El Libro de Mormón es un texto religioso que es considerado sagrado por los miembros de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (Iglesia SUD), comúnmente conocidos como mormones. Sus seguidores lo consideran otro testamento de Jesucristo, complementando la Biblia. El libro fue publicado por primera vez en 1830 por Joseph Smith, quien también es el fundador de la Iglesia SUD. Según Smith, el Libro de Mormón es una traducción de antiguos registros escritos en planchas de oro, que él afirmó haber descubierto en 1823 a través de guía divina.
La narrativa del Libro de Mormón se centra en la historia y enseñanzas de antiguas civilizaciones en las Américas. Pretende cubrir un período desde aproximadamente 600 a.C. hasta 421 d.C. El libro está dividido en libros más pequeños, cada uno nombrado según su narrador principal, e incluye una variedad de géneros como relatos históricos, sermones y profecías. Uno de los temas centrales del Libro de Mormón es la aparición de Jesucristo en las Américas después de su resurrección, que se presenta como un evento clave que valida su divinidad y misión universal.
Desde una perspectiva cristiana no denominacional, el Libro de Mormón no se considera parte de la Biblia canónica. La Biblia, que consta del Antiguo y Nuevo Testamento, se considera la revelación completa y suficiente de la palabra de Dios. La doctrina de Sola Scriptura, a la que adhieren muchas denominaciones protestantes, sostiene que solo la Biblia es la autoridad última en asuntos de fe y práctica. Este principio se deriva de pasajes como 2 Timoteo 3:16-17, que dice: "Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir y para instruir en justicia, a fin de que el siervo de Dios esté enteramente capacitado para toda buena obra".
La validez histórica del Libro de Mormón es un tema de debate significativo. Joseph Smith afirmó que las planchas de oro estaban escritas en "egipcio reformado", un idioma que no es reconocido por la lingüística o la arqueología moderna. Además, los artefactos y civilizaciones descritos en el Libro de Mormón, como los nefitas y lamanitas, no han sido corroborados por evidencia arqueológica. Esto contrasta con la Biblia, que tiene numerosas validaciones históricas y arqueológicas. Por ejemplo, la existencia de ciudades antiguas como Jerusalén y Babilonia, y figuras históricas como el rey David y Poncio Pilato, han sido corroboradas a través de descubrimientos arqueológicos y registros históricos extra-bíblicos.
Además, el proceso por el cual se tradujo el Libro de Mormón ha sido un punto de controversia. Joseph Smith afirmó haber traducido las planchas de oro por medios divinos, utilizando un conjunto de piedras videntes conocidas como el Urim y Tumim. Este método es fundamentalmente diferente de la forma en que se compuso la Biblia, que involucró a múltiples autores a lo largo de siglos, inspirados por el Espíritu Santo, como se describe en 2 Pedro 1:21: "Porque la profecía nunca tuvo su origen en la voluntad humana, sino que los profetas, aunque humanos, hablaron de parte de Dios siendo llevados por el Espíritu Santo".
El contenido teológico del Libro de Mormón también diverge de la doctrina cristiana tradicional en varias áreas. Por ejemplo, el libro introduce el concepto de la "Gran Apostasía", que postula que la iglesia original establecida por Jesucristo cayó en un estado de corrupción y error después de la muerte de los apóstoles. Esta noción se utiliza para justificar la necesidad de una "restauración" del verdadero cristianismo a través de Joseph Smith. En contraste, el cristianismo tradicional sostiene que la iglesia ha sido preservada por el Espíritu Santo a lo largo de la historia, a pesar de períodos de corrupción y reforma.
Además, el Libro de Mormón contiene enseñanzas que no se encuentran en la Biblia, como la idea de que los nativos americanos son descendientes de los antiguos israelitas. Esta afirmación ha sido examinada y en gran medida desacreditada por estudios genéticos, que indican que la ascendencia de los nativos americanos es principalmente de origen asiático oriental. Tales discrepancias han llevado a muchos cristianos a cuestionar la inspiración divina y la exactitud histórica del Libro de Mormón.
Además del Libro de Mormón, la Iglesia SUD también considera otros textos como escritura, incluyendo Doctrina y Convenios y la Perla de Gran Precio. Estos textos contienen revelaciones y escritos atribuidos a Joseph Smith y otros líderes tempranos de la Iglesia SUD. Este canon expandido es otra desviación significativa de la doctrina cristiana tradicional, que sostiene la Biblia como la única escritura autoritativa.
A pesar de estas diferencias, es importante abordar las discusiones sobre el Libro de Mormón y la fe SUD con respeto y comprensión. Muchos adherentes encuentran un profundo significado espiritual y guía en las enseñanzas del Libro de Mormón. Participar en un diálogo respetuoso puede fomentar la comprensión mutua y proporcionar oportunidades para compartir el evangelio de Jesucristo tal como se revela en la Biblia.
En resumen, el Libro de Mormón es un texto central de la Iglesia SUD, creído por sus seguidores como un testamento divinamente inspirado de la obra de Jesucristo entre las antiguas civilizaciones americanas. Sin embargo, desde una perspectiva cristiana no denominacional, no se considera parte del canon bíblico y plantea preguntas significativas sobre su validez histórica y teológica. La Biblia sigue siendo la revelación autoritativa y completa de la palabra de Dios, guiando a los creyentes en la fe y la práctica.