¿Qué dice la Biblia sobre la voluntad de Dios?

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Comprender la voluntad de Dios es un esfuerzo profundo y profundamente enriquecedor que ha fascinado a teólogos, eruditos y creyentes durante siglos. La Biblia ofrece una visión multifacética de la voluntad de Dios, que puede categorizarse en su voluntad soberana, su voluntad moral y su voluntad permisiva. Cada uno de estos aspectos proporciona una lente única a través de la cual podemos comprender el propósito y la intención divina.

Voluntad Soberana

La voluntad soberana de Dios se refiere a su control y autoridad supremos sobre toda la creación. Este aspecto de su voluntad es inmutable y no puede ser frustrado por acciones o decisiones humanas. La Biblia está repleta de pasajes que afirman la soberanía de Dios. Por ejemplo, en Isaías 46:9-10, Dios declara: "Yo soy Dios, y no hay otro; yo soy Dios, y no hay nadie como yo, declarando el fin desde el principio y desde tiempos antiguos cosas que no se han hecho aún, diciendo: 'Mi consejo permanecerá, y haré todo lo que quiero.'" Este versículo subraya la certeza absoluta e inmutabilidad de la voluntad soberana de Dios.

El Nuevo Testamento también habla de este aspecto de la voluntad de Dios. Efesios 1:11 dice: "En él también fuimos hechos herederos, habiendo sido predestinados conforme al propósito de aquel que hace todas las cosas según el designio de su voluntad." Aquí, Pablo enfatiza que todo se desarrolla según el plan soberano de Dios, que Él orquesta con perfecta sabiduría y previsión.

Voluntad Moral

Mientras que la voluntad soberana de Dios se refiere a su plan general para el universo, su voluntad moral se relaciona con los estándares éticos y justos que ha establecido para la humanidad. Este aspecto de la voluntad de Dios se revela a través de sus mandamientos y enseñanzas, que están destinados a guiarnos en vivir vidas que reflejen su santidad y amor. Los Diez Mandamientos (Éxodo 20:1-17) y las enseñanzas de Jesús, particularmente el Sermón del Monte (Mateo 5-7), proporcionan directrices claras sobre cómo debemos comportarnos en alineación con la voluntad moral de Dios.

En Miqueas 6:8, el profeta captura sucintamente la esencia de la voluntad moral de Dios: "Él te ha declarado, oh hombre, lo que es bueno; y ¿qué pide Jehová de ti, sino hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios?" Este versículo destaca los principios fundamentales de justicia, bondad y humildad que son centrales a las expectativas morales de Dios.

El Nuevo Testamento refuerza estos principios. En Romanos 12:2, Pablo insta a los creyentes: "No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta." Esta transformación implica alinear nuestros pensamientos y acciones con la voluntad moral de Dios, que es inherentemente buena y perfecta.

Voluntad Permisiva

La voluntad permisiva de Dios se refiere a la concesión del libre albedrío humano y las acciones resultantes, incluso cuando se desvían de su voluntad moral. Este aspecto de la voluntad de Dios reconoce la realidad de la libertad humana y las consecuencias de nuestras elecciones. Aunque Dios es soberano y su plan último no puede ser frustrado, permite que los seres humanos ejerzan su libre albedrío, lo que puede llevar al pecado y al sufrimiento.

La historia de José en el Antiguo Testamento proporciona una ilustración conmovedora de la voluntad permisiva de Dios. Los hermanos de José, impulsados por los celos, lo vendieron como esclavo, un acto que claramente iba en contra de la voluntad moral de Dios. Sin embargo, Dios permitió que esto sucediera y finalmente lo usó para un propósito mayor. En Génesis 50:20, José les dice a sus hermanos: "Vosotros pensasteis mal contra mí, mas Dios lo encaminó a bien, para hacer lo que vemos hoy, para mantener en vida a mucho pueblo." Este versículo demuestra cómo la voluntad permisiva de Dios opera dentro del marco de su voluntad soberana, logrando sus propósitos últimos incluso a través de la maldad humana.

La Intersección de la Voluntad de Dios y la Responsabilidad Humana

Uno de los aspectos más profundos de comprender la voluntad de Dios es reconocer la interacción entre la soberanía divina y la responsabilidad humana. Aunque Dios es soberano y sus planes son inmutables, ha dotado a los humanos con la capacidad de tomar decisiones. Esta dinámica se ilustra bellamente en Filipenses 2:12-13, donde Pablo escribe: "Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor, porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad."

Este pasaje revela que, aunque estamos llamados a buscar activamente nuestra salvación y vivir de acuerdo con la voluntad moral de Dios, es en última instancia Dios quien nos capacita y guía en este esfuerzo. La tensión entre la soberanía divina y la responsabilidad humana no es una contradicción, sino un misterio profundo que nos invita a confiar en la sabiduría y bondad de Dios.

Discernir la Voluntad de Dios

Discernir la voluntad de Dios es un aspecto vital de la vida cristiana. Implica buscar entender y alinearnos con los propósitos de Dios para nosotros. La Biblia proporciona varios principios para ayudar en este proceso de discernimiento.

En primer lugar, la oración es esencial. Santiago 1:5 anima a los creyentes a buscar la sabiduría de Dios: "Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada." A través de la oración, podemos buscar la guía y claridad de Dios respecto a su voluntad para nuestras vidas.

En segundo lugar, el estudio de las Escrituras es crucial. El Salmo 119:105 declara: "Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino." La Biblia es la palabra revelada de Dios, que nos proporciona los principios y verdades necesarios para discernir su voluntad. El compromiso regular con las Escrituras nos ayuda a entender el carácter de Dios, sus promesas y sus mandamientos, equipándonos para tomar decisiones que se alineen con su voluntad.

En tercer lugar, el consejo de creyentes maduros y piadosos puede proporcionar valiosas perspectivas. Proverbios 15:22 dice: "Los pensamientos son frustrados donde no hay consejo; mas en la multitud de consejeros se afirman." Buscar la sabiduría y la perspectiva de aquellos que son espiritualmente maduros puede ayudarnos a navegar decisiones complejas y discernir la voluntad de Dios con mayor claridad.

Finalmente, una disposición a someterse a la guía de Dios es esencial. Jesús ejemplificó esta actitud en su oración en Getsemaní: "No se haga mi voluntad, sino la tuya" (Lucas 22:42). Esta postura de rendición y confianza en la sabiduría y bondad de Dios es crucial para discernir y seguir su voluntad.

Conclusión

La Biblia presenta una comprensión rica y matizada de la voluntad de Dios, que abarca sus aspectos soberano, moral y permisivo. Cada una de estas dimensiones proporciona valiosas perspectivas sobre la naturaleza del propósito y la guía de Dios para la humanidad. Como creyentes, estamos llamados a buscar, entender y alinearnos con la voluntad de Dios a través de la oración, las Escrituras, el consejo piadoso y una postura de humilde sumisión. Al hacerlo, podemos experimentar la plenitud de los planes de Dios para nuestras vidas y participar en su obra redentora en el mundo.

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