Abdías, el libro más corto del Antiguo Testamento, es un profundo oráculo contra la nación de Edom. A pesar de su brevedad, el libro de Abdías ofrece un rico tapiz de temas relacionados con la justicia divina, el juicio y la soberanía de Dios. Esta exploración de la contribución de Abdías al tema bíblico de la justicia divina profundizará en el contexto histórico, las acusaciones específicas contra Edom y las implicaciones teológicas más amplias del juicio y la misericordia de Dios.
Para apreciar plenamente el mensaje de Abdías, es esencial comprender el trasfondo histórico en el que fue escrito. La profecía de Abdías se remonta a las secuelas de la caída de Jerusalén ante los babilonios en el año 586 a.C. Durante este evento catastrófico, los edomitas, descendientes de Esaú y por lo tanto parientes de los israelitas, se aprovecharon de la desgracia de Judá. En lugar de ayudar a su nación pariente, los edomitas saquearon la ciudad y capturaron a los israelitas que huían, entregándolos a los babilonios.
La profecía de Abdías comienza con una declaración divina de juicio contra Edom. El núcleo de las acusaciones radica en su orgullo y violencia contra su hermano Jacob (Israel). Los versículos 3-4 del libro dicen: "El orgullo de tu corazón te ha engañado, tú que habitas en las hendiduras de las rocas y haces tu morada en las alturas, tú que dices en tu corazón: '¿Quién me derribará hasta el suelo?' Aunque te remontes como el águila y pongas tu nido entre las estrellas, de allí te derribaré, declara el SEÑOR."
Este orgullo, junto con actos de violencia y traición, forma la base de la condena de Edom. Los edomitas son criticados no solo por su schadenfreude, sino por su participación activa en la destrucción de Judá. Esta traición es particularmente atroz dado sus lazos familiares, destacando una significativa violación de los deberes de parentesco.
El concepto de justicia divina en Abdías está estrechamente ligado a la idea de "medida por medida" o en hebreo, "middah keneged middah." Este principio sugiere que el juicio de Dios es proporcional a las acciones de individuos o naciones. En Abdías, esto se articula a través de la profecía de que como Edom ha hecho, así se le hará a ellos. La justicia aquí es poética y adecuada; así como se han deleitado en la caída de Judá, así otras naciones se deleitarán en la suya. Así como han saqueado, así serán saqueados.
Los versículos 15-16 dicen: "Porque cercano está el día del SEÑOR sobre todas las naciones. Como tú hiciste, se hará contigo; tu recompensa volverá sobre tu cabeza. Como bebisteis en mi santo monte, así beberán continuamente todas las naciones; beberán y beberán y serán como si nunca hubieran sido." Esta profecía no solo reafirma la justicia impartida a Edom, sino que también universaliza el principio de la retribución divina. El "día del SEÑOR" es un momento en el que la justicia soberana de Dios se manifestará sobre todas las naciones, indicando que la justicia divina no es arbitraria sino un aspecto fundamental del gobierno de Dios sobre el mundo.
El mensaje de Abdías, aunque inicialmente es un pronunciamiento de condena sobre Edom, también lleva implicaciones teológicas más profundas sobre la naturaleza de Dios y su gobierno del mundo. Primero, subraya la soberanía absoluta de Dios y su control sobre las naciones. Ninguna nación, por segura o orgullosa que sea, está fuera del alcance de la justicia de Dios.
En segundo lugar, Abdías destaca la responsabilidad moral de las naciones en sus tratos con los demás. El fracaso de los edomitas en mostrar compasión a sus parientes durante un tiempo de crisis y su participación en el mal no pasó desapercibido para Dios. Esto sirve como un recordatorio sobrio de que Dios espera una conducta ética no solo de los individuos sino también de las naciones.
Por último, la profecía en Abdías, aunque se centra en el juicio, también insinúa la restauración y la esperanza, particularmente para la casa de Jacob. Los versículos finales del libro anticipan un día en que el reino será del SEÑOR, y el pueblo de Israel poseerá su herencia. Esto sugiere que la justicia divina, aunque implica castigo por el mal, también tiene como objetivo la restauración del orden y el establecimiento de la paz.
En conclusión, el libro de Abdías, aunque breve, es un recordatorio potente de los principios de la justicia divina que impregnan las Escrituras. Nos desafía a reflexionar sobre nuestras propias acciones y actitudes, recordándonos la profunda verdad de que nuestros actos tienen consecuencias, y que la justicia de Dios, aunque a veces retrasada, es inevitable y justa. A través del lente de Abdías, obtenemos una comprensión más profunda de la complejidad y certeza de la justicia divina, que en última instancia no solo busca la retribución sino la restauración de un orden justo bajo la soberanía de Dios.