¿Adoran los cristianos, judíos y musulmanes al mismo Dios?

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La cuestión de si los cristianos, judíos y musulmanes adoran al mismo Dios ha sido un tema de considerable debate y reflexión entre teólogos, eruditos y creyentes por igual. Para abordar adecuadamente esta cuestión, es esencial explorar los fundamentos teológicos, las escrituras y los contextos históricos de estas tres religiones monoteístas: el cristianismo, el judaísmo y el islam.

El concepto de Dios en el judaísmo

El judaísmo es la más antigua de las tres religiones abrahámicas y está arraigada en las Escrituras hebreas, comúnmente conocidas como el Tanaj. La declaración central de la fe judía es el Shemá, que se encuentra en Deuteronomio 6:4: "Escucha, Israel: El Señor nuestro Dios, el Señor es uno". Este versículo encapsula la esencia monoteísta del judaísmo, enfatizando la unidad y singularidad de Dios, conocido como Yahvé o Jehová.

En el judaísmo, Dios es visto como el Creador del universo, omnipotente, omnisciente y omnipresente. La relación entre Dios y el pueblo judío es de pacto, iniciada con figuras como Abraham, Isaac y Jacob, y luego solidificada a través de Moisés en el Monte Sinaí. Los atributos de Dios en el judaísmo incluyen justicia, misericordia y santidad, y Él está íntimamente involucrado en los asuntos de la humanidad, guiando y corrigiendo a su pueblo elegido.

El concepto de Dios en el cristianismo

El cristianismo surgió de la tradición judía y comparte la misma creencia fundamental en un Dios, que es el Creador y Sustentador de todas las cosas. Sin embargo, el cristianismo introduce la doctrina de la Trinidad, que postula que Dios existe como tres personas en una esencia: Dios el Padre, Dios el Hijo (Jesucristo) y Dios el Espíritu Santo. Esto se articula en pasajes como Mateo 28:19, donde Jesús ordena a sus discípulos bautizar "en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo".

La comprensión cristiana de Dios está profundamente moldeada por la vida, muerte y resurrección de Jesucristo. Los cristianos creen que Jesús es la Palabra encarnada de Dios (Juan 1:1, 14), completamente divino y completamente humano, que vino a reconciliar a la humanidad con Dios a través de su muerte sacrificial y resurrección. Esta creencia es central para la fe cristiana y la distingue del judaísmo y el islam.

El concepto de Dios en el islam

El islam, la más joven de las tres religiones abrahámicas, también proclama un monoteísmo estricto. El principio central de la fe islámica es la Shahada, que dice: "No hay más dios que Alá, y Mahoma es su profeta". El nombre "Alá" es simplemente la palabra árabe para Dios, utilizada también por cristianos y judíos de habla árabe.

En el islam, Dios (Alá) se entiende como absolutamente singular, trascendente e incomparable. El Corán, que los musulmanes creen que es la revelación final de Dios, enfatiza su unidad y soberanía (Surah Al-Ikhlas 112:1-4). Alá es descrito como misericordioso y compasivo, pero también justo y omnipotente. Al igual que el judaísmo, el islam rechaza cualquier forma de división dentro de la divinidad, lo que incluye la doctrina cristiana de la Trinidad.

Puntos de convergencia y divergencia

A un nivel alto, las tres religiones afirman la existencia de un Dios soberano que es el Creador y Sustentador del universo. Este terreno común es significativo y forma una base para el respeto mutuo y el diálogo.

Sin embargo, las diferencias son igualmente importantes:

  1. La Trinidad: La doctrina cristiana de la Trinidad es un punto de divergencia importante. Tanto el judaísmo como el islam rechazan este concepto, considerándolo incompatible con su comprensión de la unidad de Dios.

  2. Jesucristo: En el cristianismo, Jesús es el Hijo de Dios y la segunda persona de la Trinidad, cuya vida y obra son centrales para la salvación. El judaísmo considera a Jesús como una figura histórica, pero no como el Mesías o divino. El islam reconoce a Jesús (Isa) como un profeta y una figura significativa, pero no como el Hijo de Dios o divino.

  3. Autoridad escritural: Cada religión tiene su propio conjunto de textos sagrados. Los judíos se adhieren al Tanaj, los cristianos a la Biblia (incluyendo el Antiguo y Nuevo Testamento) y los musulmanes al Corán. Aunque hay narrativas y figuras superpuestas, las interpretaciones y los énfasis teológicos difieren significativamente.

Reflexiones teológicas

Desde una perspectiva cristiana no denominacional, es esencial reconocer tanto la herencia compartida como las revelaciones distintas que definen cada fe. El apóstol Pablo, en su discurso a los atenienses en el Areópago, reconoció su religiosidad y los señaló hacia el "dios desconocido" que adoraban (Hechos 17:22-23). Luego proclamó al Dios de la revelación cristiana, que "hizo el mundo y todo lo que hay en él" y que "no vive en templos construidos por manos humanas" (Hechos 17:24).

Este enfoque puede ser instructivo. Los cristianos pueden afirmar la fe monoteísta de judíos y musulmanes mientras también dan testimonio de la revelación única de Dios en Jesucristo. El Evangelio de Juan dice: "Nadie ha visto jamás a Dios; el Hijo unigénito, que es Dios y que está en el seno del Padre, él lo ha dado a conocer" (Juan 1:18). Esta creencia en la encarnación y la obra redentora de Cristo es fundamental para la comprensión cristiana de Dios.

Diálogos históricos y contemporáneos

A lo largo de la historia, ha habido varios intentos de diálogo y entendimiento interreligioso. El filósofo y teólogo medieval Tomás de Aquino se comprometió con el pensamiento islámico y judío, buscando un terreno común mientras también articulaba la distintividad de la doctrina cristiana. En tiempos contemporáneos, esfuerzos como la iniciativa "Una palabra común" han buscado fomentar el entendimiento mutuo y la cooperación entre musulmanes y cristianos basados en valores compartidos de amor a Dios y al prójimo.

Conclusión

En resumen, aunque los cristianos, judíos y musulmanes adoran a un solo Dios, las comprensiones y revelaciones de ese Dios difieren significativamente. Desde una perspectiva cristiana no denominacional, la creencia en la Trinidad y la encarnación de Jesucristo son aspectos centrales e innegociables de la fe que distinguen al cristianismo del judaísmo y el islam. Sin embargo, el compromiso compartido con el monoteísmo y las enseñanzas éticas que de él se derivan proporcionan una base para el diálogo y la cooperación respetuosos.

Al reconocer tanto las similitudes como las diferencias, los cristianos pueden involucrarse de manera significativa con judíos y musulmanes, dando testimonio de su fe mientras también honran la devoción sincera de otros al único Dios verdadero.

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