La cuestión de dónde se encuentra actualmente Jesús, según la Biblia, es una profunda investigación teológica que se adentra en el corazón de la cristología y la comprensión de la ascensión. La ascensión de Jesucristo es un evento crucial registrado en el Nuevo Testamento, que marca la culminación de Su ministerio terrenal y Su exaltación a la gloria divina. Para comprender dónde está Jesús ahora, debemos explorar las narrativas bíblicas y las implicaciones teológicas de Su ascensión y posición actual.
La ascensión está documentada principalmente en el Libro de los Hechos y el Evangelio de Lucas. Hechos 1:9-11 describe cómo, después de que Jesús dio instrucciones finales a Sus discípulos, "fue elevado ante sus ojos, y una nube lo ocultó de su vista". Mientras los discípulos miraban fijamente al cielo, aparecieron dos ángeles y les aseguraron que Jesús, quien había sido llevado al cielo, regresaría de la misma manera. Este pasaje establece el escenario para entender la ubicación actual de Jesús como estando en el cielo.
Teológicamente, la ascensión significa la transición de Jesús de Su presencia terrenal a Su reinado celestial. Marca el momento en que Jesús, habiendo completado Su obra redentora en la tierra, regresa al Padre en gloria. En el Evangelio de Juan, Jesús alude a esto cuando le dice a María Magdalena después de Su resurrección: "No me retengas, porque aún no he subido al Padre" (Juan 20:17). Esto indica que Su ascensión es un paso necesario en Su misión.
Los escritores del Nuevo Testamento afirman consistentemente que Jesús está sentado a la derecha de Dios Padre en el cielo. Esta imagen está llena de significado. Estar sentado a la derecha es una posición de honor, autoridad y poder. En el mundo antiguo, la mano derecha de un rey era un lugar de privilegio e influencia. El Salmo 110:1, un salmo mesiánico frecuentemente citado en el Nuevo Testamento, captura esta imagen: "El Señor dice a mi señor: 'Siéntate a mi derecha hasta que ponga a tus enemigos como estrado de tus pies'". Este versículo es citado por el mismo Jesús en los Evangelios (Mateo 22:44), y se repite en los escritos de Pablo y el autor de Hebreos.
El apóstol Pablo, en su carta a los Efesios, elabora sobre esta posición exaltada de Cristo. Escribe: "Ese poder es el mismo que la fuerza poderosa que ejerció cuando resucitó a Cristo de entre los muertos y lo sentó a su derecha en los reinos celestiales, muy por encima de todo gobierno y autoridad, poder y dominio, y de todo nombre que se invoque, no solo en la era presente sino también en la venidera" (Efesios 1:20-21). Este pasaje enfatiza la supremacía de la posición de Cristo sobre todos los poderes espirituales y terrenales, subrayando Su autoridad divina y su papel intercesor continuo.
La Epístola a los Hebreos desarrolla aún más el concepto del sacerdocio celestial de Jesús. Hebreos 8:1-2 afirma: "Ahora bien, el punto principal de lo que estamos diciendo es este: tenemos tal sumo sacerdote, que se sentó a la derecha del trono de la Majestad en el cielo, y que sirve en el santuario, el verdadero tabernáculo establecido por el Señor, no por un mero ser humano". Aquí, Jesús es retratado como nuestro sumo sacerdote, intercediendo continuamente por nosotros en el santuario celestial. Su papel como sumo sacerdote no se limita a un evento pasado, sino que es un ministerio continuo que asegura a los creyentes Su presencia y defensa ante el Padre.
Además, el apóstol Pedro en 1 Pedro 3:22 afirma que Jesús "ha subido al cielo y está a la derecha de Dios, con ángeles, autoridades y poderes sometidos a él". Esto refuerza la idea de que la ascensión de Jesús no es una partida de Sus seguidores, sino una transición a una nueva forma de presencia y autoridad.
La comprensión de la ubicación actual de Jesús se enriquece aún más con la promesa de Su regreso. El mensaje de los ángeles a los discípulos en Hechos 1:11, de que Jesús regresará de la misma manera en que ascendió, es una piedra angular de la escatología cristiana. Esta promesa asegura a los creyentes que la ausencia física de Jesús es temporal y que Su regreso anunciará el cumplimiento del reino de Dios.
Teológicamente, la ascensión y la posición actual de Jesús en el cielo tienen profundas implicaciones para la vida y adoración cristianas. Asegura a los creyentes Su victoria sobre el pecado y la muerte, Su intercesión continua y Su gobierno soberano. También afirma que Jesús no está confinado a un lugar específico, sino que está presente con Sus seguidores a través del Espíritu Santo. En Juan 14:16-17, Jesús promete la venida del Espíritu Santo, quien morará con y en los creyentes, asegurando que nunca estén sin Su presencia.
Además, la posición exaltada de Jesús invita a los creyentes a vivir con una perspectiva celestial. Colosenses 3:1-2 exhorta: "Ya que han resucitado con Cristo, pongan su corazón en las cosas de arriba, donde Cristo está, sentado a la derecha de Dios. Pongan su mente en las cosas de arriba, no en las terrenales". Este pasaje llama a los cristianos a alinear sus vidas con la realidad del reinado de Cristo, buscando reflejar Su amor, justicia y rectitud en el mundo.
En resumen, según la Biblia, Jesús se encuentra actualmente a la derecha de Dios Padre en el cielo. Esta posición significa Su autoridad, gloria y papel intercesor continuo como nuestro sumo sacerdote. Aunque está físicamente ausente de la tierra, Su presencia se experimenta a través del Espíritu Santo, quien empodera y guía a los creyentes. La promesa de Su regreso nos asegura que Su reinado se realizará plenamente en la tierra como en el cielo. Esta comprensión de la ubicación actual de Jesús no solo da forma a la teología cristiana, sino que también inspira a los creyentes a vivir con esperanza, propósito y un compromiso con Su misión en el mundo.