El término "engendrado" tiene un profundo significado teológico, particularmente en el contexto de la Biblia y la teología cristiana. Para entender su significado, debemos profundizar en su uso tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, con un enfoque particular en su aplicación a Jesucristo. El término "engendrado" se encuentra a menudo en el famoso versículo Juan 3:16 (RVR): "Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna." Aquí, la palabra "engendrado" se traduce del griego "μονογενής" (monogenēs).
En el Antiguo Testamento, el concepto de ser "engendrado" a menudo se asocia con la idea de engendrar o traer hijos al mundo. Por ejemplo, en Génesis 5, las genealogías usan frecuentemente el término para describir la descendencia desde Adán en adelante: "Y vivió Adán ciento treinta años, y engendró un hijo a su semejanza, conforme a su imagen, y llamó su nombre Set" (Génesis 5:3, RVR). Aquí, "engendró" (la forma verbal de "engendrado") indica el acto de procreación, destacando la relación biológica entre un padre y su descendencia.
Sin embargo, el Antiguo Testamento también usa "engendrado" en un sentido más metafórico, particularmente en referencia a la relación de Dios con Israel y el rey davídico. Por ejemplo, en el Salmo 2:7 (RVR), leemos: "Yo publicaré el decreto: Jehová me ha dicho: Mi hijo eres tú; yo te engendré hoy." Este versículo se entiende tradicionalmente como una profecía mesiánica, señalando la venida de Cristo. Aquí, "engendrado" implica una relación única entre Dios y el rey, una que va más allá de la mera descendencia física para incluir una designación y favor divinos especiales.
En el Nuevo Testamento, el término "engendrado" adquiere un significado teológico más profundo, especialmente en relación con Jesucristo. La palabra griega "μονογενής" (monogenēs) se usa para describir a Jesús en varios pasajes clave, incluyendo Juan 1:14, 1:18 y 3:16. El término a menudo se traduce como "unigénito" en la versión Reina-Valera, pero también puede traducirse como "único" o "único en su clase" en otras traducciones.
Juan 1:14 (RVR) dice: "Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad." Este versículo enfatiza la naturaleza única de Jesús como el Verbo encarnado de Dios. La frase "unigénito" subraya que Jesús no es simplemente otro ser humano, sino que tiene un estatus singular e incomparable como el Hijo de Dios.
El uso de "engendrado" en referencia a Jesucristo tiene varias implicaciones teológicas importantes:
Unicidad de Cristo: El término "engendrado" significa que Jesús es único: Él es el único de su clase. Mientras que los creyentes son llamados hijos de Dios a través de la adopción (Romanos 8:15; Efesios 1:5), Jesús es el Hijo de Dios de una manera fundamentalmente diferente. Él comparte la misma esencia divina que el Padre, como se afirma en el Credo de Nicea: "engendrado, no creado, de la misma sustancia que el Padre."
Generación Eterna: El concepto de que Jesús es "engendrado" del Padre también habla de la doctrina de la generación eterna del Hijo. Esto significa que el Hijo es eternamente derivado del Padre, no en un sentido temporal sino en un sentido eterno y relacional. Este es un misterio que trasciende la comprensión humana, pero es crucial para mantener la distinción entre las personas de la Trinidad mientras se afirma su unidad en esencia.
Encarnación: El término "engendrado" también destaca la encarnación de Jesucristo. Como indica Juan 1:14, el Verbo se hizo carne. Esto significa que el Hijo eterno de Dios asumió la naturaleza humana sin dejar de ser divino. La encarnación es un evento fundamental en la teología cristiana, que demuestra el inmenso amor y compromiso de Dios para redimir a la humanidad.
Revelación del Padre: Jesús, como el Hijo "unigénito", revela al Padre de manera única. Juan 1:18 (RVR) dice: "A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer." Jesús hace conocido al Dios invisible de una manera que nadie más puede, porque Él comparte la misma naturaleza divina y tiene una relación íntima con el Padre.
La iglesia primitiva luchó con el significado de "engendrado" en relación con Jesucristo, particularmente en el contexto de la controversia arriana. Arrio, un presbítero del siglo IV, argumentó que el Hijo era un ser creado y no coeterno con el Padre. En respuesta, el Concilio de Nicea (AD 325) afirmó la comprensión ortodoxa de Jesús como "engendrado, no creado, de la misma sustancia que el Padre." Esto fue crucial para mantener la doctrina de la Trinidad y la plena divinidad de Jesucristo.
Padres de la iglesia como Atanasio y Agustín expusieron aún más el concepto de generación eterna. Atanasio, en su obra "Sobre la Encarnación," enfatizó que el Hijo es eternamente engendrado del Padre, lo que significa que nunca hubo un tiempo en que el Hijo no existiera. Agustín, en su obra "Sobre la Trinidad," elaboró sobre los aspectos relacionales dentro de la Deidad, describiendo al Padre como la fuente de la generación del Hijo, pero afirmando su co-igualdad y co-eternidad.
Entender el significado de "engendrado" tiene implicaciones prácticas para los creyentes hoy en día. Profundiza nuestra apreciación por la unicidad y divinidad de Jesucristo, alentándonos a adorarlo con mayor reverencia y asombro. Reconocer a Jesús como el Hijo "unigénito" también refuerza la importancia de la encarnación y los esfuerzos que Dios hizo para redimirnos.
Además, esta comprensión mejora nuestra comprensión de la Trinidad, ayudándonos a apreciar las dinámicas relacionales dentro de la Deidad. Nos recuerda que nuestra salvación está arraigada en el amor y la comunión eternos entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Esto puede inspirarnos a buscar relaciones más profundas dentro del cuerpo de Cristo, reflejando la unidad y el amor que existen dentro de la Trinidad.
Finalmente, reconocer a Jesús como el Hijo "unigénito" puede fortalecer nuestra fe en la fiabilidad de su revelación. Dado que Jesús revela al Padre de manera única, podemos confiar en sus enseñanzas y seguirlo con confianza, sabiendo que Él es la fuente última de verdad y vida.
El término "engendrado" en la Biblia, particularmente en referencia a Jesucristo, está lleno de significado teológico. Significa su estatus único como el Hijo de Dios, su generación eterna del Padre y su encarnación como el Verbo hecho carne. Esta comprensión es crucial para mantener las creencias cristianas ortodoxas sobre la Trinidad y la plena divinidad de Jesús. También tiene profundas implicaciones prácticas para nuestra adoración, relaciones y fe. Al contemplar el significado de "engendrado," somos llevados a una apreciación más profunda del misterio y la majestad de la obra redentora de Dios a través de su Hijo unigénito.