El Salmo 91 es uno de los Salmos más apreciados y citados en la Biblia, a menudo referido como el "Salmo de Protección". Es una obra maestra poética que habla de la protección y el cuidado inquebrantables de Dios para aquellos que confían en Él. Sin embargo, un aspecto intrigante de este Salmo es identificar al hablante. A diferencia de algunos Salmos donde el autor es nombrado explícitamente, el Salmo 91 no proporciona una atribución clara. Esto ha llevado a varias interpretaciones y discusiones entre eruditos y teólogos.
Para entender quién podría ser el hablante en el Salmo 91, es esencial profundizar en la estructura y el contenido del propio Salmo. El Salmo se puede dividir en tres secciones distintas, cada una con un tono y perspectiva diferentes, lo que complica aún más la identificación de un solo hablante.
Versículos 1-2: El Testimonio del Fiel
El Salmo comienza con una declaración de confianza y seguridad en Dios:
"El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Omnipotente. Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío; mi Dios, en quien confiaré." (Salmo 91:1-2, RVR1960)
En estos versículos iniciales, el hablante parece ser un creyente individual, posiblemente un salmista, que está expresando su fe y confianza personal en Dios. El uso del pronombre singular en primera persona "yo" sugiere un testimonio personal. Este creyente está proclamando la seguridad y protección que se encuentran al habitar en la presencia de Dios. Los términos "Altísimo" y "Omnipotente" enfatizan el poder supremo de Dios y su capacidad para proteger.
Versículos 3-13: La Seguridad de la Protección
La siguiente sección del Salmo cambia a una dirección en segunda persona, donde el hablante parece ofrecer seguridades a otro individuo, probablemente el creyente fiel mencionado en los versículos iniciales:
"Él te librará del lazo del cazador, de la peste destructora. Con sus plumas te cubrirá, y debajo de sus alas estarás seguro; escudo y adarga es su verdad. No temerás el terror nocturno, ni saeta que vuele de día, ni pestilencia que ande en oscuridad, ni mortandad que en medio del día destruya." (Salmo 91:3-6, RVR1960)
Aquí, el hablante proporciona una serie de promesas y seguridades sobre la protección de Dios. El cambio a la segunda persona ("tú") indica que el hablante se está dirigiendo a otra persona, posiblemente al lector o oyente del Salmo. Esta sección está llena de imágenes vívidas de la protección de Dios, como ser cubierto con Sus alas y encontrar refugio bajo Sus plumas. El hablante asegura al creyente que estará a salvo de varios peligros, tanto visibles como invisibles.
Versículos 14-16: La Promesa Divina de Dios
La sección final del Salmo cambia una vez más, esta vez a una perspectiva divina. Dios mismo habla directamente, afirmando las promesas hechas anteriormente en el Salmo:
"Por cuanto en mí ha puesto su amor, yo también lo libraré; le pondré en alto, por cuanto ha conocido mi nombre. Me invocará, y yo le responderé; con él estaré yo en la angustia; lo libraré y le glorificaré. Lo saciaré de larga vida, y le mostraré mi salvación." (Salmo 91:14-16, RVR1960)
En estos versículos, Dios es el hablante, proporcionando un sello divino de seguridad. El uso del pronombre singular en primera persona "yo" indica que Dios está haciendo estas promesas directamente al creyente fiel. Dios promete liberación, protección, respuestas a las oraciones, Su presencia en tiempos de angustia, honor, larga vida y salvación.
Identificando al Hablante
Dada la estructura del Salmo 91, queda claro que no hay un solo hablante a lo largo de todo el Salmo. En cambio, el Salmo presenta múltiples hablantes:
El Creyente Fiel (Versículos 1-2): El Salmo comienza con el testimonio de un creyente fiel que declara su confianza en Dios.
El Salmista o un Maestro Sabio (Versículos 3-13): La sección media presenta a un hablante que proporciona seguridades y promesas de protección al creyente fiel. Esto podría ser el propio salmista o un maestro sabio dirigiéndose a la comunidad de creyentes.
Dios (Versículos 14-16): La sección final presenta a Dios hablando directamente, afirmando las promesas hechas anteriormente en el Salmo.
Esta estructura de múltiples hablantes no es infrecuente en los Salmos y otras literaturas poéticas en la Biblia. Permite una expresión rica y dinámica de fe, confianza y seguridad divina.
Contexto Histórico y Teológico
Entender el contexto histórico y teológico del Salmo 91 también puede arrojar luz sobre la identidad de los hablantes. El Salmo 91 es parte del Libro de los Salmos, que es una colección de canciones, oraciones y poemas atribuidos a varios autores, incluyendo al Rey David, Asaf, los Hijos de Coré y otros. Mientras que muchos Salmos son atribuidos a autores específicos, el Salmo 91 es uno de los Salmos donde el autor no es nombrado explícitamente.
Algunos eruditos sugieren que Moisés podría ser el autor del Salmo 91, dadas sus similitudes temáticas y lingüísticas con el Salmo 90, que se atribuye a Moisés. Si este es el caso, Moisés podría ser el hablante inicial en los versículos 1-2, compartiendo su testimonio personal de confianza en Dios. La sección media podría entonces ser Moisés ofreciendo seguridades a los israelitas, y la sección final presentaría a Dios mismo hablando para afirmar estas promesas.
Desde una perspectiva teológica, el Salmo 91 enfatiza el tema de la protección divina y la importancia de confiar en Dios. La estructura de múltiples hablantes refuerza este tema al proporcionar una expresión matizada y en capas de la fe. El testimonio del creyente fiel, las seguridades de un maestro sabio o salmista, y las promesas divinas de Dios trabajan juntos para crear un poderoso mensaje de confianza y seguridad en el cuidado de Dios.
Aplicación para los Creyentes Hoy
El Salmo 91 continúa siendo una fuente de consuelo y aliento para los creyentes hoy. La estructura de múltiples hablantes permite a los lectores verse a sí mismos en el Salmo, tanto como el creyente fiel que confía en Dios como el receptor de las promesas de Dios. Las seguridades de protección, liberación y la presencia de Dios son verdades atemporales que resuenan con los creyentes que enfrentan varios desafíos y peligros.
En tiempos de miedo e incertidumbre, los creyentes pueden encontrar consuelo en los versículos iniciales, declarando su confianza en Dios como su refugio y fortaleza. Pueden tomar ánimo en la sección media, sabiendo que la protección de Dios se extiende a cada aspecto de sus vidas, desde peligros físicos hasta amenazas espirituales. Finalmente, pueden encontrar la seguridad última en los versículos finales, donde Dios mismo promete estar con ellos, responder a sus oraciones y concederles salvación.
El Salmo 91 invita a los creyentes a habitar al abrigo del Altísimo y morar bajo la sombra del Omnipotente. Les llama a aferrarse a Dios en amor, sabiendo que Él los librará, protegerá y honrará. Al meditar en este Salmo, los creyentes son recordados de la fidelidad inquebrantable de Dios y Su compromiso con su bienestar.
En conclusión, aunque la identidad del hablante en el Salmo 91 no se declara explícitamente, el Salmo presenta múltiples hablantes: un creyente fiel, un maestro sabio o salmista, y Dios mismo. Esta estructura de múltiples hablantes enriquece el mensaje del Salmo de confianza y protección divina, ofreciendo a los creyentes una fuente profunda de consuelo y seguridad en su caminar con Dios.