¿Cuánto tiempo estuvieron Noé y su familia en el arca?

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La historia de Noé y el Arca es una de las narrativas más cautivadoras de la Biblia, llena de temas de juicio, misericordia y redención. Encontrada en los capítulos 6 al 9 de Génesis, esta narración no solo habla de la fidelidad y obediencia de Noé, sino que también proporciona una cronología detallada del diluvio y la duración que Noé y su familia pasaron en el arca. Comprender cuánto tiempo permanecieron Noé y su familia en el arca requiere un examen minucioso del texto bíblico.

Según Génesis 7:11, el diluvio comenzó "en el año seiscientos de la vida de Noé, en el segundo mes, el día diecisiete del mes, en ese día se rompieron todas las fuentes del gran abismo, y se abrieron las ventanas de los cielos." Esto marca el punto de inicio de su tiempo en el arca. La lluvia cayó durante cuarenta días y cuarenta noches, como se describe en Génesis 7:12. Sin embargo, las aguas continuaron subiendo incluso después de que la lluvia cesó, cubriendo la tierra por un período mucho más largo.

Génesis 7:24 señala, "Y prevalecieron las aguas sobre la tierra ciento cincuenta días." Este período incluye los cuarenta días de lluvia y el tiempo adicional en que las aguas continuaron aumentando. Después de estos 150 días, Dios recordó a Noé y comenzó a hacer que las aguas retrocedieran. Génesis 8:3-4 dice, "Y las aguas disminuyeron continuamente de sobre la tierra. Al cabo de ciento cincuenta días las aguas habían disminuido. Y el arca reposó en el séptimo mes, el día diecisiete del mes, sobre los montes de Ararat."

El arca se detuvo en los montes de Ararat, pero Noé y su familia no desembarcaron de inmediato. Las aguas continuaron disminuyendo hasta el décimo mes, como se menciona en Génesis 8:5: "Y las aguas disminuyeron continuamente hasta el décimo mes. En el décimo mes, el primer día del mes, se vieron las cimas de los montes." Esto indica que, aunque el arca había llegado a descansar, aún faltaba tiempo para que los niveles de agua bajaran lo suficiente como para que las cimas de los montes fueran visibles.

Noé esperó otros cuarenta días antes de abrir la ventana del arca y enviar un cuervo, que "anduvo yendo y viniendo hasta que las aguas se secaron sobre la tierra" (Génesis 8:6-7). Después de esto, Noé envió una paloma para ver si las aguas habían disminuido de la superficie del suelo, pero la paloma no encontró lugar de descanso y regresó al arca. Esperó otros siete días y envió la paloma nuevamente, y esta vez regresó con una hoja de olivo, indicando que las aguas habían disminuido (Génesis 8:10-11). Esperó otros siete días y envió la paloma una vez más, y no regresó, lo que significaba que la tierra se estaba secando (Génesis 8:12).

Finalmente, Génesis 8:13 nos dice, "Y sucedió que en el año seiscientos uno, en el primer mes, el primer día del mes, las aguas se secaron sobre la tierra; y Noé quitó la cubierta del arca y miró, y he aquí que la superficie del suelo estaba seca." Sin embargo, no fue hasta el segundo mes, el día veintisiete del mes, que la tierra estaba lo suficientemente seca como para que Dios ordenara a Noé que saliera del arca (Génesis 8:14-16).

Para resumir la cronología:

  1. El diluvio comenzó el día diecisiete del segundo mes del año seiscientos de la vida de Noé.
  2. Llovió durante cuarenta días y cuarenta noches.
  3. Las aguas prevalecieron durante un total de 150 días.
  4. El arca reposó en los montes de Ararat el día diecisiete del séptimo mes.
  5. Las aguas continuaron disminuyendo, y las cimas de los montes fueron visibles el primer día del décimo mes.
  6. Cuarenta días después, Noé abrió la ventana y envió el cuervo, seguido por la paloma.
  7. Después de varios intervalos de siete días cada uno, Noé confirmó que la tierra se estaba secando.
  8. En el año seiscientos uno, el primer día del primer mes, Noé vio que el suelo estaba seco.
  9. Finalmente, el día veintisiete del segundo mes, Dios ordenó a Noé que saliera del arca.

Así, Noé y su familia permanecieron en el arca por poco más de un año, específicamente 1 año y 10 días, si seguimos el calendario lunar hebreo que consta de 360 días. Este período abarca desde el inicio del diluvio hasta que la tierra estuvo completamente seca y habitable nuevamente.

La duración que Noé y su familia pasaron en el arca no es solo una cuestión de curiosidad histórica, sino que también tiene un profundo significado teológico. La longitud de su estancia representa un período de juicio y renovación. El diluvio fue un reinicio divino para la humanidad, una medida drástica para abordar la corrupción y violencia generalizadas que habían llenado la tierra (Génesis 6:11-13). Sin embargo, también simboliza la misericordia y fidelidad de Dios. Durante toda esta prueba, Dios proveyó para Noé, su familia y los animales, asegurando su seguridad y supervivencia.

Además, el arca en sí misma es un poderoso símbolo de salvación. Así como Noé y su familia fueron salvados de las aguas del juicio al entrar en el arca, también los creyentes son salvados del juicio del pecado a través de la fe en Jesucristo. El apóstol Pedro traza este paralelo en 1 Pedro 3:20-21, donde habla de los días de Noé y el arca como un precursor de la salvación ofrecida a través del bautismo, que ahora salva a los creyentes a través de la resurrección de Jesucristo.

En conclusión, Noé y su familia permanecieron en el arca por más de un año, experimentando de primera mano el juicio y la misericordia de Dios. Esta historia sirve como un recordatorio de la justicia de Dios al juzgar el pecado y su gracia al proporcionar un medio de salvación. Desafía a los creyentes a reflexionar sobre su propia fe y obediencia, confiando en la provisión y el tiempo de Dios incluso en medio de pruebas e incertidumbres.

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