¿Cuál es el significado del Salmo 138?

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El Salmo 138 es un salmo de David, y es una hermosa expresión de acción de gracias y alabanza a Dios. Sus versículos transmiten un profundo sentido de gratitud, reverencia y confianza en el Señor. Para entender el significado del Salmo 138, debemos profundizar en su contexto, estructura y los temas que presenta. Este salmo es un reconocimiento sincero del amor inquebrantable de Dios, su fidelidad y la seguridad de que Él escucha y responde a las oraciones de su pueblo.

El salmo comienza con una declaración de alabanza:

"Te alabaré, Señor, con todo mi corazón; delante de los 'dioses' cantaré tus alabanzas. Me postraré hacia tu santo templo y alabaré tu nombre por tu amor inquebrantable y tu fidelidad, porque has exaltado tu decreto solemne por encima de tu fama." (Salmo 138:1-2, NVI)

En estos versículos iniciales, David expresa su intención de alabar a Dios de todo corazón. La mención de "dioses" aquí puede interpretarse como una referencia a falsos dioses o ídolos, sugiriendo que la alabanza de David está dirigida únicamente al único Dios verdadero, incluso en presencia de otros supuestos deidades. Esto resalta la exclusividad y supremacía de Yahvé. El acto de David de postrarse hacia el santo templo significa su profunda reverencia y adoración.

David alaba el nombre de Dios por su "amor inquebrantable" y su "fidelidad". Estos atributos de Dios son centrales en el salmo y son temas recurrentes a lo largo de los Salmos y el Antiguo Testamento en general. La palabra hebrea para "amor inquebrantable" es "chesed", que abarca la lealtad del pacto de Dios, su misericordia y bondad. "Fidelidad" (hebreo: "emet") subraya la fiabilidad y veracidad de Dios. David reconoce que la palabra y las promesas de Dios están exaltadas por encima de todo, indicando su suprema importancia y confiabilidad.

Los siguientes versículos reflejan la experiencia personal de David de la capacidad de respuesta de Dios:

"Cuando te llamé, me respondiste; me infundiste mucho valor." (Salmo 138:3, NVI)

David testifica el hecho de que Dios responde a las oraciones. Este testimonio personal sirve como un aliento para los lectores o cantantes del salmo. Les asegura que Dios está atento y responde a los clamores de su pueblo. El resultado de la respuesta de Dios es que David se siente "valiente", lo que sugiere que la intervención de Dios lo fortalece y anima.

El salmo luego cambia a una perspectiva más amplia, imaginando un tiempo en que todos los reyes de la tierra se unirán para alabar a Dios:

"Que todos los reyes de la tierra te alaben, Señor, cuando escuchen lo que has decretado. Que canten de los caminos del Señor, porque la gloria del Señor es grande." (Salmo 138:4-5, NVI)

David expresa la esperanza de que el reconocimiento de la grandeza de Dios se extienda más allá de Israel a todo el mundo, incluidos sus gobernantes. Este reconocimiento universal de la gloria y soberanía de Dios es una esperanza recurrente en los Salmos y la literatura profética. Refleja la creencia de que el plan último de Dios implica el reconocimiento de su gobierno por todas las naciones.

El salmo continúa con una reflexión sobre el cuidado de Dios por los humildes y su oposición a los orgullosos:

"Aunque el Señor es exaltado, mira con bondad a los humildes; aunque es elevado, los ve desde lejos." (Salmo 138:6, NVI)

Este versículo destaca una verdad profunda sobre el carácter de Dios. A pesar de su estatus exaltado, Dios está atento a los humildes. Este tema se repite a lo largo de las Escrituras, enfatizando la preocupación de Dios por los marginados y oprimidos. Contrasta fuertemente con la tendencia humana a pasar por alto o despreciar a los humildes. La capacidad de Dios para ver y cuidar a los humildes, a pesar de su posición elevada, subraya su compasión y justicia.

David luego expresa confianza en la protección de Dios y el cumplimiento de sus propósitos:

"Aunque ande en medio de la angustia, tú preservarás mi vida. Extiendes tu mano contra la ira de mis enemigos; con tu mano derecha me salvas. El Señor me vindicará; tu amor, Señor, es eterno—no abandones la obra de tus manos." (Salmo 138:7-8, NVI)

Estos versículos reflejan una profunda confianza en la protección y liberación continua de Dios. David reconoce que incluso en medio de la angustia, Dios preserva su vida. La imagen de Dios extendiendo su mano contra los enemigos de David y salvándolo con su mano derecha transmite una poderosa imagen de intervención y rescate divino.

El versículo final resume la naturaleza duradera del amor y la fidelidad de Dios. David expresa confianza en que Dios cumplirá sus propósitos para él. La súplica "no abandones la obra de tus manos" es un reconocimiento humilde de la dependencia humana de Dios y un recordatorio del compromiso de Dios con su creación.

En resumen, el Salmo 138 es un rico tapiz de alabanza, acción de gracias y confianza en Dios. Comienza con una declaración personal de alabanza y gratitud por el amor inquebrantable y la fidelidad de Dios. Luego se expande a una visión de alabanza universal y reconocimiento de la gloria de Dios. El salmo destaca el cuidado de Dios por los humildes, su capacidad de respuesta a la oración y su protección y liberación en tiempos de angustia. A lo largo del salmo, hay un profundo sentido de confianza en el amor y la fidelidad duraderos de Dios.

Este salmo nos invita a reflexionar sobre nuestras propias experiencias de la fidelidad de Dios y a unirnos al coro de alabanza. Nos anima a confiar en las promesas de Dios y a encontrar fortaleza y valor en su presencia. El Salmo 138 nos recuerda que, a pesar de los desafíos y problemas que podamos enfrentar, el amor y la fidelidad de Dios perduran para siempre, y sus propósitos para nosotros se cumplirán.

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