La historia de Sansón, una de las figuras más intrigantes y complejas de la Biblia, se encuentra en el Libro de los Jueces, específicamente en los capítulos 13 al 16. La narrativa de Sansón es un relato de intervención divina, fragilidad humana y la lucha entre la fuerza y la debilidad. Proporciona material rico para reflexionar sobre la naturaleza del llamado de Dios, las consecuencias de las decisiones personales y la interacción entre la soberanía divina y la responsabilidad humana.
La historia de Sansón comienza en Jueces 13 con el anuncio de su nacimiento. Los israelitas estaban una vez más haciendo lo malo a los ojos del Señor, y como resultado, fueron entregados a los filisteos durante cuarenta años. En este contexto de opresión, Dios eligió levantar a un libertador. Un ángel del Señor se apareció a la esposa de Manoa, que era estéril, y le informó que tendría un hijo. Este hijo debía ser un nazareo desde su nacimiento, lo que significaba que debía ser dedicado a Dios de una manera especial. No debía beber vino ni otra bebida fermentada, comer nada impuro ni cortarse el cabello (Jueces 13:3-5).
El nacimiento de Sansón fue un evento milagroso, y su vida temprana estuvo marcada por el Espíritu del Señor comenzando a agitarlo mientras estaba en Mahaneh Dan, entre Zora y Estaol (Jueces 13:25). Esta agitación divina presagiaba las hazañas extraordinarias de fuerza que caracterizarían su vida. Sin embargo, la historia de Sansón también es una de lucha personal y fracaso moral, lo que lo convierte en una figura profundamente humana.
En Jueces 14, vemos el primero de los muchos enredos de Sansón con los filisteos. Deseaba a una mujer filistea de Timnat como su esposa, a pesar de las objeciones de sus padres. Este matrimonio estaba en contra de la ley israelita, que prohibía el matrimonio con pueblos paganos. Sin embargo, el texto señala que esto era del Señor, quien buscaba una ocasión para confrontar a los filisteos (Jueces 14:4). Esto introduce un tema recurrente en la vida de Sansón: los propósitos de Dios se llevan a cabo a través de las decisiones defectuosas de Sansón.
El banquete de bodas en Timnat llevó a una serie de encuentros violentos. Sansón planteó un acertijo a los invitados filisteos, que no pudieron resolver. Coaccionaron a su esposa para que le sacara la respuesta, lo que llevó a la ira de Sansón y al asesinato de treinta filisteos para pagar la apuesta (Jueces 14:19). Este acto de venganza desencadenó un ciclo de represalias entre Sansón y los filisteos, ilustrando la naturaleza destructiva de las venganzas personales.
Las hazañas de Sansón continuaron en Jueces 15, donde quemó los campos de grano de los filisteos soltando zorros con antorchas atadas a sus colas. En respuesta, los filisteos quemaron a su esposa y a su padre. La posterior matanza de muchos filisteos por parte de Sansón y su escape a la roca de Etam avivaron aún más el conflicto (Jueces 15:14-15). A pesar de sus fallos personales, el Espíritu del Señor continuó empoderándolo, permitiéndole lograr grandes victorias contra los enemigos de Israel.
La culminación de la historia de Sansón se encuentra en Jueces 16, donde su relación con Dalila lleva a su caída. Dalila, sobornada por los gobernantes filisteos, buscó descubrir el secreto de la fuerza de Sansón. Después de varios intentos fallidos, finalmente logró que Sansón revelara que su fuerza residía en su cabello sin cortar, un símbolo de su voto nazareo (Jueces 16:17). Con su cabello cortado, la fuerza de Sansón lo abandonó, y fue capturado, cegado y puesto a trabajar moliendo grano en prisión.
Sin embargo, la historia de Sansón no termina en derrota. En su acto final, oró al Señor por fuerza una vez más. Durante una celebración filistea en el templo de Dagón, Sansón fue sacado para entretener a la multitud. Se posicionó entre los pilares del templo y, con un último estallido de fuerza dada por Dios, los derribó, colapsando el templo y matando a más filisteos en su muerte de los que había matado en su vida (Jueces 16:28-30). Este acto de autosacrificio y empoderamiento divino trajo una liberación significativa, aunque temporal, para Israel de sus opresores.
La narrativa de Sansón es un recordatorio poderoso de la complejidad de la naturaleza humana y las formas misteriosas en que Dios puede trabajar a través de individuos defectuosos. Su vida sirve como una advertencia sobre los peligros de la autocomplacencia, la importancia de la fidelidad al llamado de Dios y el potencial de redención incluso en medio del fracaso. La historia de Sansón, que se encuentra en Jueces 13-16, sigue resonando con los lectores hoy en día, ofreciendo profundas ideas sobre la condición humana y la gracia infinita de Dios.