En Génesis 1:26, encontramos una declaración fascinante y teológicamente rica: "Entonces dijo Dios: 'Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza...'" Los pronombres plurales "nosotros" y "nuestro" han intrigado y desconcertado a eruditos, teólogos y lectores laicos por siglos. Para entender a quién se refiere Dios con estos pronombres, debemos profundizar en el contexto del pasaje, el marco teológico más amplio de la Biblia y varias tradiciones interpretativas.
Primero, veamos el contexto inmediato de Génesis 1:26. La narrativa de la creación en Génesis 1 es un relato majestuoso y poético de la obra creativa de Dios. A lo largo del capítulo, Dios habla la creación a la existencia con mandatos divinos. El patrón es consistente hasta el versículo 26, donde el lenguaje cambia a una forma plural. Este cambio nos invita a reflexionar sobre su significado.
Una interpretación común es que los pronombres plurales reflejan una deliberación divina dentro de la Trinidad. Esta visión es apoyada por la doctrina de la Trinidad, que, aunque se revela más plenamente en el Nuevo Testamento, encuentra sus raíces en el Antiguo Testamento. La Trinidad enseña que Dios es un ser en tres personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Esta interpretación ve Génesis 1:26 como una pista temprana de esta unidad compleja. El Nuevo Testamento proporciona mayor claridad sobre este concepto. Por ejemplo, en Juan 1:1-3, leemos que "En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Él estaba en el principio con Dios. Todas las cosas fueron hechas por medio de él, y sin él no se hizo nada de lo que se ha hecho." Aquí, el "Verbo" (Logos) se identifica como Jesucristo, la segunda persona de la Trinidad, quien estuvo presente y activo en la creación.
Además, Colosenses 1:16 afirma: "Porque en él fueron creadas todas las cosas, en los cielos y en la tierra, visibles e invisibles, sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él." Este pasaje subraya la participación de Cristo en la creación, reforzando la interpretación trinitaria de Génesis 1:26.
Otra interpretación es que los pronombres plurales reflejan un consejo divino. En el contexto del antiguo Cercano Oriente, era común representar a los dioses gobernando con una corte o asamblea celestial. Algunos eruditos sugieren que Génesis 1:26 puede reflejar este trasfondo cultural, donde Dios se dirige a su corte celestial, que podría incluir ángeles u otros seres divinos. Esta visión encuentra algún apoyo en pasajes como Job 38:7, que describe a los "hijos de Dios" gritando de alegría en la creación, y el Salmo 82, que retrata a Dios presidiendo una asamblea divina. Sin embargo, es importante notar que en la cosmovisión bíblica, los ángeles y otros seres celestiales son seres creados y no co-creadores con Dios. Por lo tanto, aunque esta interpretación puede proporcionar contexto cultural, no explica completamente el "nosotros" divino de la misma manera que lo hace la visión trinitaria.
Una tercera interpretación es que los pronombres plurales son un recurso literario conocido como el "plural de majestad" o "nosotros real". Este recurso se usa para transmitir la majestad, grandeza y soberanía del hablante. En este caso, Dios está usando la forma plural para enfatizar su suprema autoridad y poder en la creación. Aunque esta explicación tiene algún mérito, no captura completamente el aspecto relacional implícito en los pronombres "nosotros" y "nuestro".
Para explorar más esta cuestión, podemos recurrir a los escritos de los padres de la iglesia y teólogos tempranos. Por ejemplo, Agustín de Hipona, en su obra "Sobre la Trinidad", argumentó que los pronombres plurales en Génesis 1:26 apuntan a la unidad y diversidad dentro de la Trinidad. Él vio esto como una indicación de la Trinidad, donde el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo están en perfecta comunión y cooperación en el acto de la creación.
De manera similar, el apologista cristiano temprano Justino Mártir, en su "Diálogo con Trifón", identificó el "nosotros" en Génesis 1:26 como una referencia a Cristo pre-encarnado. Él argumentó que el Hijo estaba con el Padre desde el principio y participó en la creación de la humanidad.
En conclusión, aunque hay múltiples interpretaciones de los pronombres plurales en Génesis 1:26, la explicación más convincente y teológicamente robusta es que reflejan una deliberación divina dentro de la Trinidad. Esta interpretación se alinea con el testimonio bíblico más amplio y las enseñanzas de la iglesia temprana. Revela la naturaleza relacional y comunal de Dios, quien, en perfecta unidad, creó a la humanidad a su imagen y semejanza.
El misterio de la Trinidad es profundo y va más allá de la plena comprensión humana. Sin embargo, es una verdad que nos invita a una relación más profunda con el Dios trino—Padre, Hijo y Espíritu Santo. Al reflexionar sobre Génesis 1:26, recordamos la belleza y complejidad de la naturaleza de Dios y el privilegio de ser hechos a su imagen.