¿Quién era el padre de Abraham?

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En el gran tapiz de la genealogía bíblica, la figura de Abraham se erige como un patriarca imponente, venerado por judíos, cristianos y musulmanes por igual. Para entender los antecedentes de Abraham y las raíces de las que surgió, debemos adentrarnos en los primeros capítulos del Génesis, el primer libro de la Biblia. El padre de Abraham era Taré, un hombre cuya vida y acciones, aunque mencionadas brevemente, sentaron las bases para el monumental viaje que Abraham emprendería.

Génesis 11:26 nos presenta a Taré: "Cuando Taré había vivido setenta años, engendró a Abram, Nacor y Harán." Este versículo sucinto coloca a Taré en un punto crucial de la historia bíblica, como el progenitor de una línea que impactaría profundamente la narrativa de las Escrituras. La vida y las decisiones de Taré, aunque no detalladas extensamente en la Biblia, proporcionan un contexto crucial para entender el entorno en el que Abraham fue criado.

Taré era originario de Ur de los Caldeos, una ciudad significativa en la antigua Mesopotamia. Ur era conocida por su cultura avanzada y prácticas idólatras, que probablemente influyeron en Taré y su familia. Josué 24:2 relata: "Y Josué dijo a todo el pueblo: 'Así dice el Señor, el Dios de Israel: Hace mucho tiempo, vuestros padres vivieron al otro lado del Éufrates, Taré, el padre de Abraham y de Nacor; y servían a otros dioses.'" Este versículo destaca que Taré, como muchos de sus contemporáneos, estaba involucrado en la adoración de múltiples deidades, una práctica que Abraham rechazaría más tarde en favor del monoteísmo.

La narrativa de Taré toma un giro significativo en Génesis 11:31-32: "Taré tomó a su hijo Abram, a su nieto Lot, hijo de Harán, y a su nuera Sarai, la esposa de su hijo Abram, y juntos salieron de Ur de los Caldeos para ir a Canaán. Pero cuando llegaron a Harán, se establecieron allí. Taré vivió 205 años, y murió en Harán." Este pasaje es fundamental por varias razones. Primero, muestra la intención de Taré de migrar de Ur a Canaán, un viaje que eventualmente completaría Abraham. Segundo, subraya la naturaleza transitoria de la vida de Taré, ya que no llegó a Canaán sino que se estableció en Harán. Este viaje incompleto presagia la misión mayor que Abraham emprendería bajo la guía de Dios.

La decisión de Taré de dejar Ur es intrigante y plantea preguntas sobre sus motivaciones. Aunque la Biblia no proporciona razones explícitas, algunos estudiosos sugieren que Taré podría haber estado buscando mejores oportunidades o escapando de la agitación política. Alternativamente, podría ser que Dios ya hubiera comenzado a trabajar en el corazón de Taré, preparando el camino para el llamado posterior de Abraham. El traslado a Harán, una ciudad que compartía similitudes culturales y religiosas con Ur, indica que Taré no estaba rompiendo completamente con su pasado, sino que quizás estaba en un estado de transición.

La relación entre Taré y Abraham se ilumina aún más por las acciones y la fe de Abraham. Génesis 12:1-4 relata el llamado de Dios a Abraham: "El Señor había dicho a Abram: 'Vete de tu tierra, de tu parentela y de la casa de tu padre a la tierra que te mostraré. Haré de ti una gran nación, y te bendeciré; haré famoso tu nombre, y serás una bendición. Bendeciré a los que te bendigan, y al que te maldiga, maldeciré; y por medio de ti serán bendecidas todas las familias de la tierra.' Así que Abram se fue, tal como el Señor le había dicho; y Lot se fue con él. Abram tenía setenta y cinco años cuando salió de Harán." Este pasaje marca el comienzo del viaje de fe de Abraham, un viaje que comenzó con el movimiento inicial de Taré desde Ur.

La partida de Abraham de Harán puede verse como una continuación y cumplimiento del viaje que Taré comenzó. Mientras que la vida de Taré estuvo marcada por la idolatría y la migración incompleta, la vida de Abraham se caracterizaría por una fe inquebrantable y obediencia al único Dios verdadero. Hebreos 11:8-10 elogia la fe de Abraham: "Por la fe Abraham, cuando fue llamado para ir a un lugar que más tarde recibiría como herencia, obedeció y se fue, aunque no sabía a dónde iba. Por la fe hizo su hogar en la tierra prometida como un extranjero en un país extraño; vivió en tiendas, como también Isaac y Jacob, que eran herederos con él de la misma promesa. Porque esperaba la ciudad con cimientos, cuyo arquitecto y constructor es Dios."

La historia de Taré y Abraham también invita a reflexionar sobre el tema más amplio del llamado divino y la respuesta humana. El viaje incompleto de Taré sirve como un recordatorio de que los propósitos de Dios a menudo se desarrollan a lo largo de generaciones, con cada persona desempeñando un papel en la narrativa más amplia. El traslado de Taré a Harán preparó el escenario para el llamado de Abraham, ilustrando cómo los planes de Dios pueden trascender las vidas individuales y requerir la fidelidad de generaciones sucesivas.

Además del texto bíblico, la historia de Taré y Abraham ha sido explorada en diversas tradiciones judías, cristianas e islámicas. Por ejemplo, la literatura midráshica judía ofrece ideas adicionales sobre la vida y el carácter de Taré. Un midrash sugiere que Taré era un fabricante de ídolos, y que Abraham, en un acto de desafío, destruyó los ídolos de su padre, simbolizando su rechazo a la idolatría y su compromiso con el monoteísmo. Aunque esta historia no se encuentra en la Biblia, refleja el contexto cultural y religioso más amplio en el que vivieron Taré y Abraham.

Los teólogos cristianos también han reflexionado sobre el significado del papel de Taré en la narrativa bíblica. En su "Ciudad de Dios", San Agustín señala que el viaje de Taré de Ur a Harán simboliza la transición de la vida antigua de idolatría a la nueva vida de fe que Abraham abrazaría. Agustín ve el viaje de Taré como un precursor del viaje espiritual que todos los creyentes están llamados a emprender, pasando de la esclavitud del pecado a la libertad de la fe en Dios.

La tradición islámica también reconoce a Taré (conocido como Azar en el Corán) como el padre de Abraham, y enfatiza el rechazo de Abraham a la idolatría de su padre. El Corán relata un diálogo entre Abraham y Azar, en el que Abraham cuestiona la adoración de ídolos por parte de su padre y lo llama a adorar al único Dios verdadero (Corán 6:74). Esta narrativa subraya el tema de la misión profética y la lucha contra la idolatría, que es central en la historia de Abraham en la tradición islámica.

En conclusión, Taré, el padre de Abraham, ocupa un lugar único en la narrativa bíblica. Aunque su vida no está detallada extensamente en las Escrituras, su papel como progenitor de Abraham y su migración inicial de Ur a Harán son significativos. El viaje de Taré, aunque incompleto, preparó el escenario para el llamado de Abraham y el desarrollo del plan redentor de Dios. A través del lente de la vida de Taré, obtenemos una apreciación más profunda de los temas de fe, obediencia y llamado divino que son centrales en la historia de Abraham y en la narrativa bíblica más amplia.

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