Araunah, una figura relativamente oscura en la Biblia, emerge en una narrativa significativa en los últimos capítulos de 2 Samuel, específicamente en el capítulo 24. Su historia está estrechamente ligada al rey David y sirve como un momento crucial en la historia de Israel. Para entender el papel y la importancia de Araunah, debemos profundizar en el contexto de su aparición, los eventos que lo rodean y las implicaciones teológicas de su interacción con David.
El telón de fondo de la historia de Araunah es un período de agitación y juicio divino sobre Israel. El rey David, en un momento de orgullo o posiblemente bajo provocación divina, ordena un censo de Israel y Judá. Este acto, que parece inocuo según los estándares modernos, se consideraba un grave pecado porque implicaba una dependencia en la fuerza militar y los recursos humanos en lugar de confiar en la providencia de Dios. Como resultado, Dios envía una plaga devastadora sobre Israel como forma de castigo.
En 2 Samuel 24:15-16, leemos sobre la severidad de la plaga:
"Así que el Señor envió una pestilencia sobre Israel desde la mañana hasta el tiempo señalado. Y murieron del pueblo desde Dan hasta Beerseba setenta mil hombres. Y cuando el ángel extendió su mano hacia Jerusalén para destruirla, el Señor se arrepintió del mal y dijo al ángel que destruía al pueblo: 'Basta; ahora detén tu mano.' Y el ángel del Señor estaba junto a la era de Araunah el jebuseo."
Aquí, Araunah es presentado como un jebuseo, uno de los habitantes originales de Jerusalén antes de que fuera conquistada por David. Su identificación como jebuseo es significativa porque destaca la inclusividad del plan de Dios y la integración de diferentes pueblos en la narrativa de Israel. A pesar de ser un no israelita, Araunah juega un papel fundamental en este momento de reconciliación entre Dios y su pueblo.
David, buscando expiar su pecado y detener la plaga, es instruido por el profeta Gad para construir un altar al Señor en la era de Araunah. Esto se registra en 2 Samuel 24:18-19:
"Y Gad vino ese día a David y le dijo: 'Sube, levanta un altar al Señor en la era de Araunah el jebuseo.' Así que David subió según la palabra de Gad, como el Señor había mandado."
Cuando David se acerca a Araunah para comprar la era, Araunah demuestra una notable generosidad y reverencia. En 2 Samuel 24:21-23, vemos la respuesta de Araunah:
"Y Araunah dijo: '¿Por qué ha venido mi señor el rey a su siervo?' David dijo: 'Para comprar la era de ti, para construir un altar al Señor, para que la plaga sea detenida del pueblo.' Entonces Araunah dijo a David: 'Que mi señor el rey tome y ofrezca lo que le parezca bien. Aquí están los bueyes para el holocausto y los trillos y los yugos de los bueyes para la leña. Todo esto, oh rey, Araunah lo da al rey.' Y Araunah dijo al rey: 'Que el Señor tu Dios te acepte.'"
La disposición de Araunah a dar su propiedad y recursos libremente al rey subraya su reconocimiento de la gravedad de la situación y su respeto por la realeza de David. Sin embargo, David insiste en comprar la era y los bueyes, declarando un principio que ha resonado a través de los siglos. En 2 Samuel 24:24, David declara:
"Pero el rey dijo a Araunah: 'No, sino que lo compraré de ti por un precio. No ofreceré holocaustos al Señor mi Dios que no me cuesten nada.' Así que David compró la era y los bueyes por cincuenta siclos de plata."
La insistencia de David en pagar por la era enfatiza la importancia del sacrificio y el costo personal en la adoración. Este principio destaca que la verdadera adoración y expiación requieren una ofrenda genuina, no algo que venga sin gasto o esfuerzo.
La transacción entre David y Araunah lleva a la construcción de un altar, y David ofrece holocaustos y ofrendas de paz al Señor. El resultado se registra en 2 Samuel 24:25:
"Y David edificó allí un altar al Señor y ofreció holocaustos y ofrendas de paz. Así que el Señor respondió a la súplica por la tierra, y la plaga fue detenida de Israel."
La importancia de la era de Araunah se extiende más allá de esta narrativa inmediata. Según la tradición y la erudición bíblica, se cree que esta ubicación es el futuro sitio del Templo de Salomón. En 2 Crónicas 3:1, leemos:
"Entonces Salomón comenzó a construir la casa del Señor en Jerusalén en el monte Moriah, donde el Señor había aparecido a David su padre, en el lugar que David había designado, en la era de Ornán el jebuseo."
Ornán es otro nombre para Araunah, y esta conexión entre la era de Araunah y el Monte del Templo subraya la importancia perdurable de este sitio en la historia religiosa y cultural de Israel. El Templo se convertiría en el lugar central de adoración para los israelitas, albergando el Arca de la Alianza y sirviendo como el punto focal de su vida religiosa.
Teológicamente, la historia de Araunah ilustra varios temas clave. Primero, destaca la inclusividad del plan de Dios. Araunah, un jebuseo, se convierte en una parte integral de la historia de Israel y el plan divino para la expiación y la adoración. Esta inclusividad prefigura la posterior expansión del pacto de Dios para incluir a los gentiles a través de Jesucristo.
En segundo lugar, la narrativa subraya la importancia del sacrificio genuino en la adoración. La insistencia de David en pagar por la era y ofrecer algo que le cueste personalmente nos enseña que la verdadera adoración implica una ofrenda sincera, no meramente un gesto simbólico.
En tercer lugar, la historia de Araunah y David enfatiza la misericordia y la gracia de Dios. A pesar del pecado de David y la plaga resultante, la disposición de Dios a arrepentirse y aceptar las ofrendas de David demuestra su disposición a perdonar y restaurar. Este tema de la misericordia divina se repite a lo largo de la Biblia y encuentra su máxima expresión en la muerte sacrificial y resurrección de Jesucristo.
En conclusión, Araunah puede parecer un personaje menor en la gran narrativa de la Biblia, pero su papel está lejos de ser insignificante. Su interacción con David en un momento de crisis lleva al establecimiento de un sitio sagrado que se convertiría en central para la adoración y la identidad de Israel. La historia de Araunah nos recuerda la inclusividad del plan de Dios, la necesidad de un sacrificio genuino en la adoración y la infinita misericordia de Dios. A través de estos temas, obtenemos una comprensión más profunda de la naturaleza de Dios y su relación con la humanidad.