Operar en lo sobrenatural es un tema que cautiva a muchos creyentes y buscadores por igual. La Biblia está llena de relatos de milagros, señales y maravillas realizadas por Dios, Jesucristo y los apóstoles. Como pastor cristiano no denominacional, creo que es esencial abordar este tema con una comprensión equilibrada de las Escrituras, la fe y la guía del Espíritu Santo. Exploremos cómo puedes operar en lo sobrenatural con referencias bíblicas.
Primero y ante todo, es importante reconocer que lo sobrenatural no se trata de la habilidad humana, sino del poder de Dios obrando a través de nosotros. Jesús mismo dijo en Juan 14:12: "De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre." Esta promesa indica que los creyentes tienen acceso al mismo poder que Jesús operó durante su ministerio terrenal.
La fe es la piedra angular para operar en lo sobrenatural. Hebreos 11:1 define la fe como "la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve." A lo largo de los Evangelios, Jesús enfatizó la importancia de la fe para realizar milagros. En Mateo 17:20, Él dijo: "De cierto os digo, que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible."
La fe no es meramente un asentimiento intelectual, sino una confianza profunda y constante en el carácter y las promesas de Dios. Implica creer que Dios es quien dice ser y que hará lo que ha prometido. Este tipo de fe proviene de una relación cercana y personal con Dios, nutrida a través de la oración, la adoración y el estudio de Su Palabra.
El Espíritu Santo es la fuente de poder sobrenatural para los creyentes. Después de su resurrección, Jesús instruyó a sus discípulos a esperar al Espíritu Santo, diciendo en Hechos 1:8: "Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra." El libro de Hechos está lleno de relatos de los apóstoles realizando milagros a través del poder del Espíritu Santo.
Para operar en lo sobrenatural, es crucial estar lleno del Espíritu Santo. Efesios 5:18 exhorta a los creyentes a "ser llenos del Espíritu." Esto implica ceder a la guía del Espíritu Santo y permitirle obrar a través de nosotros. Los dones del Espíritu, enumerados en 1 Corintios 12:8-10, incluyen sabiduría, conocimiento, fe, sanidad, poderes milagrosos, profecía, discernimiento de espíritus, hablar en lenguas e interpretación de lenguas. Estos dones se dan para el bien común y son esenciales para operar en lo sobrenatural.
La oración y el ayuno son disciplinas espirituales poderosas que pueden mejorar nuestra capacidad para operar en lo sobrenatural. Jesús a menudo se retiraba a lugares solitarios para orar (Lucas 5:16), y enseñó a sus discípulos sobre la importancia de la oración persistente (Lucas 18:1-8). En Mateo 17:21, Jesús explicó que algunos milagros requieren tanto oración como ayuno, diciendo: "Pero este género no sale sino con oración y ayuno."
La oración alinea nuestros corazones con la voluntad de Dios y abre la puerta para que Su poder fluya a través de nosotros. El ayuno, por otro lado, nos ayuda a negar nuestra carne y enfocarnos más intensamente en asuntos espirituales. Juntos, la oración y el ayuno crean un ambiente donde lo sobrenatural puede manifestarse más fácilmente.
Vivir una vida de obediencia y santidad es esencial para operar en lo sobrenatural. En Juan 15:7, Jesús dijo: "Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho." Permanecer en Cristo implica obedecer Sus mandamientos y vivir de acuerdo con Sus enseñanzas. La santidad, o estar apartado para los propósitos de Dios, también es crucial. Hebreos 12:14 instruye a los creyentes a "seguir la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor."
La obediencia y la santidad crean un terreno fértil para que el poder de Dios obre a través de nosotros. Cuando vivimos en alineación con la voluntad de Dios, es más probable que veamos Su poder sobrenatural manifestarse en nuestras vidas.
Los creyentes han recibido autoridad en Cristo para operar en lo sobrenatural. En Lucas 10:19, Jesús dijo a sus discípulos: "He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará." Esta autoridad no se basa en nuestro propio mérito, sino en nuestra identidad en Cristo.
Entender y ejercer esta autoridad es clave para operar en lo sobrenatural. Cuando oramos por sanidad, liberación u otros milagros, lo hacemos en el nombre de Jesús, reconociendo que es Su poder y autoridad en acción, no la nuestra. Marcos 16:17-18 registra la promesa de Jesús de que "estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán."
El amor y la compasión son las fuerzas impulsoras detrás de las obras sobrenaturales de Dios. Jesús a menudo se conmovía con compasión antes de realizar milagros. En Mateo 14:14, leemos: "Y saliendo Jesús vio una gran multitud, y tuvo compasión de ellos, y sanó a los que de ellos estaban enfermos." De manera similar, en Juan 11:35, Jesús lloró antes de resucitar a Lázaro, mostrando Su profunda compasión por los que estaban de luto.
Operar en lo sobrenatural no se trata de buscar poder por sí mismo, sino de demostrar el amor y la compasión de Dios a un mundo herido. Cuando nuestros motivos están arraigados en el amor, es más probable que veamos el poder de Dios manifestarse de maneras milagrosas.
La Biblia proporciona numerosos ejemplos de individuos que operaron en lo sobrenatural. Elías y Eliseo realizaron muchos milagros, incluyendo resucitar a los muertos y multiplicar alimentos (1 Reyes 17:22; 2 Reyes 4:34-35). Los apóstoles realizaron señales y maravillas, como sanar a los enfermos y expulsar demonios (Hechos 5:12-16). Estos ejemplos sirven como aliento e inspiración para que creamos que Dios puede obrar a través de nosotros de maneras similares.
Finalmente, es importante buscar la voluntad de Dios en todas las cosas. No todas las situaciones resultarán en un resultado milagroso, y es crucial someterse a la soberanía de Dios. Jesús mismo oró en el Jardín de Getsemaní: "No sea como yo quiero, sino como tú" (Mateo 26:39). Confiar en la sabiduría y el tiempo de Dios es esencial cuando buscamos operar en lo sobrenatural.
Operar en lo sobrenatural es un viaje de fe, dependencia del Espíritu Santo y alineación con la voluntad de Dios. Al cultivar una relación profunda con Dios, vivir una vida de obediencia y santidad, y ejercer la autoridad que tenemos en Cristo, podemos convertirnos en vasos a través de los cuales fluye el poder milagroso de Dios. Al hacerlo, siempre debemos recordar que el propósito último de lo sobrenatural es glorificar a Dios y demostrar Su amor y compasión al mundo.
Que seas alentado y empoderado para dar un paso de fe, confiando en que el mismo Dios que obró milagros a través de Jesús y los apóstoles sigue obrando hoy, listo para hacer grandes cosas a través de ti.