¿Por qué Edom se negó a dar paso a los israelitas en Números 20?

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En el libro de Números, capítulo 20, encontramos un episodio conmovedor en el viaje de los israelitas durante sus andanzas por el desierto. Después de salir de Egipto, los israelitas estaban en camino a la Tierra Prometida y enfrentaron numerosos desafíos, tanto externos como internos. Uno de estos desafíos fue su intento de pasar por el territorio de Edom, una región habitada por los descendientes de Esaú, el hermano de Jacob. La negativa de Edom a permitir el paso es un evento significativo, y entender las razones detrás de esta negativa requiere profundizar en el contexto histórico, familiar y teológico.

La solicitud de los israelitas para pasar por Edom está registrada en Números 20:14-21. Moisés, el líder de los israelitas, envió mensajeros al rey de Edom con un mensaje cortés y respetuoso:

"Así dice tu hermano Israel: Tú sabes todas las dificultades que hemos encontrado: cómo nuestros padres descendieron a Egipto, y vivimos en Egipto mucho tiempo. Y los egipcios nos trataron duramente a nosotros y a nuestros padres. Y cuando clamamos al Señor, él escuchó nuestra voz y envió un ángel y nos sacó de Egipto. Y aquí estamos en Cades, una ciudad en el borde de tu territorio. Por favor, déjanos pasar por tu tierra. No pasaremos por campo ni viñedo, ni beberemos agua de un pozo. Iremos por el Camino del Rey. No nos desviaremos ni a la derecha ni a la izquierda hasta que hayamos pasado por tu territorio." (Números 20:14-17, ESV)

Moisés apela a su ascendencia compartida, refiriéndose a Israel como "tu hermano", destacando el parentesco entre los israelitas y los edomitas. Este parentesco se remonta a las narrativas patriarcales en Génesis, donde Esaú y Jacob eran los hijos gemelos de Isaac y Rebeca. A pesar de sus lazos familiares, la historia entre Esaú y Jacob estuvo plagada de tensión y conflicto, comenzando con el engaño de Jacob para obtener la primogenitura y la bendición de Esaú (Génesis 25:29-34, 27:1-40). Este trasfondo histórico prepara el escenario para entender la relación tensa entre sus descendientes.

La respuesta de Edom a la solicitud de Moisés fue inequívoca:

"Pero Edom le dijo: 'No pasarás por aquí, no sea que salga contra ti con la espada.' Y el pueblo de Israel le dijo: 'Iremos por el camino principal, y si bebemos de tu agua, yo y mi ganado, entonces pagaré por ello. Déjame solo pasar a pie, nada más.' Pero él dijo: 'No pasarás por aquí.' Y Edom salió contra ellos con un gran ejército y con una fuerza poderosa. Así Edom se negó a dar paso a Israel por su territorio, por lo que Israel se apartó de él." (Números 20:18-21, ESV)

Se pueden considerar varios factores para entender por qué Edom se negó a permitir el paso a los israelitas:

  1. Animosidad Histórica: La relación entre los descendientes de Esaú (edomitas) y Jacob (israelitas) se complicó por su historia ancestral. La animosidad que comenzó con los dos hermanos probablemente persistió a través de las generaciones. Los edomitas pueden haber albergado resentimiento y desconfianza hacia los israelitas, recordando las historias de cómo Jacob había tomado la primogenitura y la bendición de Esaú.

  2. Preocupaciones Políticas y Militares: Permitir que un gran grupo de personas, potencialmente de millones, pasara por su territorio podría verse como un riesgo significativo para la seguridad. Los edomitas podrían haber temido que los israelitas, a pesar de sus garantías, pudieran causar disturbios, consumir recursos o incluso representar una amenaza militar. La presencia de un grupo grande y organizado moviéndose por su tierra podría haber sido percibida como una posible invasión u ocupación.

  3. Consideraciones Económicas: Los israelitas prometieron no tomar ningún recurso sin pago, pero el gran número de personas y ganado podría haber puesto una presión sobre los recursos de Edom. Los edomitas podrían haber estado preocupados por el impacto en sus campos, viñedos y suministros de agua, incluso con la promesa de compensación.

  4. Providencia Divina y Profecía: Desde una perspectiva teológica, la negativa de paso también puede verse como parte del plan providencial de Dios para los israelitas. En Deuteronomio 2:4-6, Dios instruye a los israelitas a no entrar en conflicto con los edomitas porque Él había dado el Monte Seir a los descendientes de Esaú como su posesión. Esto implica que la negativa fue anticipada y que Dios tenía un camino diferente en mente para los israelitas. También subraya el cumplimiento de las promesas de Dios y los destinos distintos de las dos naciones.

La negativa de paso por parte de Edom llevó a los israelitas a tomar una ruta más larga y ardua alrededor de Edom. Este desvío no fue solo un desafío físico, sino también una prueba de su fe y obediencia. A lo largo de su viaje, los israelitas enfrentaron numerosas pruebas que revelaron su dependencia de Dios y su necesidad de confiar en Su guía y provisión.

La negativa de paso por parte de Edom también se refleja en textos bíblicos posteriores y se convierte en un punto de reflexión y profecía. El profeta Amós, por ejemplo, condena a Edom por su hostilidad persistente hacia Israel:

"Así dice el Señor: 'Por tres transgresiones de Edom, y por cuatro, no revocaré el castigo, porque persiguió a su hermano con la espada y desechó toda piedad, y su ira desgarró perpetuamente, y guardó su enojo para siempre.'" (Amós 1:11, ESV)

Este pasaje destaca la naturaleza duradera del conflicto y las implicaciones morales de las acciones de Edom. La negativa de paso no fue solo una decisión política, sino también una reflexión de problemas espirituales y éticos más profundos.

En la literatura cristiana, la relación entre Esaú y Jacob, y por extensión, Edom e Israel, a menudo se explora para ilustrar temas de reconciliación, perdón y los propósitos soberanos de Dios. Por ejemplo, en su "Ciudad de Dios", Agustín reflexiona sobre la compleja interacción de las acciones humanas y la providencia divina, utilizando narrativas bíblicas para demostrar cómo los propósitos de Dios se cumplen en última instancia a pesar de los fracasos y conflictos humanos.

En conclusión, la negativa de Edom a permitir que los israelitas pasaran por su territorio en Números 20 puede entenderse a través de una lente multifacética que incluye animosidad histórica, preocupaciones políticas y militares, consideraciones económicas y providencia divina. Este evento es un momento significativo en el viaje de los israelitas, revelando las complejidades de sus relaciones con las naciones vecinas y su dependencia de la guía de Dios. También sirve como un recordatorio del impacto duradero de los conflictos familiares y nacionales y la importancia de buscar la reconciliación y el entendimiento en la narrativa más amplia del plan redentor de Dios.

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