La cuestión de si los mormones son considerados cristianos es compleja y matizada, tocando diferencias teológicas profundas, contextos históricos y definiciones variadas de lo que significa ser cristiano. Para abordar adecuadamente esta pregunta, debemos profundizar en las doctrinas centrales tanto del cristianismo tradicional como del mormonismo, examinando sus similitudes y diferencias.
Para empezar, es esencial entender que el término "cristiano" generalmente se refiere a alguien que sigue a Jesucristo y se adhiere a las creencias y enseñanzas encontradas en el Nuevo Testamento. Históricamente, el cristianismo ha sido definido por ciertas doctrinas centrales, como la Trinidad, la divinidad de Jesús, la salvación por gracia mediante la fe y la autoridad de la Biblia. Estas doctrinas han sido articuladas y defendidas a través de los credos y concilios de la Iglesia primitiva, como el Credo de Nicea y el Concilio de Calcedonia.
El mormonismo, oficialmente conocido como La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (LDS), fue fundado a principios del siglo XIX por Joseph Smith. Los mormones se consideran cristianos porque creen en Jesucristo, lo consideran el Salvador y se esfuerzan por seguir sus enseñanzas. Sin embargo, existen diferencias doctrinales significativas entre el mormonismo y el cristianismo tradicional que han llevado a muchos a cuestionar si los mormones deben ser considerados cristianos en el sentido tradicional.
Una de las diferencias más significativas radica en la comprensión de la naturaleza de Dios. El cristianismo tradicional enseña la doctrina de la Trinidad, que sostiene que Dios es un Ser en tres Personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Este es un misterio que ha sido un pilar de la creencia cristiana desde la Iglesia primitiva. Pasajes bíblicos clave que apoyan la Trinidad incluyen Mateo 28:19, donde Jesús ordena a sus discípulos bautizar "en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo", y Juan 10:30, donde Jesús dice: "Yo y el Padre somos uno".
En contraste, el mormonismo rechaza la doctrina tradicional de la Trinidad. En su lugar, los mormones creen en una Deidad compuesta por tres seres separados: Dios el Padre, Jesucristo y el Espíritu Santo. Aunque están unidos en propósito y voluntad, son individuos distintos. Esta visión está arraigada en la Primera Visión de Joseph Smith, en la que afirmó haber visto tanto a Dios el Padre como a Jesucristo como seres separados. Esta creencia altera fundamentalmente la comprensión cristiana tradicional de la naturaleza de Dios.
Otra diferencia clave es la creencia en la revelación continua. El cristianismo tradicional sostiene que la Biblia es la revelación final y completa de la voluntad de Dios para la humanidad. Como se afirma en 2 Timoteo 3:16-17, "Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir y para instruir en justicia, a fin de que el siervo de Dios esté enteramente capacitado para toda buena obra". El canon de las Escrituras está cerrado y no se deben añadir nuevas revelaciones.
El mormonismo, por otro lado, enseña que Dios continúa revelando su voluntad a través de profetas modernos y escrituras adicionales. El Libro de Mormón, que Joseph Smith afirmó haber traducido de planchas de oro reveladas por un ángel, es considerado por los mormones como otro testamento de Jesucristo, junto con la Biblia. Además, los mormones aceptan Doctrina y Convenios y la Perla de Gran Precio como escrituras. Esta creencia en la revelación continua es una desviación significativa de la doctrina cristiana tradicional.
La doctrina de la salvación también difiere entre el mormonismo y el cristianismo tradicional. El cristianismo tradicional enseña que la salvación es por gracia mediante la fe en Jesucristo solamente, como se afirma en Efesios 2:8-9: "Porque por gracia sois salvos, por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe". Las buenas obras se ven como el fruto de la fe, no como el medio de salvación.
El mormonismo, aunque también enseña la importancia de la gracia y la fe en Jesucristo, pone un mayor énfasis en las obras y la obediencia a los mandamientos. Los mormones creen que la salvación es un proceso que implica fe, arrepentimiento, bautismo, recibir el Espíritu Santo y perseverar hasta el fin. También creen en la posibilidad de la exaltación, o convertirse en como Dios, lo que implica la adhesión a convenios y ordenanzas adicionales realizadas en los templos LDS.
Dadas estas diferencias doctrinales significativas, muchas denominaciones cristianas tradicionales no consideran a los mormones como cristianos en el sentido ortodoxo. Las diferencias en la naturaleza de Dios, la comprensión de la revelación y la doctrina de la salvación se ven como desviaciones fundamentales de la fe cristiana histórica.
Sin embargo, también es importante reconocer que el término "cristiano" puede entenderse en un sentido más amplio e inclusivo. Desde esta perspectiva, cualquiera que crea en Jesucristo y busque seguir sus enseñanzas podría ser considerado cristiano. Según esta definición, los mormones ciertamente calificarían, ya que tienen una profunda devoción a Jesucristo y se esfuerzan por vivir de acuerdo con sus enseñanzas.
Al abordar esta pregunta, también vale la pena considerar las palabras de Jesús en Juan 13:34-35: "Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tenéis amor los unos por los otros". En última instancia, la medida de un verdadero discípulo de Cristo no se encuentra únicamente en la corrección doctrinal, sino en el amor y la gracia que uno exhibe en su vida.
En conclusión, si los mormones son considerados cristianos depende en gran medida de cómo se defina el término "cristiano". Desde una perspectiva doctrinal tradicional, existen diferencias significativas que distinguen al mormonismo del cristianismo tradicional. Sin embargo, desde una perspectiva más amplia e inclusiva, la creencia y devoción de los mormones a Jesucristo podrían considerarse como calificativos para ser cristianos. Como con muchas preguntas teológicas, la respuesta no es sencilla y requiere una consideración cuidadosa y respetuosa de ambas perspectivas.