La cuestión de la religión del padre de Abraham, Teraj, es fascinante y abre una ventana al entorno cultural y religioso del antiguo Cercano Oriente durante la Edad Patriarcal. Para entender la religión de Teraj, debemos profundizar en el texto bíblico, examinar hallazgos arqueológicos y considerar el contexto histórico.
La Biblia proporciona algunas pistas sobre las prácticas religiosas de Teraj. En Josué 24:2, leemos: "Josué dijo a todo el pueblo: 'Esto es lo que dice el Señor, el Dios de Israel: Hace mucho tiempo, sus antepasados, incluidos Teraj, el padre de Abraham y Nacor, vivían al otro lado del río Éufrates y adoraban a otros dioses.'" Este versículo afirma explícitamente que Teraj adoraba a otros dioses, lo que indica que estaba involucrado en prácticas politeístas comunes en Mesopotamia en ese momento.
Mesopotamia, donde vivían Teraj y su familia, era una región rica en diversidad y complejidad religiosa. La ciudad de Ur, de donde procedían Teraj y Abraham, era un importante centro de la cultura y religión sumeria. Los sumerios practicaban una religión politeísta, adorando a un panteón de dioses y diosas, cada uno asociado con fuerzas naturales y aspectos de la vida. Los dioses clave incluían a Anu (el dios del cielo), Enlil (el dios del aire y las tormentas) e Inanna (la diosa del amor y la guerra).
Los hallazgos arqueológicos de Ur y otras ciudades mesopotámicas proporcionan más información sobre las prácticas religiosas de la época. Se han descubierto templos, zigurat (pirámides escalonadas masivas) y numerosos artefactos como estatuas, inscripciones y sellos cilíndricos, revelando un sistema religioso sofisticado con rituales, sacerdocios y mitologías. Una deidad prominente adorada en Ur era Nanna (también conocida como Sin), el dios de la luna. El zigurat de Ur, dedicado a Nanna, es un testimonio de la devoción religiosa de la ciudad.
Dado este contexto, es probable que Teraj, como sus contemporáneos, participara en la adoración de múltiples dioses, incluidos aquellos prominentes en la ciudad de Ur. El entorno politeísta habría influido en sus creencias y prácticas religiosas.
Sin embargo, la narrativa bíblica introduce un cambio significativo con Abraham. En Génesis 12:1, Dios llama a Abraham a dejar su país, su gente y la casa de su padre para ir a una tierra que Él le mostraría. Este llamado divino marca el comienzo de un viaje de fe monoteísta para Abraham, distinto de las tradiciones politeístas de su padre. La respuesta de Abraham al llamado de Dios significa una ruptura con las prácticas religiosas familiares y culturales.
La transición del politeísmo al monoteísmo en la vida de Abraham es un momento crucial en la historia bíblica. Subraya la relación única entre Dios y Abraham, caracterizada por la fe y el pacto. En Génesis 15:6, leemos: "Abram creyó al Señor, y Él se lo acreditó como justicia." Este versículo destaca la fe de Abraham en el único Dios verdadero, distinguiéndolo de su trasfondo politeísta.
El cambio del politeísmo de Teraj al monoteísmo de Abraham también refleja temas teológicos más amplios en la Biblia. Enfatiza la idea de la elección y el llamado divino, donde Dios elige a individuos para cumplir Sus propósitos y revelar Su carácter. El viaje de fe de Abraham se convierte en una narrativa fundamental para entender la naturaleza del pacto de Dios con la humanidad.
Además del texto bíblico, fuentes extra-bíblicas y hallazgos arqueológicos iluminan aún más el contexto religioso de la época de Teraj. Las Cartas de Mari, una colección de documentos antiguos de la ciudad de Mari, mencionan varios dioses adorados en la región, proporcionando una visión del paisaje religioso. De manera similar, las Tablas de Ebla, descubiertas en la antigua ciudad de Ebla, contienen referencias a deidades y prácticas religiosas, ofreciendo valiosos conocimientos sobre las tradiciones politeístas de la época.
Además, los estudiosos han examinado las prácticas religiosas de los amorreos, un pueblo semita que vivió en Mesopotamia durante la Edad Patriarcal. Los amorreos, al igual que los sumerios, practicaban el politeísmo y adoraban a un panteón de dioses. Algunos estudiosos sugieren que Teraj y su familia pudieron haber sido influenciados por las prácticas religiosas amorreas, dada su proximidad geográfica y cultural.
Las creencias religiosas del padre de Abraham, Teraj, fueron moldeadas por las tradiciones politeístas de la antigua Mesopotamia. El texto bíblico, respaldado por hallazgos arqueológicos y el contexto histórico, indica que Teraj adoraba a múltiples dioses, como era común en su tiempo y lugar. Sin embargo, la narrativa del llamado de Abraham por Dios marca una desviación significativa de este trasfondo politeísta, destacando el surgimiento del monoteísmo y la relación de pacto única entre Dios y Abraham.
El viaje de fe de Abraham, desde una educación politeísta hasta una devoción monoteísta al único Dios verdadero, sirve como un poderoso testimonio del poder transformador del llamado divino y el desarrollo del plan redentor de Dios en la historia. Esta narrativa continúa inspirando e informando la fe de innumerables creyentes, enfatizando la importancia de la fe, la obediencia y la búsqueda de una relación con el Dios viviente.