El Salmo 82:6 es un versículo que ha intrigado y desconcertado a muchos lectores de la Biblia. El versículo dice: "Yo dije: Vosotros sois dioses, y todos vosotros sois hijos del Altísimo." Para entender esta declaración, es esencial considerar el contexto de todo el salmo, el trasfondo cultural e histórico, y cómo este versículo ha sido interpretado dentro de la teología cristiana.
El Salmo 82 es un salmo de Asaf, y comienza con una representación de Dios de pie en la asamblea divina, juzgando entre los "dioses" (Salmo 82:1). El término "dioses" aquí es la palabra hebrea "elohim", que puede referirse a Dios, dioses, o incluso jueces y gobernantes humanos. En este contexto, parece que estos "dioses" son jueces o líderes humanos que han recibido autoridad de Dios para gobernar y ejecutar justicia.
El salmo continúa con una reprensión a estos jueces por su fracaso en mantener la justicia y defender a los débiles y necesitados. Los versículos 2-5 dicen:
"¿Hasta cuándo juzgaréis injustamente, y aceptaréis a las personas de los impíos? Selah. Defended al pobre y al huérfano: haced justicia al afligido y al necesitado. Librad al pobre y al necesitado: libradlos de la mano de los impíos. No saben, ni entienden; andan en tinieblas: todos los fundamentos de la tierra están fuera de curso."
En este contexto, los "dioses" son criticados por su corrupción y fracaso en cumplir con sus responsabilidades. Se les describe como caminando en tinieblas y causando que los fundamentos de la tierra se tambaleen. Esto prepara el escenario para la declaración en el versículo 6, donde Dios les recuerda su alta vocación y la autoridad divina que poseen: "Yo dije: Vosotros sois dioses, y todos vosotros sois hijos del Altísimo."
La frase "vosotros sois dioses" indica que estos jueces han recibido un mandato divino. Están llamados a representar la justicia y rectitud de Dios en la tierra. El término "hijos del Altísimo" enfatiza aún más su estatus especial y responsabilidad. Sin embargo, esta alta vocación conlleva una gran responsabilidad.
El versículo 7 sirve como advertencia: "Pero moriréis como hombres, y caeréis como uno de los príncipes." A pesar de su posición exaltada, estos jueces son recordados de su mortalidad y las consecuencias de su fracaso en mantener la justicia. Su autoridad divina no los exime del juicio y la muerte.
Para comprender completamente el significado del Salmo 82:6, es útil considerar cómo se interpreta este versículo en otras partes de las Escrituras. En el Nuevo Testamento, Jesús hace referencia a este versículo en Juan 10:34-36 durante una confrontación con los líderes judíos:
"Jesús les respondió: ¿No está escrito en vuestra ley: Yo dije, dioses sois? Si llamó dioses a aquellos a quienes vino la palabra de Dios, y la Escritura no puede ser quebrantada; ¿decís vosotros de aquel a quien el Padre santificó y envió al mundo: Tú blasfemas, porque dije: Soy Hijo de Dios?"
Jesús usa el Salmo 82:6 para defender su afirmación de ser el Hijo de Dios. Argumenta que si la Escritura puede referirse a jueces humanos como "dioses" debido a su comisión divina, entonces no es blasfemia que Él se llame a sí mismo Hijo de Dios, especialmente porque Él es santificado y enviado por el Padre. Este uso por parte de Jesús resalta el principio de que aquellos que reciben la palabra y autoridad de Dios tienen un estatus especial, pero también subraya su responsabilidad.
La interpretación del Salmo 82:6 ha variado entre los teólogos cristianos. Los Padres de la Iglesia, como Agustín y Atanasio, vieron este versículo como una énfasis en la responsabilidad y rendición de cuentas de aquellos en posiciones de autoridad. Argumentaron que el término "dioses" refleja la imagen divina en la humanidad y el llamado a reflejar la justicia y rectitud de Dios. Sin embargo, también enfatizaron que este estatus no hace a los humanos divinos en esencia, sino en función y responsabilidad.
En la teología cristiana contemporánea, el Salmo 82:6 a menudo se entiende como un recordatorio de la alta vocación y responsabilidad de los líderes y jueces. Sirve como una advertencia contra la corrupción y la injusticia y un llamado a reflejar el carácter de Dios en posiciones de autoridad. Esta interpretación se alinea con el tema bíblico más amplio de justicia y rectitud, como se ve en pasajes como Miqueas 6:8:
"Él te ha mostrado, oh hombre, lo que es bueno; y ¿qué pide Jehová de ti, sino hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios?"
El Salmo 82:6 también habla de la dignidad y valor inherentes de cada ser humano como creado a imagen de Dios (Génesis 1:27). Aunque no todos son jueces o gobernantes, todos están llamados a reflejar el carácter de Dios en sus vidas y a actuar con justicia y misericordia. Esta comprensión puede inspirar a los creyentes a buscar la justicia y la rectitud en sus propias esferas de influencia, reconociendo que son responsables ante Dios por sus acciones.
Además, el concepto de ser "hijos del Altísimo" resuena con la enseñanza del Nuevo Testamento de que los creyentes son adoptados en la familia de Dios a través de la fe en Cristo (Gálatas 4:4-7). Esta adopción otorga a los creyentes una nueva identidad y llamado a vivir como representantes del reino de Dios en la tierra.
En resumen, el Salmo 82:6, "Yo dije: Vosotros sois dioses, y todos vosotros sois hijos del Altísimo," es una declaración profunda del mandato divino dado a jueces y líderes humanos. Resalta su responsabilidad de mantener la justicia y la rectitud y sirve como una advertencia de las consecuencias de no hacerlo. Este versículo, cuando se entiende en su contexto bíblico más amplio, llama a todos los creyentes a reflejar el carácter de Dios en sus vidas y a buscar la justicia, la misericordia y la humildad en sus relaciones y comunidades.