¿Cuántos días tardó Dios en crear el mundo según el Génesis?

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El relato de la creación en el libro de Génesis es una de las narrativas más fundamentales de la Biblia. Según Génesis 1, Dios creó el mundo en seis días y descansó el séptimo. Esta semana de creación no solo es un marco cronológico, sino también una profunda declaración teológica sobre el poder de Dios, su intencionalidad y el orden de su creación.

La narrativa comienza con el famoso versículo de apertura: "En el principio, Dios creó los cielos y la tierra" (Génesis 1:1, ESV). Esta sucinta declaración establece el escenario para el relato detallado que sigue, enfatizando que todo comienza con Dios. Los versículos subsiguientes elaboran cómo Dios trajo el cosmos a la existencia a través de un proceso estructurado y con propósito.

Día 1: Luz y Oscuridad

En el primer día, Dios dijo: "Que haya luz", y hubo luz. Dios vio que la luz era buena, y separó la luz de la oscuridad. Llamó a la luz "día" y a la oscuridad la llamó "noche" (Génesis 1:3-5). Este acto de creación marca la introducción del tiempo mismo, con el establecimiento de los ciclos de día y noche. La separación de la luz de la oscuridad simboliza el ordenamiento del caos y la iniciación de un cosmos que es tanto estructurado como bueno.

Día 2: Cielo y Aguas

En el segundo día, Dios creó la expansión, o el cielo, para separar las aguas de arriba de las aguas de abajo (Génesis 1:6-8). Esta expansión se llama "cielo" o "firmamento", y forma una frontera entre las aguas, contribuyendo a la estructura ordenada del mundo. La separación de las aguas significa la creación de un entorno habitable, preparando el camino para la introducción de la vida.

Día 3: Tierra, Mares y Vegetación

El tercer día vio la reunión de las aguas bajo el cielo en un solo lugar, permitiendo que apareciera la tierra seca. Dios llamó a la tierra seca "tierra" y a las aguas reunidas las llamó "mares" (Génesis 1:9-10). Después de esto, Dios ordenó a la tierra que produjera vegetación, plantas que dieran semillas y árboles frutales que dieran fruto con semillas en ellos (Génesis 1:11-13). Este día es significativo por la introducción de la vida en forma de plantas, que más tarde servirían como sustento para otras formas de vida.

Día 4: Sol, Luna y Estrellas

En el cuarto día, Dios creó los cuerpos celestes: el sol, la luna y las estrellas. Estos fueron colocados en el cielo para dar luz a la tierra, para separar el día de la noche y para marcar estaciones, días y años (Génesis 1:14-19). La creación de estas luces sirve tanto a un propósito práctico en términos de cronometraje como a un propósito simbólico en demostrar la soberanía de Dios sobre el cosmos. El sol y la luna, a menudo adorados como deidades en culturas antiguas, se presentan aquí como creaciones del único Dios verdadero.

Día 5: Criaturas del Mar y Aves

El quinto día vio la creación de criaturas vivientes en las aguas y aves en el cielo. Dios ordenó a las aguas que se llenaran de criaturas vivientes y a los cielos que se llenaran de aves (Génesis 1:20-23). Las bendijo, diciendo: "Sean fructíferos y multiplíquense y llenen las aguas en los mares, y que las aves se multipliquen en la tierra". Esta bendición introduce la idea de reproducción y abundancia, indicando el deseo de Dios de que su creación prospere.

Día 6: Animales Terrestres y Humanidad

En el sexto día, Dios creó los animales que viven en la tierra, cada uno según su especie: ganado, criaturas que se arrastran por el suelo y animales salvajes (Génesis 1:24-25). El pináculo de la creación, sin embargo, es la creación de la humanidad. Dios dijo: "Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza. Y que tengan dominio sobre los peces del mar y sobre las aves del cielo y sobre el ganado y sobre toda la tierra y sobre todo reptil que se arrastra sobre la tierra" (Génesis 1:26, ESV). La humanidad es creada a imagen de Dios, un concepto que ha sido objeto de mucha reflexión teológica. Significa una relación única entre Dios y los humanos, marcada por atributos como la racionalidad, la moralidad y la capacidad de relación.

Dios creó al hombre y a la mujer, los bendijo y les instruyó que fueran fructíferos y se multiplicaran, que llenaran la tierra y la sometieran, y que tuvieran dominio sobre las otras formas de vida (Génesis 1:27-28). Este dominio no es una licencia para la explotación, sino un llamado a la mayordomía, reflejando el cuidado y el orden de Dios en la creación.

Día 7: Descanso

En el séptimo día, Dios terminó su obra y descansó de todo su trabajo (Génesis 2:1-3). Bendijo el séptimo día y lo santificó porque en él descansó de toda la obra de creación que había hecho. Este día de descanso, o sábado, es un concepto teológico significativo que se repite a lo largo de la Biblia. Sirve como modelo para el descanso y la adoración humanos, enfatizando la importancia de tomarse tiempo para reflexionar sobre la bondad y la provisión de Dios.

El patrón de seis días de trabajo seguido por un día de descanso establece un ritmo que es fundamental para la comprensión judeocristiana del tiempo y el trabajo. El sábado se convierte en un tema recurrente en las Escrituras, simbolizando no solo el descanso físico sino también la renovación espiritual y la confianza en la soberanía de Dios.

Reflexiones Teológicas

El relato de la creación en Génesis está lleno de implicaciones teológicas. Afirma la bondad de la creación, ya que Dios ve repetidamente que su obra es "buena" y, en última instancia, "muy buena" (Génesis 1:31). La naturaleza estructurada y con propósito de la creación refleja la sabiduría y el orden de Dios, contrarrestando los mitos de creación del antiguo Cercano Oriente que a menudo representan el cosmos como emergiendo del caos y el conflicto.

La creación de la humanidad a imagen de Dios establece el valor intrínseco y la dignidad de cada persona. Sirve como base para las enseñanzas éticas sobre las relaciones humanas, la justicia y la mayordomía de la tierra. El concepto de los humanos como administradores de la creación subraya la responsabilidad de cuidar el medio ambiente y las otras criaturas que lo habitan.

La semana de la creación también establece el escenario para el resto de la narrativa bíblica. Los temas de luz y oscuridad, orden y caos, vida y muerte, y descanso y trabajo se repiten a lo largo de las Escrituras, encontrando su cumplimiento último en la persona y obra de Jesucristo. En el Nuevo Testamento, Jesús es descrito como la "luz del mundo" (Juan 8:12) y aquel por quien todas las cosas fueron hechas (Juan 1:3). El descanso del sábado encuentra su expresión última en el descanso que Jesús ofrece a aquellos que vienen a Él (Mateo 11:28-30).

Conclusión

El relato de la creación en Génesis en seis días, seguido por un día de descanso, es una narrativa profunda y fundamental que da forma a la cosmovisión judeocristiana. Revela a un Dios que es poderoso, intencional y bueno, y establece el valor intrínseco de la creación y la humanidad. Esta narrativa nos invita a reflexionar sobre nuestra relación con Dios, con los demás y con el mundo que nos rodea, llamándonos a una vida de adoración, mayordomía y descanso.

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