El Libro de Tobit, también conocido como el Libro de Tobías, es una narrativa fascinante que se encuentra en los Apócrifos, que está incluida en el canon de las Iglesias Católica Romana y Ortodoxa Oriental, pero no en la Biblia Hebrea ni en la mayoría de las Biblias protestantes. Aunque no es parte del Antiguo Testamento canónico para muchos cristianos, tiene un valor histórico, teológico y moral significativo. La historia se desarrolla en el siglo VIII a.C. durante el cautiverio asirio del Reino del Norte de Israel, aunque probablemente fue escrita en algún momento entre los siglos III y II a.C. Ofrece un rico tapiz de temas como la piedad, la caridad, la providencia divina y la interacción entre agentes humanos y celestiales.
El libro comienza con la introducción de Tobit, un israelita devoto y justo que vive en Nínive después de ser exiliado de su tierra natal. Tobit se caracteriza por su adhesión a la Ley Mosaica, sus actos de caridad y su dedicación a enterrar a los muertos, lo cual era un acto significativo de misericordia y piedad en su tiempo. A pesar de su fidelidad, Tobit enfrenta pruebas severas, incluida la ceguera causada por excrementos de pájaros que caen en sus ojos y dificultades financieras. Su situación refleja el tema más amplio del sufrimiento justo, que recuerda a las pruebas de Job en el Antiguo Testamento.
El hijo de Tobit, Tobías, se convierte en una figura central en la narrativa. Tobit, consciente de su muerte inminente y preocupado por el futuro de su familia, envía a Tobías en un viaje a Media para recuperar una suma de dinero que había depositado con un pariente. Este viaje no es solo físico, sino también una búsqueda espiritual, cargada de intervención y guía divina. El ángel Rafael, disfrazado de un humano llamado Azarías, acompaña a Tobías. El papel de Rafael subraya la creencia en la providencia divina y la asistencia angelical, temas que resuenan a lo largo del libro.
Durante su viaje, Tobías encuentra a Sara, una mujer atormentada por un demonio llamado Asmodeo, que ha matado a sus siete maridos anteriores en la noche de bodas. La desesperación de Sara es palpable mientras contempla el suicidio, pero la intervención divina le impide quitarse la vida. Este encuentro destaca la exploración del libro sobre el sufrimiento humano y la compasión divina. El ángel Rafael instruye a Tobías sobre cómo expulsar al demonio usando el corazón y el hígado de un pez, que atrapa en el río Tigris. El exorcismo exitoso y el posterior matrimonio de Tobías y Sara significan el triunfo de la fe y la asistencia divina sobre el mal y la desesperación.
La narrativa también profundiza en el tema de la familia y la obediencia. El respeto de Tobías por su padre y su adhesión a la guía de Rafael reflejan la importancia del deber familiar y la obediencia divina. Al regresar a casa, Tobías usa la hiel del mismo pez para curar la ceguera de su padre, simbolizando la restauración de la vista y la percepción, tanto física como espiritualmente. La eventual recuperación de Tobit y la reunión de la familia encapsulan el mensaje general de esperanza, redención y justicia divina.
El Libro de Tobit está lleno de simbolismo teológico e instrucción moral. Enfatiza las virtudes de la limosna, la oración y el ayuno, que se consideran medios para obtener el favor y la protección divina. Los actos de caridad de Tobit, incluso frente a la adversidad personal, son particularmente notables. La narrativa sugiere que tales actos no solo son beneficiosos para los demás, sino que también acumulan mérito espiritual para el dador. Esto se alinea con la admonición bíblica más amplia que se encuentra en Proverbios 19:17, "El que es bondadoso con el pobre presta al Señor, y él le recompensará por lo que ha hecho".
Además, el libro aborda el tema de la providencia divina. Los eventos aparentemente coincidentes—Tobías encontrando a Sara, la presencia del ángel Rafael y las propiedades curativas del pez—se presentan como orquestados por Dios. Esto refleja una cosmovisión donde Dios está activamente involucrado en la vida de los fieles, guiándolos y protegiéndolos incluso cuando su mano no es inmediatamente visible. Este tema se repite en Romanos 8:28, "Y sabemos que en todas las cosas Dios trabaja para el bien de los que lo aman, que han sido llamados según su propósito".
El Libro de Tobit también contribuye a la comprensión de la angelología dentro de la tradición judeocristiana. El papel de Rafael como guía y sanador proporciona un ejemplo tangible de la intervención angelical en los asuntos humanos. Esto se alinea con otras referencias bíblicas a los ángeles como mensajeros y protectores, como en el Salmo 91:11, "Porque él mandará a sus ángeles acerca de ti, que te guarden en todos tus caminos".
Además de sus temas teológicos, el Libro de Tobit ofrece ideas sobre las prácticas culturales y sociales de la diáspora judía. El énfasis en los ritos funerarios, las costumbres matrimoniales y la importancia de los lazos de parentesco proporciona una ventana a las experiencias vividas por los judíos en el exilio. También subraya la resiliencia de la identidad y la fe judía frente a las presiones externas y los desafíos internos.
Aunque el Libro de Tobit no es universalmente aceptado dentro del canon protestante, sus temas y mensajes resuenan con la narrativa bíblica más amplia. Refuerza los principios de fe, caridad y providencia divina que son centrales en la vida cristiana. La historia de Tobit y Tobías sirve como un recordatorio de que la rectitud y la fidelidad, incluso frente al sufrimiento, son recompensadas con compasión e intervención divina.
En resumen, el Libro de Tobit es una narrativa rica y multifacética que ofrece profundas ideas sobre la naturaleza de la fe, el sufrimiento y la providencia divina. Es una historia que, aunque ambientada en un contexto histórico y cultural específico, habla de temas universales de la experiencia humana y la interacción divina. A través de sus vívidos personajes y trama convincente, invita a los lectores a reflexionar sobre su propio viaje de fe, la importancia de la caridad y la mano siempre presente de Dios en sus vidas.