¿Cuáles son las diferencias clave entre la transubstanciación y la consubstanciación?

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Los conceptos de transubstanciación y consubstanciación son centrales en la teología sacramental cristiana, particularmente en lo que respecta a la Eucaristía, también conocida como la Cena del Señor o la Sagrada Comunión. Estos términos describen diferentes entendimientos de cómo Cristo está presente en los elementos del pan y el vino durante el sacramento. Aunque ambas teorías afirman la presencia real de Cristo, divergen significativamente en sus explicaciones de cómo ocurre esta presencia.

Transubstanciación

La transubstanciación es una doctrina principalmente asociada con la Iglesia Católica Romana. Postula que durante la consagración en la Misa, la sustancia del pan y el vino se transforma en el cuerpo y la sangre reales de Jesucristo, mientras que los accidentes (las apariencias de pan y vino) permanecen sin cambios. Se cree que esta transformación ocurre por el poder de Dios a través de las palabras de institución pronunciadas por el sacerdote: "Esto es mi cuerpo... Esto es mi sangre" (Mateo 26:26-28).

El término "transubstanciación" fue definido formalmente por el Cuarto Concilio de Letrán en 1215 y luego reafirmado por el Concilio de Trento en el siglo XVI como respuesta a la Reforma. El Concilio de Trento declaró:

"Por la consagración del pan y el vino, se produce un cambio de toda la sustancia del pan en la sustancia del cuerpo de Cristo nuestro Señor y de toda la sustancia del vino en la sustancia de su sangre. Este cambio la santa Iglesia Católica lo ha llamado adecuadamente y propiamente transubstanciación" (Concilio de Trento, Sesión XIII, Capítulo IV).

Esta doctrina se basa en gran medida en la filosofía aristotélica, distinguiendo entre "sustancia" y "accidentes". La "sustancia" se refiere a la realidad esencial de una cosa, mientras que los "accidentes" son sus atributos sensoriales. En la Eucaristía, la "sustancia" del pan y el vino se convierte en el cuerpo y la sangre de Cristo, pero los "accidentes" (sabor, olor, apariencia) siguen siendo los del pan y el vino.

Consubstanciación

La consubstanciación es un término a menudo asociado con la teología luterana, aunque no es un término que Martín Lutero usara. Esta doctrina sugiere que durante la Eucaristía, el cuerpo y la sangre de Cristo están presentes "en, con y bajo" las formas de pan y vino. A diferencia de la transubstanciación, la consubstanciación no propone un cambio en la sustancia del pan y el vino. En cambio, afirma que el pan y el vino coexisten con el cuerpo y la sangre de Cristo.

La teología luterana enfatiza la "presencia real" de Cristo en la Eucaristía, una creencia basada en las palabras de Jesús en la Última Cena. Martín Lutero argumentó que las palabras de Cristo, "Esto es mi cuerpo... Esto es mi sangre", deben tomarse literalmente, afirmando que Cristo está verdaderamente presente en el sacramento. Sin embargo, Lutero rechazó el marco filosófico de sustancia y accidentes, proponiendo en su lugar una unión más misteriosa.

Lutero explicó esta unión usando la analogía de una barra de hierro colocada en el fuego. El hierro y el fuego permanecen distintos, pero el hierro se vuelve rojo y brilla con el calor del fuego. De manera similar, el pan y el vino siguen siendo pan y vino, pero también son verdaderamente el cuerpo y la sangre de Cristo. Este entendimiento se basa en una unión sacramental en lugar de una transformación metafísica.

Diferencias Clave

La principal diferencia entre la transubstanciación y la consubstanciación radica en su comprensión de la relación entre el pan y el vino y el cuerpo y la sangre de Cristo.

  1. Naturaleza del Cambio:
  2. Transubstanciación: La sustancia del pan y el vino se transforma completamente en la sustancia del cuerpo y la sangre de Cristo, aunque los accidentes permanecen iguales.
  3. Consubstanciación: La sustancia del pan y el vino permanece sin cambios, pero el cuerpo y la sangre de Cristo están presentes junto al pan y el vino.

  4. Marco Filosófico:

  5. Transubstanciación: Se basa en los conceptos aristotélicos de sustancia y accidentes para explicar el cambio.
  6. Consubstanciación: Rechaza el marco aristotélico, enfatizando una unión sacramental sin un cambio en la sustancia.

  7. Énfasis Teológico:

  8. Transubstanciación: Se enfoca en el poder transformador de la consagración del sacerdote y el misterio de la fe.
  9. Consubstanciación: Enfatiza la interpretación literal de las palabras de Cristo y el misterio de la presencia de Cristo.

Fundamentos Escriturales

Ambas doctrinas buscan ser fieles a las Escrituras, particularmente a los relatos de la Última Cena. En Mateo 26:26-28, Jesús instituye la Eucaristía con las palabras, "Tomad, comed; esto es mi cuerpo... Bebed de él, todos vosotros, porque esto es mi sangre del pacto, que es derramada por muchos para el perdón de los pecados." Estas palabras también se repiten en Marcos 14:22-24 y Lucas 22:19-20.

En Juan 6:53-56, Jesús dice: "En verdad, en verdad os digo: si no coméis la carne del Hijo del Hombre y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día. Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida." Este pasaje ha sido un punto focal para las discusiones sobre la presencia real de Cristo en la Eucaristía.

Contexto Histórico y Desarrollo

La doctrina de la transubstanciación se desarrolló a lo largo de los siglos, influenciada por los primeros Padres de la Iglesia como Agustín y Tomás de Aquino. Agustín habló de la Eucaristía como un sacramento de unidad, donde los creyentes participan del cuerpo de Cristo. Aquino más tarde proporcionó una explicación sistemática utilizando la filosofía aristotélica, que se convirtió en la base de la doctrina de la transubstanciación.

El rechazo de Lutero a la transubstanciación fue parte de su crítica más amplia al escolasticismo medieval y al sistema sacramental de la Iglesia Católica. Buscó regresar a una comprensión más bíblica y menos filosóficamente compleja de la presencia de Cristo en la Eucaristía. Sus puntos de vista fueron codificados en la Confesión de Augsburgo (1530), que dice:

"De la Cena del Señor, enseñan que el Cuerpo y la Sangre de Cristo están verdaderamente presentes, y se distribuyen a aquellos que comen la Cena del Señor; y rechazan a aquellos que enseñan lo contrario" (Confesión de Augsburgo, Artículo X).

Implicaciones Teológicas

Las diferencias entre la transubstanciación y la consubstanciación tienen implicaciones teológicas significativas para cómo los cristianos entienden la naturaleza de la Eucaristía, el papel del sacerdote y el misterio de la fe.

Para los católicos, la transubstanciación subraya el papel único del sacerdote en efectuar la transformación y el profundo misterio de la fe involucrado en el sacramento. También destaca la Eucaristía como una continuación de la ofrenda sacrificial de Cristo, hecha presente en la Misa.

Para los luteranos, la consubstanciación enfatiza la accesibilidad de la presencia de Cristo para todos los creyentes y la importancia de la fe al recibir el sacramento. También refleja un compromiso con una interpretación más sencilla de las Escrituras, libre de las complejidades de la filosofía medieval.

Conclusión

En resumen, aunque tanto la transubstanciación como la consubstanciación afirman la presencia real de Cristo en la Eucaristía, ofrecen diferentes explicaciones de cómo se realiza esta presencia. La transubstanciación implica un cambio metafísico en la sustancia del pan y el vino, mientras que la consubstanciación postula una unión sacramental donde el cuerpo y la sangre de Cristo están presentes junto a los elementos inalterados. Estas diferencias reflejan compromisos teológicos y filosóficos más amplios dentro de las tradiciones católica romana y luterana, respectivamente, y continúan dando forma a las comprensiones cristianas de la Eucaristía hoy en día.

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