El Nuevo Testamento menciona a varias personas llamadas Santiago, cada una desempeñando roles distintos en la comunidad cristiana primitiva. Comprender quiénes son y sus contribuciones es esencial para una comprensión completa de la narrativa del Nuevo Testamento. Vamos a profundizar en las vidas y la importancia de estos individuos llamados Santiago.
En primer lugar, encontramos a Santiago, el hijo de Zebedeo. A menudo se le llama Santiago el Mayor para distinguirlo de otras figuras llamadas Santiago. Santiago el Mayor era pescador de oficio, trabajando junto a su hermano Juan y su padre Zebedeo. Jesús llamó a Santiago y a Juan para que lo siguieran, y se convirtieron en dos de sus doce apóstoles (Mateo 4:21-22). Santiago, junto con Pedro y Juan, formaron un círculo íntimo dentro de los discípulos, presenciando eventos clave como la Transfiguración (Mateo 17:1-9) y la agonía de Jesús en el Jardín de Getsemaní (Marcos 14:33-34). La prominencia de Santiago el Mayor se destaca aún más por su martirio; fue el primer apóstol en ser martirizado, ejecutado por el rey Herodes Agripa I alrededor del año 44 d.C. (Hechos 12:1-2).
A continuación, tenemos a Santiago, el hijo de Alfeo, también conocido como Santiago el Menor o Santiago el Joven. Es otro de los doce apóstoles (Marcos 3:18). Aunque no se detalla mucho sobre su vida y ministerio en el Nuevo Testamento, su inclusión entre los apóstoles significa su importancia en la iglesia primitiva. El título "el Menor" o "el Joven" probablemente se refiere a su edad o estatura en comparación con Santiago el Mayor.
Un tercer Santiago mencionado es Santiago, el hermano de Jesús. Este Santiago es particularmente significativo ya que se convirtió en un líder prominente en la comunidad cristiana primitiva en Jerusalén. Inicialmente, los hermanos de Jesús, incluido Santiago, eran escépticos de su ministerio (Juan 7:5). Sin embargo, después de la resurrección de Jesús, Santiago experimentó un encuentro transformador con el Cristo resucitado (1 Corintios 15:7). Este encuentro lo llevó a desempeñar un papel fundamental en la iglesia de Jerusalén. A Santiago a menudo se le llama Santiago el Justo debido a su piedad y adhesión a la ley judía. Presidió el Concilio de Jerusalén, que abordó el tema de los conversos gentiles y los requisitos para su inclusión en la comunidad cristiana (Hechos 15:13-21). El liderazgo de Santiago y su epístola, el Libro de Santiago, reflejan su profunda preocupación por la vida cristiana práctica y la justicia social.
Otro Santiago mencionado en el Nuevo Testamento es Santiago, el padre de Judas (no Iscariote). Este Santiago se menciona brevemente en Lucas 6:16 y Hechos 1:13, donde su hijo, Judas (también conocido como Tadeo o Lebeo), figura entre los doce apóstoles. Aunque se sabe poco sobre este Santiago, su mención subraya la comúnidad del nombre durante ese período.
Para resumir, el Nuevo Testamento menciona al menos a cuatro individuos llamados Santiago:
Cada uno de estos individuos llamados Santiago desempeñó un papel único y significativo en el movimiento cristiano primitivo. Sus vidas y contribuciones están entrelazadas en el tejido del Nuevo Testamento, ofreciéndonos una visión de la naturaleza diversa y dinámica de la iglesia primitiva.