¿Qué dice Mateo 24 sobre la segunda venida de Jesús?

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El Evangelio de Mateo, particularmente el capítulo 24, es un pasaje rico y complejo que aborda la segunda venida de Jesucristo. Este capítulo a menudo se conoce como el Discurso del Olivar porque Jesús dio esta enseñanza en el Monte de los Olivos. El discurso es una respuesta a las preguntas de los discípulos sobre el fin de los tiempos y las señales de la venida de Jesús. Para entender lo que dice Mateo 24 sobre la segunda venida de Jesús, es esencial profundizar en el texto, examinando su contexto, temas y versículos específicos.

Mateo 24 comienza con Jesús saliendo del templo y prediciendo su destrucción. Los discípulos, intrigados y preocupados, le preguntan en privado: "Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y cuál será la señal de tu venida y del fin del siglo?" (Mateo 24:3, ESV). Esta pregunta prepara el escenario para el detallado discurso de Jesús sobre el fin de los tiempos.

Jesús comienza advirtiendo a sus seguidores que no se dejen engañar. Advierte sobre falsos mesías, guerras, hambrunas, terremotos y otras calamidades, describiendo estos como "el principio de dolores" (Mateo 24:8, ESV). Estos eventos, aunque alarmantes, no son las señales inmediatas de su venida, sino precursores de eventos más significativos.

Uno de los temas clave en Mateo 24 es la idea de la tribulación. Jesús habla de un período de gran angustia, sin precedentes en la historia: "Porque habrá entonces gran tribulación, cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá" (Mateo 24:21, ESV). Este período está marcado por persecución, falsos profetas, anarquía y un enfriamiento general del amor entre las personas (Mateo 24:9-12). A pesar de estas dificultades, Jesús alienta la perseverancia, prometiendo que aquellos que perseveren hasta el fin serán salvos (Mateo 24:13).

El discurso luego se desplaza a la proclamación del evangelio. Jesús dice: "Y este evangelio del reino será predicado en todo el mundo como testimonio a todas las naciones, y entonces vendrá el fin" (Mateo 24:14, ESV). Esta evangelización global es un hito crucial en la línea de tiempo de los eventos del fin de los tiempos.

Un momento crucial en Mateo 24 es la "abominación desoladora" de la que habló el profeta Daniel (Mateo 24:15). Jesús instruye a aquellos en Judea a huir a las montañas cuando vean esta abominación de pie en el lugar santo. Este evento señala el inicio de la gran tribulación y sirve como una advertencia grave para los creyentes.

A medida que Jesús continúa, describe disturbios cósmicos que precederán su regreso: "Inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su luz, y las estrellas caerán del cielo, y las potencias de los cielos serán sacudidas" (Mateo 24:29, ESV). Estas señales celestiales son dramáticas e inconfundibles, anunciando la llegada inminente del Hijo del Hombre.

El clímax de Mateo 24 es la descripción de Jesús de su segunda venida. Él dice: "Entonces aparecerá en el cielo la señal del Hijo del Hombre, y entonces todas las tribus de la tierra harán duelo, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo con poder y gran gloria" (Mateo 24:30, ESV). Esta imagen es poderosa y evocadora, basándose en profecías del Antiguo Testamento como Daniel 7:13-14. El duelo de las tribus de la tierra indica un reconocimiento de la autoridad de Jesús y una realización de las consecuencias de rechazarlo.

Jesús explica además que enviará a sus ángeles con un fuerte toque de trompeta para reunir a sus elegidos de los cuatro vientos, de un extremo del cielo al otro (Mateo 24:31). Esta reunión de los elegidos es un momento de esperanza y cumplimiento para los creyentes, ya que significa su redención y unión final con Cristo.

Para enfatizar la certeza y la inmediatez de su venida, Jesús usa la parábola de la higuera. Explica que así como el brote de la higuera indica la llegada del verano, así las señales que ha descrito señalarán su regreso inminente (Mateo 24:32-33). Asegura a sus oyentes que "esta generación no pasará hasta que todas estas cosas sucedan" (Mateo 24:34, ESV). Esta declaración ha sido objeto de mucho debate, con varias interpretaciones que sugieren que se refiere a la generación del tiempo de Jesús, la generación que presencia las señales, o el pueblo judío en su conjunto.

Jesús también subraya la imprevisibilidad de su regreso. Declara: "Pero del día y la hora nadie sabe, ni siquiera los ángeles del cielo, ni el Hijo, sino solo el Padre" (Mateo 24:36, ESV). Compara su venida con los días de Noé, cuando la gente no era consciente del diluvio inminente hasta que fue demasiado tarde (Mateo 24:37-39). Esta analogía sirve como un recordatorio sobrio de permanecer vigilantes y preparados.

En la última parte de Mateo 24, Jesús usa varias parábolas para ilustrar la importancia de estar preparados. La parábola del siervo fiel y prudente contrasta con el siervo malvado que es sorprendido desprevenido cuando el amo regresa inesperadamente (Mateo 24:45-51). Esta parábola destaca las bendiciones del servicio fiel y las consecuencias de la negligencia y la complacencia.

A lo largo de Mateo 24, Jesús enfatiza la necesidad de vigilancia y preparación. Insta a sus seguidores a mantenerse despiertos y estar listos, porque el Hijo del Hombre viene a una hora que no esperan (Mateo 24:42-44). Este llamado a la vigilancia es un tema recurrente en las enseñanzas de Jesús sobre el fin de los tiempos.

En resumen, Mateo 24 proporciona una descripción completa y multifacética de la segunda venida de Jesús. Describe las señales y eventos que preceden su regreso, incluyendo tribulación, disturbios cósmicos y la proclamación del evangelio. Las vívidas imágenes y parábolas de Jesús subrayan la certeza de su venida y la importancia de estar preparados. Para los creyentes, este capítulo sirve tanto como una advertencia como una fuente de esperanza, alentándolos a permanecer firmes en la fe y diligentes en su servicio a Dios.

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