¿Cuál es la creencia ortodoxa de la theosis?

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El concepto de theosis, también conocido como divinización o deificación, es una doctrina profunda y profundamente significativa dentro de la tradición cristiana, particularmente dentro de la ortodoxia oriental. Sin embargo, también resuena con temas encontrados en otras ramas del cristianismo, incluidas las perspectivas no denominacionales. Theosis se refiere al proceso transformador por el cual un creyente se vuelve más como Dios, participando en la naturaleza divina a través de la gracia. Este proceso no se trata de convertirse en Dios en esencia, sino de compartir su vida y atributos divinos.

El fundamento de theosis está profundamente arraigado en las Escrituras. Una de las referencias más explícitas se encuentra en 2 Pedro 1:4, donde el apóstol Pedro escribe: "A través de estas nos ha dado sus muy grandes y preciosas promesas, para que a través de ellas puedan participar en la naturaleza divina, habiendo escapado de la corrupción en el mundo causada por los malos deseos." Este versículo encapsula la esencia de theosis: participación en la naturaleza divina a través de las promesas de Dios.

Los primeros Padres de la Iglesia, como Atanasio de Alejandría, fueron instrumentales en el desarrollo de la doctrina de theosis. Atanasio declaró famosamente: "Dios se hizo hombre para que el hombre pudiera convertirse en dios" (De Incarnatione, 54:3). Esta declaración no implica que los humanos se conviertan en dioses por naturaleza, sino que a través de la encarnación de Cristo, la humanidad está invitada a participar en la vida divina. La encarnación es central para theosis porque es a través de la unión de Cristo con la humanidad que los humanos pueden unirse con Dios.

En la tradición ortodoxa oriental, theosis está estrechamente vinculada con el concepto de sinergia, que se refiere a la cooperación entre la libre voluntad humana y la gracia divina. Esta sinergia es esencial porque mantiene el equilibrio entre la iniciativa de Dios y la respuesta humana. El proceso de theosis no es algo que suceda automáticamente o pasivamente; requiere la participación activa del creyente. Esta participación implica una vida de oración, ayuno, arrepentimiento y los sacramentos, particularmente la Eucaristía, que se ve como un medio para recibir la vida divina.

Uno de los fundamentos teológicos clave de theosis es la distinción entre la esencia y las energías de Dios, un concepto articulado por Gregorio Palamas en el siglo XIV. Según Palamas, mientras que la esencia de Dios permanece inaccesible e incognoscible, sus energías son las formas en que se manifiesta e interactúa con el mundo. Es a través de estas energías divinas que los creyentes pueden experimentar y participar en la vida de Dios. Esta distinción ayuda a salvaguardar la trascendencia de Dios mientras afirma la posibilidad de una comunión íntima con Él.

Theosis también tiene una fuerte dimensión ética. No se trata meramente de experiencias místicas o conocimientos espirituales, sino que implica una transformación de toda la persona, incluyendo el comportamiento moral y ético. A medida que los creyentes crecen en la semejanza de Dios, están llamados a encarnar las virtudes del amor, la humildad, la paciencia y el perdón. Esta transformación ética se ve como una consecuencia natural de participar en la naturaleza divina. Como escribe el apóstol Pablo en Gálatas 2:20, "He sido crucificado con Cristo y ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí. La vida que ahora vivo en el cuerpo, la vivo por fe en el Hijo de Dios, quien me amó y se entregó por mí."

En la tradición cristiana occidental, particularmente dentro del catolicismo romano y el protestantismo, el concepto de theosis es menos enfatizado pero aún presente. Por ejemplo, John Wesley, el fundador del metodismo, habló de la "perfección cristiana" o "santificación total", que tiene similitudes con el concepto oriental de theosis. Wesley creía que a través de la obra del Espíritu Santo, los creyentes podían ser perfeccionados en el amor y liberados del poder del pecado. Aunque no es idéntico a theosis, el énfasis de Wesley en la santificación refleja una preocupación similar por el poder transformador de la gracia divina en la vida del creyente.

En el pensamiento cristiano contemporáneo, theosis sigue siendo un tema de interés y discusión. Muchos teólogos y estudiosos lo ven como una forma de cerrar la brecha entre las tradiciones cristianas orientales y occidentales. Theosis ofrece una visión holística de la salvación que incluye no solo el perdón de los pecados, sino también la transformación y renovación de toda la persona. Esta visión resuena con la narrativa bíblica de la creación, la caída y la redención, donde el propósito último de Dios es restaurar a la humanidad a su dignidad original y comunión con Él.

Las implicaciones prácticas de theosis para la vida de un creyente son múltiples. Llama a una vida de crecimiento y transformación continuos, donde cada aspecto del ser de uno se conforma gradualmente a la imagen de Cristo. Este proceso a menudo se describe como un viaje, con sus propios desafíos y luchas. Sin embargo, también es un viaje marcado por la esperanza y la seguridad, basado en las promesas de Dios y la obra del Espíritu Santo.

Una de las expresiones más bellas de theosis se puede encontrar en los escritos de San Serafín de Sarov, un renombrado monje y místico ortodoxo ruso. Enseñó que el objetivo de la vida cristiana es la adquisición del Espíritu Santo, lo que lleva a la transformación del alma y la manifestación del amor y la alegría divinos. La vida y las enseñanzas de San Serafín ejemplifican la aplicación práctica de theosis, mostrando que no es una doctrina abstracta sino una realidad vivida.

Theosis también tiene una dimensión comunitaria. No es meramente una búsqueda individualista, sino que involucra a todo el cuerpo de Cristo. La Iglesia, como la comunidad de creyentes, está llamada a ser un anticipo del Reino de Dios, donde la vida divina se comparte y se manifiesta en relaciones de amor y servicio. La Eucaristía, en particular, se ve como un anticipo del banquete escatológico, donde los creyentes están unidos con Cristo y entre sí de una manera profunda y transformadora.

En conclusión, la creencia ortodoxa de theosis es una doctrina rica y multifacética que habla al corazón de la fe cristiana. Ofrece una visión de la salvación que es tanto profundamente personal como profundamente comunitaria, arraigada en la encarnación de Cristo y la obra del Espíritu Santo. A través de theosis, los creyentes están invitados a participar en la naturaleza divina, a ser transformados a la semejanza de Cristo y a experimentar la plenitud de la vida que Dios pretende para su creación. Este viaje transformador está marcado por la gracia, la sinergia, la vida ética y un profundo sentido de comunión con Dios y entre sí. Como tal, theosis sigue siendo una piedra angular de la teología y espiritualidad cristianas, ofreciendo esperanza e inspiración para los creyentes de diferentes tradiciones y contextos.

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