¿Quién es la 'señora elegida' mencionada en 2 Juan?

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La identidad de la "señora elegida" mencionada en 2 Juan ha sido un tema de considerable discusión y debate entre los estudiosos bíblicos y teólogos. El versículo de apertura de 2 Juan dice: "El anciano a la señora elegida y a sus hijos, a quienes amo en la verdad, y no solo yo, sino también todos los que conocen la verdad" (2 Juan 1:1, ESV). Este saludo plantea preguntas inmediatas: ¿Quién es esta "señora elegida"? ¿Es una persona específica o simboliza algo más amplio?

Para empezar, es esencial considerar el contexto y el estilo de la epístola. Juan, el autor de esta carta, se identifica simplemente como "el anciano", un título que sugiere una posición de autoridad y respeto dentro de la comunidad cristiana primitiva. Este saludo es consistente con otros escritos joaninos, que a menudo emplean lenguaje simbólico y metáforas.

Una interpretación prominente es que la "señora elegida" representa a una mujer cristiana específica, no nombrada, de notable fe e influencia dentro de su comunidad. El término "elegida" (griego: ἐκλεκτή, eklektē) significa que ella es elegida o favorecida por Dios, una designación que se alinea con el tema más amplio del Nuevo Testamento de que el pueblo de Dios es elegido (cf. Efesios 1:4, Colosenses 3:12). La referencia a "sus hijos" podría entonces entenderse como su descendencia literal, que también caminan en la verdad del Evangelio.

El apoyo a esta visión se puede encontrar en el tono personal y afectuoso de la carta. El anciano expresa amor por la señora elegida y sus hijos, lo que indica una relación cercana y genuina. Además, las amonestaciones y advertencias dentro de la carta, como la exhortación a amarse unos a otros y la precaución contra los engañadores, son prácticas y específicas, lo que sugiere una comunicación directa y personal.

Sin embargo, otra interpretación ampliamente aceptada es que la "señora elegida" es una representación metafórica de una iglesia local o del cuerpo colectivo de creyentes. En esta visión, los "hijos" son los miembros de la congregación. Esta interpretación está respaldada por el uso de imágenes femeninas para describir a la iglesia en otros lugares del Nuevo Testamento. Por ejemplo, la iglesia a menudo se refiere como la "novia de Cristo" (Apocalipsis 19:7-8, Efesios 5:25-27). Además, el uso de lenguaje simbólico es una característica distintiva de la literatura joanina, como se ve en el Evangelio de Juan y el Libro de Apocalipsis.

La interpretación metafórica gana más credibilidad al considerar el contexto más amplio de los escritos cristianos primitivos. El lenguaje de la familia, como hermanos, hermanas e hijos, se usaba comúnmente para describir las relaciones dentro de la comunidad cristiana. Dirigirse a una iglesia como una "señora elegida" sería una extensión natural de este lenguaje familiar, enfatizando el estatus elegido de la iglesia y el vínculo íntimo entre sus miembros.

Además, las advertencias contra los falsos maestros y engañadores en 2 Juan adquieren un significado comunitario cuando se entienden de esta manera. La preocupación del anciano por la pureza de la enseñanza y la adherencia a la verdad sería especialmente pertinente para una congregación que enfrenta amenazas externas y desafíos internos.

En cualquiera de las interpretaciones, los mensajes teológicos y pastorales de 2 Juan siguen siendo profundos y relevantes. La carta enfatiza la importancia de la verdad y el amor como principios fundamentales de la vida cristiana. El anciano escribe: "Y este es el amor, que caminemos según sus mandamientos; este es el mandamiento, tal como lo habéis oído desde el principio, para que caminéis en él" (2 Juan 1:6, ESV). El llamado a caminar en amor y verdad es una exhortación atemporal tanto para individuos como para comunidades de fe.

Además, la carta destaca la necesidad de vigilancia contra las enseñanzas falsas. El anciano advierte: "Porque muchos engañadores han salido al mundo, aquellos que no confiesan la venida de Jesucristo en carne. Tal persona es el engañador y el anticristo" (2 Juan 1:7, ESV). Esta advertencia subraya la importancia de la integridad doctrinal y la necesidad de protegerse contra influencias que distorsionan el mensaje central del Evangelio.

Los versículos finales de la carta refuerzan el aspecto comunitario de la fe cristiana. El anciano expresa su deseo de visitar y hablar cara a cara, indicando el valor de la comunión personal y el aliento mutuo: "Aunque tengo mucho que escribiros, prefiero no usar papel y tinta. En su lugar, espero ir a vosotros y hablar cara a cara, para que nuestro gozo sea completo" (2 Juan 1:12, ESV). Este sentimiento refleja el énfasis de la iglesia primitiva en las conexiones relacionales y la alegría compartida de vivir la fe juntos.

En conclusión, aunque la identidad precisa de la "señora elegida" en 2 Juan puede seguir siendo una cuestión de interpretación, los mensajes perdurables de la carta sobre la verdad, el amor y la vigilancia contra la falsedad resuenan poderosamente tanto con los creyentes individuales como con las comunidades eclesiásticas. Ya sea entendida como una persona específica o una representación simbólica de la iglesia, la "señora elegida" sirve como un recordatorio del estatus elegido y amado del pueblo de Dios y el llamado a vivir fielmente de acuerdo con la verdad del Evangelio.

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