Antes de su caída, Satanás, originalmente conocido como Lucifer, ocupaba una posición significativa y exaltada en la jerarquía celestial. Para entender su papel, primero debemos observar la evidencia bíblica y teológica que proporciona información sobre su estatus antes de la caída.
El nombre "Lucifer" significa "portador de luz" o "estrella de la mañana", lo que nos da la primera pista sobre su papel original. Según Isaías 14:12 (RVR1960), "¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana! ¡Cortado fuiste por tierra, tú que debilitabas a las naciones!" Este pasaje, aunque dirigido principalmente al rey de Babilonia, ha sido tradicionalmente interpretado por muchos teólogos como una referencia también a la caída de Satanás, indicando su estatus inicial elevado.
Ezequiel 28:12-17 ofrece otra descripción vívida. Aunque este pasaje se dirige al rey de Tiro, se entiende ampliamente que tiene una referencia dual al ser espiritual detrás del gobernante terrenal, es decir, Satanás. Los versículos 12-15 describen a un ser de inmensa belleza y sabiduría, adornado con piedras preciosas y situado en el monte santo de Dios. "Tú eras el sello de la perfección, lleno de sabiduría y perfecto en hermosura. Estuviste en Edén, en el huerto de Dios; toda piedra preciosa era tu vestidura... Tú, querubín grande, protector, yo te puse; en el santo monte de Dios estuviste; en medio de las piedras de fuego te paseabas. Perfecto eras en todos tus caminos desde el día que fuiste creado, hasta que se halló en ti maldad."
De estos versículos, podemos inferir varios aspectos del papel de Lucifer antes de su caída:
Querubín Ungido: Lucifer no era solo un ángel cualquiera, sino un querubín ungido. Los querubines a menudo se representan en las Escrituras como guardianes de la presencia de Dios. El hecho de que Lucifer fuera ungido indica una consagración y autoridad especiales. Probablemente estaba involucrado en la adoración y el servicio directo a Dios.
Sello de la Perfección: La frase "sello de la perfección" sugiere que Lucifer era un modelo de lo que un ser creado podía ser. Estaba dotado de inmensa sabiduría y belleza, reflejando la gloria de Dios de una manera que pocas otras criaturas podían.
Edén, el Huerto de Dios: Esta referencia a Edén es intrigante. Sugiere que Lucifer pudo haber tenido un papel en el paraíso terrenal antes de la caída del hombre. Su presencia en Edén significa una posición de autoridad y responsabilidad significativas.
Paseo entre las Piedras de Fuego: Esta frase a menudo se interpreta como que Lucifer tenía acceso a la misma presencia de Dios. Las "piedras de fuego" podrían simbolizar el reino divino, indicando que Lucifer era un ser de alta posición espiritual que tenía acceso íntimo a la gloria de Dios.
Los teólogos han especulado a menudo sobre la naturaleza de los deberes de Lucifer. Dadas sus características descritas, es razonable suponer que estaba involucrado en la dirección de la adoración celestial. Isaías 14:11 (NVI) dice: "Tu majestad ha sido arrojada al sepulcro, junto con el sonido de tus arpas." Esta referencia a los instrumentos musicales sugiere que Lucifer podría haber desempeñado un papel en la sinfonía celestial de adoración dirigida a Dios.
El poema épico de John Milton, "El Paraíso Perdido", aunque es una obra de literatura y no de Escritura, ha influido profundamente en el pensamiento cristiano sobre el papel de Satanás antes de la caída. Milton retrata a Lucifer como un arcángel de alto rango que lideraba al ejército celestial en la adoración antes de que su orgullo lo llevara a la rebelión. Aunque "El Paraíso Perdido" no es canónico, su descripción se alinea con la representación bíblica de Lucifer como un ser de inmensa belleza y autoridad que cayó en desgracia debido a su orgullo.
La caída de Lucifer es un evento crucial en la narrativa cósmica del bien y el mal. Ezequiel 28:17 (NVI) dice: "Se enalteció tu corazón a causa de tu hermosura, corrompiste tu sabiduría a causa de tu esplendor. Yo te arrojé por tierra; te puse delante de los reyes, para que miren en ti." Este versículo destaca la trágica ironía de la caída de Lucifer: sus dones, que estaban destinados a glorificar a Dios, se convirtieron en la fuente de su orgullo y rebelión.
Isaías 14:13-14 (NVI) captura la esencia de la ambición orgullosa de Lucifer: "Tú decías en tu corazón: 'Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, a los lados del norte; sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo.'" Estas declaraciones de "yo subiré" reflejan un deseo no solo de más poder, sino de igualdad con el mismo Dios. Esta insurrección contra el orden divino llevó a su expulsión del cielo.
En resumen, antes de su caída, Satanás, conocido como Lucifer, era un ser de extraordinaria belleza, sabiduría y autoridad. Era un querubín ungido, posiblemente liderando la adoración celestial y teniendo acceso íntimo a la presencia de Dios. Su papel era de servicio, glorificación y guardianía dentro de los reinos celestiales. Sin embargo, su orgullo y ambición llevaron a su caída, transformándolo de portador de luz en adversario, alterando para siempre el curso de la batalla cósmica entre el bien y el mal.