La Biblia, un texto sagrado para los cristianos de todo el mundo, está dividida en dos secciones principales conocidas como testamentos: el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento. Estos dos testamentos juntos forman el canon de las Escrituras que los cristianos creen que es divinamente inspirado y autoritativo para la fe y la práctica. Cada testamento cumple un papel distinto pero complementario en el desarrollo del plan redentor de Dios para la humanidad.
El Antiguo Testamento, también conocido como la Biblia Hebrea, es una colección de textos que fueron escritos principalmente en hebreo, con algunas porciones en arameo. Está compuesto por 39 libros en la tradición protestante, aunque el número puede variar ligeramente en otras tradiciones cristianas debido a diferencias en la disposición e inclusión de ciertos libros.
El Antiguo Testamento se puede dividir en cuatro secciones principales:
El Pentateuco (Torá): Esto incluye los primeros cinco libros: Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio. Estos libros son fundamentales, contienen la narrativa de la creación, la historia de los patriarcas, el Éxodo de Egipto y la entrega de la Ley en el Monte Sinaí.
Libros Históricos: Estos libros, como Josué, Jueces, Samuel, Reyes y Crónicas, relatan la historia de los israelitas desde su conquista de Canaán, pasando por el período de los jueces, el establecimiento de la monarquía, la división del reino, y el exilio y regreso de Babilonia.
Literatura de Sabiduría y Poesía: Esta sección incluye libros como Job, Salmos, Proverbios, Eclesiastés y el Cantar de los Cantares. Estos escritos exploran temas de sabiduría, adoración, sufrimiento humano y la búsqueda de significado.
Libros Proféticos: Los profetas mayores (Isaías, Jeremías, Lamentaciones, Ezequiel y Daniel) y los doce profetas menores (Oseas hasta Malaquías) transmiten los mensajes de advertencia, juicio y esperanza de Dios a través de sus mensajeros elegidos.
El Antiguo Testamento sienta las bases para entender el carácter de Dios, su relación de pacto con Israel y su plan general de redención. Los temas clave incluyen:
El Nuevo Testamento consta de 27 libros escritos en griego, centrados en la vida, enseñanzas, muerte y resurrección de Jesucristo, así como en la formación y crecimiento de la iglesia cristiana primitiva.
El Nuevo Testamento se puede categorizar en cinco secciones principales:
Los Evangelios: Mateo, Marcos, Lucas y Juan proporcionan cuatro relatos distintos pero armoniosos de la vida, ministerio, crucifixión y resurrección de Jesús. Cada Evangelio ofrece una perspectiva única, dirigida a diferentes audiencias y enfatizando varios aspectos de la identidad y misión de Jesús.
Hechos de los Apóstoles: Escrito por Lucas, Hechos sirve como una secuela de su Evangelio, detallando la historia de la iglesia primitiva, la expansión del Evangelio y la obra del Espíritu Santo a través de los apóstoles, particularmente Pedro y Pablo.
Epístolas Paulinas: Estas cartas, escritas por el apóstol Pablo a varias iglesias e individuos, abordan cuestiones teológicas, instrucciones éticas y preocupaciones pastorales. Cartas clave incluyen Romanos, 1 y 2 Corintios, Gálatas, Efesios, Filipenses y Colosenses.
Epístolas Generales: También conocidas como Epístolas Católicas, estas cartas fueron escritas por otros apóstoles y líderes, como Santiago, Pedro, Juan y Judas. Ofrecen orientación práctica y aliento a la comunidad cristiana en general.
Apocalipsis: El último libro del Nuevo Testamento, escrito por Juan, contiene visiones apocalípticas y profecías sobre los últimos tiempos, el juicio final y la victoria definitiva de Dios.
El Nuevo Testamento revela el cumplimiento de las profecías y pactos del Antiguo Testamento a través de la persona y obra de Jesucristo. Los temas clave incluyen:
A pesar de haber sido escrito durante muchos siglos por varios autores en diferentes contextos culturales, el Antiguo y el Nuevo Testamento juntos forman una narrativa unificada del plan redentor de Dios. El Antiguo Testamento prepara el escenario para la venida de Cristo, mientras que el Nuevo Testamento revela el cumplimiento de las promesas de Dios y el establecimiento de su reino.
El Antiguo Testamento contiene numerosos tipos y sombras que apuntan a Cristo y su obra. Por ejemplo, el sistema sacrificial en Levítico prefigura el sacrificio definitivo de Jesús por el pecado (Hebreos 10:1-10). El cordero pascual en Éxodo prefigura a Cristo como el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo (Juan 1:29). El templo y sus rituales simbolizan la presencia de Dios con su pueblo, finalmente cumplida en Jesús, quien es Emanuel, "Dios con nosotros" (Mateo 1:23).
Aunque hay continuidad entre los testamentos, también hay discontinuidad. La venida de Cristo trae un cambio del antiguo pacto, basado en la Ley, al nuevo pacto, basado en la gracia. Las leyes ceremoniales y civiles dadas a Israel se cumplen en Cristo y ya no son vinculantes para los cristianos, aunque la ley moral continúa guiando el comportamiento ético.
En resumen, la Biblia está compuesta por dos testamentos, el Antiguo y el Nuevo Testamento, cada uno desempeñando un papel vital en la historia de la relación de Dios con la humanidad. El Antiguo Testamento proporciona la base, revelando el carácter de Dios, las promesas del pacto y la anticipación del Mesías. El Nuevo Testamento revela el cumplimiento de esas promesas en Jesucristo y las implicaciones para la vida de los creyentes y la iglesia. Juntos, estos testamentos forman una narrativa cohesiva que subraya el amor, la justicia y los propósitos redentores de Dios para toda la creación.