¿Por qué regresa Jesús según la Biblia?

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El regreso de Jesucristo es uno de los eventos más anticipados en la escatología cristiana, a menudo referido como la Segunda Venida. La Biblia proporciona múltiples razones para el regreso de Jesús, cada una profundamente arraigada en el plan redentor de Dios para la humanidad y el mundo. Para entender por qué Jesús está regresando, debemos examinar varios temas y pasajes clave en las Escrituras que iluminan Sus propósitos.

Primero y ante todo, Jesús está regresando para cumplir las promesas y profecías de Dios. A lo largo del Antiguo y Nuevo Testamento, hay numerosas profecías concernientes al regreso del Mesías. Por ejemplo, en el Antiguo Testamento, el profeta Daniel habla de un tiempo cuando el "Hijo del Hombre" vendrá con las nubes del cielo para establecer un dominio eterno (Daniel 7:13-14). De manera similar, en el Nuevo Testamento, el mismo Jesús promete Su regreso en pasajes como Juan 14:3, donde dice: "Y si me voy y preparo un lugar para ustedes, vendré otra vez y los tomaré conmigo, para que donde yo esté, ustedes también estén."

Otra razón significativa para el regreso de Jesús es llevar a cabo el juicio final. La Biblia enseña que Jesús regresará para juzgar a los vivos y a los muertos. Esto se declara explícitamente en pasajes como Mateo 25:31-46, donde Jesús describe la separación de los justos de los injustos, comparándolo con un pastor que separa las ovejas de los cabritos. Este juicio final no es meramente punitivo, sino que sirve para establecer justicia y rectitud, asegurando que el mal sea finalmente tratado y que la santidad de Dios sea mantenida.

Además del juicio, el regreso de Jesús también trata sobre la consumación del Reino de Dios. Mientras que Jesús inauguró el Reino durante Su ministerio terrenal, su plena realización espera Su regreso. En Apocalipsis 11:15, leemos: "El reino del mundo ha venido a ser el reino de nuestro Señor y de su Cristo, y él reinará por los siglos de los siglos." Esto significa la victoria última del gobierno de Dios sobre toda la creación, un tema que resuena a lo largo del libro de Apocalipsis. El regreso de Cristo traerá la renovación de todas las cosas, incluyendo los nuevos cielos y la nueva tierra (Apocalipsis 21:1-5), donde la presencia de Dios morará con la humanidad en una relación restaurada y perfecta.

Además, Jesús está regresando para reunir a Su pueblo consigo mismo. Este aspecto de Su regreso a menudo se refiere como el "rapto", donde los creyentes serán arrebatados para encontrarse con el Señor en el aire (1 Tesalonicenses 4:16-17). Esta reunión no es solo una reubicación física, sino una profunda unión espiritual, cumpliendo la oración de Jesús en Juan 17:24: "Padre, deseo que aquellos que me has dado, estén conmigo donde yo estoy, para que vean mi gloria que me has dado porque me amaste antes de la fundación del mundo." Esta reunión subraya el aspecto relacional del plan de Dios, enfatizando Su deseo de una comunión íntima con Su pueblo.

Además, el regreso de Jesús es una demostración de Su victoria final sobre Satanás, el pecado y la muerte. La cruz y la resurrección fueron victorias decisivas, pero la Segunda Venida será el triunfo final y completo. En Apocalipsis 19:11-21, vemos una vívida representación de Cristo como un Rey conquistador, montado en un caballo blanco, derrotando a las fuerzas del mal. Esta victoria culminará con el lanzamiento de Satanás en el lago de fuego (Apocalipsis 20:10), significando el fin de toda rebelión contra Dios y el establecimiento de la paz y la justicia eternas.

El regreso de Jesús también sirve como una fuente de esperanza y aliento para los creyentes. En Tito 2:13, Pablo lo describe como "nuestra esperanza bienaventurada, la manifestación de la gloria de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo." Esta esperanza sostiene a los cristianos a través de pruebas y tribulaciones, recordándoles que sus sufrimientos presentes son temporales y que un futuro glorioso les espera. La anticipación del regreso de Jesús fomenta la perseverancia y la fidelidad, ya que los creyentes están llamados a vivir de una manera digna de su llamado, sabiendo que su trabajo en el Señor no es en vano (1 Corintios 15:58).

Además, el regreso de Jesús traerá la restauración de toda la creación. El apóstol Pablo habla de esto en Romanos 8:19-22, donde describe la creación misma como esperando ansiosamente la manifestación de los hijos de Dios. El regreso de Cristo liberará a la creación de su esclavitud a la corrupción y la llevará a la libertad y gloria de los hijos de Dios. Esta renovación cósmica es parte del plan integral de Dios para restaurar todo lo que fue estropeado por el pecado, reflejando Su intención original de una creación armoniosa y floreciente.

El regreso de Jesús también es una manifestación de la fidelidad y el amor de Dios. A lo largo de las Escrituras, Dios es retratado como un Dios que guarda el pacto y cumple Sus promesas. La Segunda Venida es el cumplimiento último de las promesas redentoras de Dios, demostrando Su compromiso inquebrantable con Su pueblo y Su creación. En 2 Pedro 3:9, leemos: "El Señor no tarda en cumplir su promesa, como algunos entienden la tardanza, sino que es paciente para con ustedes, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos lleguen al arrepentimiento." Este versículo destaca la paciencia de Dios y Su deseo de que todos lleguen al arrepentimiento, subrayando el propósito redentor detrás del retraso del regreso de Cristo.

Por último, Jesús está regresando para establecer la comunión eterna con Su novia, la Iglesia. La imagen de una boda es prevalente en el Nuevo Testamento, donde la Iglesia es descrita como la novia de Cristo. En Efesios 5:25-27, Pablo habla del amor sacrificial de Cristo por la Iglesia, con el objetivo de presentarla como una novia radiante, sin mancha ni arruga. La culminación de esta imagen matrimonial se encuentra en Apocalipsis 19:7-9, donde se celebra la cena de las bodas del Cordero. Esta unión eterna entre Cristo y Su Iglesia significa el cumplimiento último del plan redentor de Dios, donde los creyentes disfrutarán de una comunión ininterrumpida con su Salvador para siempre.

En resumen, el regreso de Jesús es un evento multifacético con un profundo significado teológico. Cumple las promesas y profecías de Dios, lleva a cabo el juicio final, consuma el Reino de Dios, reúne a los creyentes consigo mismo, demuestra Su victoria sobre el mal, proporciona esperanza y aliento, restaura toda la creación, manifiesta la fidelidad y el amor de Dios, y establece la comunión eterna con Su Iglesia. Cada una de estas razones refleja la profundidad y amplitud del plan redentor de Dios, revelando Su carácter y propósitos de una manera que llama a los creyentes a vivir en anticipación esperanzada y obediencia fiel. Mientras esperamos Su regreso, recordamos las palabras de Apocalipsis 22:20: "El que da testimonio de estas cosas dice: 'Sí, vengo pronto.' Amén. ¡Ven, Señor Jesús!"

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