¿Cuál es el significado del Salmo 85?

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El Salmo 85 es una pieza profunda y multifacética de las Escrituras que habla sobre los temas de la restauración, el perdón y la misericordia divina. Como pastor cristiano no denominacional, considero esencial profundizar en las dimensiones históricas, teológicas y espirituales de este salmo para apreciar plenamente su significado y relevancia para nosotros hoy en día.

El Salmo 85 se atribuye tradicionalmente a los hijos de Coré, un grupo de cantores y músicos del templo. El salmo está estructurado de una manera que refleja una oración comunitaria, probablemente pronunciada durante un tiempo de angustia o después de experimentar el juicio de Dios. El salmo se puede dividir en tres secciones principales: una reflexión sobre las misericordias pasadas (versículos 1-3), una súplica por la restauración (versículos 4-7) y una expectativa confiada de bendiciones futuras (versículos 8-13).

Reflexión sobre las Misericordias Pasadas (Versículos 1-3)

El salmo comienza con un recuerdo de los actos pasados de favor y perdón de Dios:

"Señor, has sido propicio a tu tierra; has restaurado la fortuna de Jacob. Has perdonado la iniquidad de tu pueblo y has cubierto todos sus pecados. Has apartado toda tu ira y te has vuelto de tu furor ardiente." (Salmo 85:1-3, NVI)

Estos versículos destacan los actos históricos de misericordia de Dios hacia Israel. El salmista recuerda cómo Dios había mostrado previamente favor a la tierra, restaurado la fortuna de Jacob, perdonado iniquidades y apartado su ira. Esta reflexión sirve como base para la súplica actual del salmista, recordando tanto a la comunidad como a Dios la relación de pacto y la historia de compasión divina.

El lenguaje aquí está lleno de matices de pacto. Términos como "restaurado", "perdonado" y "cubierto" evocan los temas de expiación y reconciliación que se encuentran a lo largo del Antiguo Testamento. El recuerdo del salmista no es solo una mirada nostálgica al pasado, sino una afirmación teológica: el Dios que actuó en el pasado es capaz de actuar nuevamente.

Súplica por la Restauración (Versículos 4-7)

Después de la reflexión sobre las misericordias pasadas, el salmista pasa a una súplica sincera por la restauración:

"Restáuranos de nuevo, Dios nuestro Salvador, y aparta tu desagrado hacia nosotros. ¿Estarás enojado con nosotros para siempre? ¿Prolongarás tu ira por todas las generaciones? ¿No nos revivirás de nuevo, para que tu pueblo se regocije en ti? Muéstranos tu amor inagotable, Señor, y concédenos tu salvación." (Salmo 85:4-7, NVI)

La repetición de la súplica por la restauración subraya la urgencia y desesperación de la situación de la comunidad. El salmista se dirige a Dios como "Dios nuestro Salvador", enfatizando la creencia de que solo Dios puede traer la restauración necesaria. Las preguntas planteadas en los versículos 5 y 6 revelan un profundo anhelo de reconciliación y un retorno al favor divino.

La petición de avivamiento ("¿No nos revivirás de nuevo?") es particularmente conmovedora. Sugiere no solo un deseo de restauración física o material, sino una renovación espiritual que llevaría al regocijo en Dios. Esta súplica está arraigada en la confianza de que el "amor inagotable" de Dios (hebreo: "chesed") y su salvación están disponibles para su pueblo.

Expectativa Confiada de Bendiciones Futuras (Versículos 8-13)

La sección final del salmo pasa de la súplica a la expectativa confiada:

"Escucharé lo que dice Dios el Señor; él promete paz a su pueblo, a sus fieles servidores, pero que no vuelvan a la necedad. Ciertamente su salvación está cerca de los que le temen, para que su gloria habite en nuestra tierra. El amor y la fidelidad se encuentran; la justicia y la paz se besan. La fidelidad brota de la tierra, y la justicia mira desde el cielo. El Señor ciertamente dará lo que es bueno, y nuestra tierra dará su cosecha. La justicia va delante de él y prepara el camino para sus pasos." (Salmo 85:8-13, NVI)

Aquí, el salmista expresa una disposición a escuchar la respuesta de Dios, confiado en que Él promete paz a su pueblo. La advertencia "pero que no vuelvan a la necedad" sirve como recordatorio de que la fidelidad de la comunidad es crucial para experimentar la paz de Dios.

Los versículos 10 y 11 son particularmente impactantes con su imaginería poética: "El amor y la fidelidad se encuentran; la justicia y la paz se besan." Esto representa una convergencia armoniosa de atributos divinos, sugiriendo que la intervención de Dios trae una restauración holística donde las cualidades morales y espirituales están perfectamente equilibradas. La imaginería de la fidelidad brotando de la tierra y la justicia mirando desde el cielo retrata un mundo donde los reinos divino y humano están en sincronía, llevando a bendiciones abundantes.

La seguridad de que "El Señor ciertamente dará lo que es bueno, y nuestra tierra dará su cosecha" se relaciona con los versículos iniciales, creando un arco narrativo desde las misericordias pasadas hasta las bendiciones futuras. El salmista imagina una tierra restaurada, tanto física como espiritualmente, donde la justicia de Dios lidera el camino.

Implicaciones Teológicas y Espirituales

El Salmo 85 ofrece ricas ideas teológicas. Subraya la relación de pacto entre Dios y su pueblo, destacando temas de perdón, restauración y misericordia divina. La confianza del salmista en el carácter de Dios—su amor inagotable, fidelidad, justicia y paz—sirve como modelo para nuestras propias oraciones y expectativas.

Desde una perspectiva del Nuevo Testamento, los temas del Salmo 85 encuentran su cumplimiento último en Jesucristo. La reconciliación de los atributos divinos—amor, fidelidad, justicia y paz—se puede ver en la persona y obra de Cristo. Pablo escribe en Romanos 3:21-26 sobre la justicia de Dios revelada a través de la fe en Jesucristo, disponible para todos los que creen. Esta justicia no es meramente una cualidad moral, sino una realidad relacional que trae paz y reconciliación entre Dios y la humanidad.

Además, la súplica por avivamiento y restauración resuena con la experiencia cristiana de renovación espiritual. El Espíritu Santo, a quien Jesús prometió enviar, trabaja dentro de los creyentes para avivar y restaurar, trayendo una transformación que lleva al regocijo en Dios. La expectativa de bendiciones futuras también es un aspecto clave de la esperanza cristiana, esperando la restauración última de todas las cosas en los nuevos cielos y la nueva tierra (Apocalipsis 21:1-5).

Aplicación Práctica

Para nosotros hoy, el Salmo 85 sirve como un poderoso recordatorio de la fidelidad de Dios y la importancia de buscar su restauración. En tiempos de angustia personal o comunitaria, podemos seguir el ejemplo del salmista reflexionando sobre las misericordias pasadas de Dios, suplicando sinceramente por su intervención y esperando confiadamente sus bendiciones futuras.

Este salmo también nos desafía a examinar nuestra propia fidelidad. La advertencia "pero que no vuelvan a la necedad" nos llama a vivir de una manera digna del llamado de Dios, alineando nuestras vidas con su justicia y paz. Al hacerlo, podemos confiar en que Dios ciertamente "dará lo que es bueno" y que nuestras vidas darán una cosecha de fruto espiritual.

En conclusión, el Salmo 85 es un rico tapiz de misericordia divina, anhelo humano y esperanza confiada. Nos invita a reflexionar sobre los actos pasados de bondad de Dios, a buscar sinceramente su restauración en nuestras circunstancias actuales y a esperar confiadamente sus bendiciones futuras. Al meditar en este salmo, que seamos inspirados a vivir fielmente, confiando en el amor inagotable y la justicia de Dios.

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