¿Qué significa caminar por fe y no por vista?

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Caminar por fe y no por vista es un concepto profundo y a menudo desafiante en el viaje cristiano. La frase, tomada de 2 Corintios 5:7, dice: "Porque por fe andamos, no por vista" (ESV). Este pasaje encapsula una forma de vivir que está profundamente arraigada en la confianza y la dependencia de Dios, en lugar de en nuestro propio entendimiento o en la evidencia tangible que tenemos delante.

Caminar por fe significa vivir nuestras vidas de una manera que refleje nuestra confianza en las promesas de Dios, Su carácter y Su guía, incluso cuando no podemos ver el resultado o entender el camino por delante. Es creer que Dios es quien dice ser y que hará lo que ha prometido, independientemente de nuestras circunstancias o de la evidencia visible a nuestro alrededor.

En Hebreos 11:1, encontramos una definición de fe: "Ahora bien, la fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve" (ESV). Esta certeza y convicción son la base de caminar por fe. Es una certeza de que Dios es soberano, amoroso y bueno, y una convicción de que Sus promesas se cumplirán, incluso cuando no podemos ver cómo.

La Biblia está repleta de ejemplos de individuos que caminaron por fe. Abraham, por ejemplo, es un ejemplo por excelencia. En Génesis 12, Dios llamó a Abraham a dejar su país, su gente y la casa de su padre para ir a una tierra que Dios le mostraría. Abraham obedeció, aunque no sabía a dónde iba. Hebreos 11:8-10 relata esto: "Por la fe Abraham obedeció cuando fue llamado para salir al lugar que había de recibir como herencia; y salió sin saber a dónde iba. Por la fe habitó como extranjero en la tierra prometida, como en tierra ajena, morando en tiendas con Isaac y Jacob, coherederos de la misma promesa. Porque esperaba la ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios" (ESV).

El viaje de Abraham estuvo marcado por la fe, no por la vista. Confiaba en la promesa de Dios de una herencia futura, aunque no la vio de inmediato. Su vida fue un testimonio de la creencia de que las promesas de Dios son seguras, incluso cuando el camino no está claro.

Otro ejemplo poderoso se encuentra en la vida de Moisés. Hebreos 11:24-27 describe la fe de Moisés: "Por la fe Moisés, cuando ya era grande, rehusó ser llamado hijo de la hija de Faraón, prefiriendo ser maltratado con el pueblo de Dios a gozar de los placeres temporales del pecado. Consideró el oprobio de Cristo como mayor riqueza que los tesoros de Egipto, porque miraba hacia la recompensa. Por la fe dejó Egipto, no temiendo la ira del rey, porque se mantuvo firme como viendo al Invisible" (ESV).

Moisés eligió identificarse con el pueblo de Dios y seguir el llamado de Dios, aunque eso significara renunciar al poder y la riqueza de Egipto. Sus acciones fueron guiadas por la fe en las promesas de Dios y una visión de la recompensa no vista, en lugar de por los beneficios inmediatos y visibles de su posición en la casa de Faraón.

Caminar por fe también implica una dependencia diaria y momento a momento de Dios. Proverbios 3:5-6 aconseja: "Confía en el Señor con todo tu corazón y no te apoyes en tu propio entendimiento. Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus sendas" (ESV). Este pasaje anima a los creyentes a poner su confianza completamente en Dios, en lugar de confiar en su propia sabiduría o percepción. Es un llamado a reconocer la soberanía y guía de Dios en cada aspecto de la vida, confiando en que Él dirigirá nuestros pasos.

En términos prácticos, caminar por fe significa buscar la guía de Dios a través de la oración, leer y meditar en Su Palabra, y ser sensibles a la dirección del Espíritu Santo. Implica tomar decisiones basadas en principios bíblicos y la convicción del Espíritu Santo, incluso cuando esas decisiones pueden no tener sentido desde una perspectiva mundana.

Por ejemplo, una persona puede sentirse guiada a tomar un trabajo que paga menos pero que permite mayores oportunidades de ministerio o más tiempo con la familia. Desde un punto de vista mundano, esta decisión puede parecer imprudente, pero desde una perspectiva de fe, refleja una confianza en la provisión de Dios y una priorización de Su llamado.

De manera similar, caminar por fe puede significar perdonar a alguien que nos ha herido profundamente, confiando en que Dios trabajará en su corazón y traerá sanidad, incluso cuando no veamos un cambio inmediato. Puede significar dar generosamente, incluso cuando nuestras finanzas son ajustadas, confiando en que Dios proveerá para nuestras necesidades.

Caminar por fe también implica soportar pruebas y sufrimientos con una confianza firme en la bondad y el propósito de Dios. Santiago 1:2-4 anima a los creyentes a "Tened por sumo gozo, hermanos míos, cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Y que la paciencia tenga su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte nada" (ESV). Las pruebas prueban y fortalecen nuestra fe, produciendo perseverancia y madurez. Caminar por fe significa creer que Dios está usando nuestras pruebas para nuestro bien y Su gloria, incluso cuando no podemos ver el resultado inmediato.

Además, caminar por fe requiere una comunidad de creyentes. Hebreos 10:24-25 nos exhorta a "considerar cómo estimularnos unos a otros al amor y a las buenas obras, no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos unos a otros, y mucho más al ver que el Día se acerca" (ESV). El viaje cristiano no está destinado a ser caminado solo. Necesitamos el aliento, la responsabilidad y el apoyo de otros creyentes para ayudarnos a mantener el rumbo y crecer en nuestra fe.

La literatura cristiana también ofrece valiosas ideas sobre lo que significa caminar por fe. Por ejemplo, en su libro clásico, "La búsqueda de Dios", A.W. Tozer escribe sobre la importancia de buscar la presencia de Dios y confiar en Su guía. Tozer enfatiza que una relación profunda y personal con Dios es esencial para caminar por fe. Anima a los creyentes a cultivar un corazón que busque a Dios y a vivir de una manera que refleje una profunda confianza en Su carácter y promesas.

De manera similar, en "El costo del discipulado", Dietrich Bonhoeffer habla sobre la naturaleza radical de seguir a Cristo. Bonhoeffer desafía a los creyentes a vivir su fe con valentía y convicción, incluso frente a la dificultad y la persecución. Subraya que el verdadero discipulado implica una disposición a renunciar a todo por el bien de Cristo y a confiar en Su guía, incluso cuando requiere un gran sacrificio.

En conclusión, caminar por fe y no por vista es un llamado a vivir una vida profundamente arraigada en la confianza y la dependencia de Dios. Significa creer en las promesas y el carácter de Dios, incluso cuando no podemos ver el resultado o entender el camino por delante. Implica buscar la guía de Dios, tomar decisiones basadas en principios bíblicos, soportar pruebas con una confianza firme y depender del apoyo de una comunidad de creyentes. A medida que caminamos por fe, crecemos en nuestra relación con Dios y nos volvemos más como Cristo, reflejando Su amor y gracia al mundo que nos rodea.

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