba su dedicación al voto nazareo, que era un compromiso especial con Dios.
Dios respondió a la oración de Ana, y ella concibió y dio a luz un hijo, a quien llamó Samuel, que significa “oído por Dios”. Fiel a su voto, Ana tenía la intención de dedicar a Samuel al servicio del Señor. La Biblia nos dice que esperó hasta que Samuel fue destetado antes de llevarlo a Elí. En el antiguo Israel, los niños eran típicamente destetados alrededor de los tres años. Este era un hito significativo ya que marcaba la transición de la infancia a la niñez temprana.
1 Samuel 1:24 dice: “Después de que fue destetado, ella llevó al niño con ella, tan joven como era, junto con un toro de tres años, un efa de harina y un odre de vino, y lo llevó a la casa del Señor en Silo”. Este pasaje indica que Samuel probablemente tenía alrededor de tres años cuando fue llevado a Elí. El acto de destetar no era solo un proceso físico sino también cultural, significando que el niño estaba listo para comenzar una nueva etapa de vida.
La dedicación de Ana de Samuel al Señor fue un acto de profunda fe y obediencia. Cumplió su voto llevando a Samuel a Elí, confiando a su precioso hijo al servicio del Señor. Este momento fue significativo no solo para la vida de Samuel sino también para la historia de Israel. Samuel crecería para convertirse en una figura pivotal, sirviendo como profeta, sacerdote y juez, y ungiría a los dos primeros reyes de Israel, Saúl y David.
Los primeros años de la vida de Samuel se pasaron bajo la tutela de Elí en el tabernáculo en Silo. Este período fue crucial para su formación espiritual. La Biblia relata que “el niño Samuel ministraba delante del Señor bajo la dirección de Elí” (1 Samuel 2:11, ESV). Incluso siendo un niño, la vida de Samuel estuvo marcada por su servicio a Dios. El Señor estaba con él, y creció en estatura y en favor con Dios y con los hombres (1 Samuel 2:26).
La historia de la temprana dedicación de Samuel es un poderoso recordatorio de la importancia de la fidelidad y la obediencia al llamado de Dios. La fe inquebrantable de Ana y su compromiso con su voto sentaron las bases para la vida de servicio de Samuel. Su disposición a entregar a su hijo al Señor refleja una profunda confianza en el plan y propósito de Dios.
Los primeros años de Samuel en Silo también fueron un tiempo de revelación divina. La Biblia registra que “en aquellos días la palabra del Señor era rara; no había muchas visiones” (1 Samuel 3:1, ESV). Sin embargo, Dios eligió revelarse a Samuel, llamándolo por su nombre en la noche. Esto marcó el comienzo del ministerio profético de Samuel. El llamado del Señor a Samuel y su respuesta, “Habla, porque tu siervo escucha” (1 Samuel 3:10, ESV), ilustran su disposición para servir y obedecer a Dios.
Al entender la edad a la que Samuel fue llevado a Elí, obtenemos una visión de la temprana formación de una vida dedicada a Dios. La tierna edad de tres años no fue solo un tiempo de destete físico sino también un comienzo espiritual. La vida de Samuel en el tabernáculo, bajo la guía de Elí, lo preparó para el papel significativo que desempeñaría en la historia de Israel.
La narrativa de los primeros años de Samuel también destaca la importancia de la dedicación parental y el impacto de la crianza espiritual temprana. La fe y obediencia de Ana tuvieron una influencia duradera en la vida y ministerio de Samuel. Su ejemplo anima a los padres y cuidadores a dedicar a sus hijos al Señor y fomentar su crecimiento espiritual desde una edad temprana.
Además, la historia de Samuel subraya la importancia del llamado de Dios y la disposición para responder. A pesar de su juventud, Samuel estaba atento a la voz de Dios y dispuesto a servir. Su vida ejemplifica la verdad de que Dios puede usar a cualquiera, sin importar la edad, para cumplir Sus propósitos.
En conclusión, Samuel probablemente tenía alrededor de tres años cuando fue llevado a Elí en Silo. Esta temprana dedicación sentó las bases para su vida de servicio a Dios. La historia de la infancia de Samuel es un testimonio del poder de la oración, la importancia de la fidelidad y el impacto de la crianza espiritual temprana. Nos recuerda que el llamado de Dios puede llegar a cualquier edad y que una vida dedicada a Él puede tener un impacto profundo y duradero.