Ezequiel 28:12-19 es un pasaje que ha intrigado a eruditos, teólogos y lectores laicos durante siglos. Esta sección de las Escrituras es parte de una profecía más amplia contra la ciudad de Tiro, y más específicamente, se dirige al "rey de Tiro". Sin embargo, las descripciones vívidas y casi de otro mundo dadas en estos versículos han llevado a muchos a creer que este pasaje puede estar hablando de algo más que un gobernante humano. Vamos a profundizar en el texto para explorar sus posibles significados e implicaciones.
El pasaje comienza con Dios instruyendo al profeta Ezequiel a levantar una lamentación sobre el rey de Tiro. El lenguaje utilizado es rico y evocador:
“Hijo de hombre, levanta una lamentación sobre el rey de Tiro, y dile: Así dice el Señor Dios: ‘Tú eras el sello de la perfección, lleno de sabiduría y perfecto en hermosura. Estuviste en Edén, el jardín de Dios; toda piedra preciosa era tu vestidura, sardio, topacio y diamante, berilo, ónice y jaspe, zafiro, esmeralda y carbunclo; y en oro fueron labrados tus engastes y tus encajes. El día que fuiste creado fueron preparados. Tú eras un querubín protector ungido. Yo te puse; estabas en el monte santo de Dios; en medio de las piedras de fuego caminabas. Eras perfecto en tus caminos desde el día que fuiste creado, hasta que se halló en ti iniquidad. En la abundancia de tu comercio te llenaste de violencia en tu interior, y pecaste; por lo que te eché como cosa profana del monte de Dios, y te destruí, oh querubín protector, de en medio de las piedras de fuego. Tu corazón se enalteció a causa de tu hermosura; corrompiste tu sabiduría a causa de tu esplendor. Te arrojé a la tierra; te expuse delante de los reyes, para que te miraran. Con la multitud de tus iniquidades, en la injusticia de tu comercio, profanaste tus santuarios; por lo que saqué fuego de en medio de ti; te consumió, y te puse en cenizas sobre la tierra a los ojos de todos los que te miran. Todos los que te conocen entre los pueblos se asombran de ti; has llegado a un fin espantoso y no serás más para siempre.’” (Ezequiel 28:12-19, ESV)
A primera vista, este pasaje parece estar dirigido a un rey humano, específicamente al gobernante de Tiro, una ciudad-estado rica e influyente conocida por su comercio marítimo. El rey de Tiro es descrito en términos que exaltan su sabiduría, belleza y esplendor. Sin embargo, la referencia a Edén, el jardín de Dios, y la descripción de la figura como un "querubín protector ungido" sugieren que el pasaje podría estar hablando de algo más que un gobernante humano.
Muchos teólogos y eruditos han propuesto que este pasaje es una profecía dual, que se dirige tanto al rey terrenal de Tiro como a un ser espiritual más significativo, a menudo identificado como Satanás. La descripción de estar "en Edén, el jardín de Dios" y el término "querubín protector" no son características típicamente atribuidas a los seres humanos. En cambio, estas descripciones se alinean más estrechamente con la representación bíblica de los seres angélicos.
En el contexto más amplio de las Escrituras, Satanás a menudo es representado como un ángel caído que una vez estuvo en una posición de gran belleza y autoridad, pero fue derribado debido al orgullo y la rebelión contra Dios. Isaías 14:12-15 ofrece un relato similar de un ser que buscó exaltarse por encima de Dios y fue posteriormente derribado: