Comprender las diferencias entre las iglesias pentecostales y luteranas implica examinar tanto sus creencias teológicas como sus prácticas de adoración. Estas dos tradiciones, aunque ambas están arraigadas en la fe cristiana, abordan sus creencias y expresiones de adoración de maneras distintas que reflejan sus historias únicas y énfasis teológicos.
El pentecostalismo es un movimiento dentro del cristianismo protestante que pone un fuerte énfasis en la obra del Espíritu Santo, los dones espirituales y los aspectos experienciales de la fe. Una de las características definitorias de la teología pentecostal es la creencia en el bautismo del Espíritu Santo, que a menudo se evidencia por hablar en lenguas (glosolalia). Esta experiencia se ve como un acto de gracia subsiguiente a la salvación, que empodera a los creyentes para el servicio y el testimonio.
Los pentecostales típicamente sostienen una escatología premilenial, esperando el regreso inminente de Jesucristo. También enfatizan la sanidad divina como parte de la expiación, creyendo que la fe puede resultar en sanidad física. Las Asambleas de Dios, una de las denominaciones pentecostales más grandes, articulan estas creencias en su Declaración de Verdades Fundamentales.
El luteranismo, fundado en las enseñanzas de Martín Lutero, es una de las tradiciones protestantes más antiguas. Los luteranos adhieren al principio de