¿Cuál es el mensaje principal del capítulo 2 de Filipenses?

0

El capítulo 2 de Filipenses es uno de los capítulos más profundos y teológicamente ricos del Nuevo Testamento. Escrito por el apóstol Pablo durante su encarcelamiento, este capítulo encapsula la esencia de la humildad cristiana, la unidad y la exaltación de Cristo. Sirve como una piedra angular para entender la actitud y el comportamiento que se espera de un creyente en Cristo. El capítulo se puede dividir en tres secciones principales: el llamado a la unidad y la humildad (versículos 1-4), el Himno de Cristo (versículos 5-11) y las exhortaciones a vivir la salvación (versículos 12-18).

El Llamado a la Unidad y la Humildad (Filipenses 2:1-4)

Pablo comienza este capítulo apelando a los filipenses a vivir en unidad y humildad. Él escribe:

"Por tanto, si sienten algún estímulo en su unión con Cristo, algún consuelo en su amor, algún compañerismo en el Espíritu, algún afecto entrañable, llénenme de alegría teniendo un mismo parecer, un mismo amor, unidos en alma y pensamiento. No hagan nada por egoísmo o vanidad; más bien, con humildad consideren a los demás como superiores a ustedes mismos. Cada uno debe velar no solo por sus propios intereses, sino también por los intereses de los demás." (Filipenses 2:1-4, NVI)

La apelación de Pablo está profundamente arraigada en la experiencia comunitaria de los creyentes. Utiliza cláusulas condicionales ("si sienten") para recordarles las bendiciones espirituales que han recibido: estímulo en su unión con Cristo, consuelo en su amor, compañerismo en el Espíritu y afecto entrañable. Estas bendiciones no son solo experiencias individuales, sino que están destinadas a ser compartidas dentro de la comunidad, fomentando la unidad y el cuidado mutuo.

La exhortación de Pablo a "no hacer nada por egoísmo o vanidad" es un llamado a rechazar las actitudes egocéntricas que pueden perturbar la vida comunitaria. En cambio, insta a los creyentes a practicar la humildad valorando a los demás por encima de sí mismos y velando por los intereses de los demás. Este llamado radical a la humildad y el desinterés es contracultural y va en contra de la naturaleza humana, que a menudo busca la autopromoción y el beneficio personal.

El Himno de Cristo (Filipenses 2:5-11)

El centro del capítulo 2 de Filipenses es el Himno de Cristo, una obra maestra poética y teológica que retrata la humildad y la exaltación de Cristo. Pablo escribe:

"La actitud de ustedes debe ser como la de Cristo Jesús:

Quien, siendo por naturaleza Dios, no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse; más bien, se hizo nada al tomar la naturaleza de siervo, haciéndose semejante a los hombres. Y al manifestarse como hombre, se humilló a sí mismo y se hizo obediente hasta la muerte, ¡y muerte de cruz!

Por eso Dios lo exaltó hasta lo sumo y le otorgó el nombre que está sobre todo nombre, para que ante el nombre de Jesús se doble toda rodilla, en el cielo y en la tierra y debajo de la tierra, y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre." (Filipenses 2:5-11, NVI)

Este himno captura la esencia de la encarnación de Cristo, su humillación voluntaria y su posterior exaltación. Comienza con la preexistencia de Cristo, quien, siendo por naturaleza Dios, no consideró la igualdad con Dios como algo a ser explotado para su propio beneficio. En cambio, se vació a sí mismo, tomando la forma de un siervo y haciéndose semejante a los hombres. Este vaciamiento (kenosis) es un misterio profundo y una demostración de la máxima humildad y amor.

La humildad de Cristo se ejemplifica aún más en su obediencia hasta la muerte, y muerte de cruz. La cruz era un símbolo de vergüenza y sufrimiento, sin embargo, Cristo la abrazó voluntariamente por el bien de la redención de la humanidad. Pablo usa este ejemplo para animar a los filipenses a adoptar la misma mentalidad de humildad y autosacrificio en sus relaciones mutuas.

El himno luego se desplaza a la exaltación de Cristo. Debido a su obediencia y humildad, Dios lo exaltó hasta lo sumo y le otorgó el nombre que está sobre todo nombre. Esta exaltación significa que Jesús es el Señor, y toda rodilla debe doblarse y toda lengua confesar su señorío. Esta declaración de Jesús como Señor es un principio central de la fe cristiana y una fuente de esperanza y aliento para los creyentes.

Exhortaciones a Vivir la Salvación (Filipenses 2:12-18)

Después del Himno de Cristo, Pablo exhorta a los filipenses a vivir su salvación con temor y temblor. Él escribe:

"Por tanto, queridos míos, como siempre han obedecido, no solo en mi presencia, sino mucho más ahora en mi ausencia, lleven a cabo su salvación con temor y temblor, porque Dios es quien produce en ustedes tanto el querer como el hacer para que se cumpla su buena voluntad. Háganlo todo sin quejas ni contiendas, para que sean intachables y puros, hijos de Dios sin culpa en medio de una generación torcida y depravada. En ella ustedes brillan como estrellas en el firmamento, manteniendo en alto la palabra de vida. Así, en el día de Cristo me sentiré satisfecho de no haber corrido ni trabajado en vano. Y aunque mi vida fuera derramada como una ofrenda sobre el sacrificio y servicio que provienen de su fe, me alegro y comparto mi alegría con todos ustedes. Así también ustedes deben alegrarse y compartir su alegría conmigo." (Filipenses 2:12-18, NVI)

El mandato de Pablo de "llevar a cabo su salvación con temor y temblor" no es un llamado a ganar la salvación a través de obras, sino una exhortación a vivir las implicaciones de su salvación en la vida diaria. La frase "con temor y temblor" significa un enfoque reverente y serio hacia el crecimiento espiritual y la obediencia a Dios. Los creyentes deben reconocer que es Dios quien obra en ellos, capacitándolos para querer y actuar según su buena voluntad.

Pablo también aborda la actitud con la que los creyentes deben vivir su fe. Les ordena hacer todo sin quejas ni contiendas. Esta instrucción es crucial para mantener la unidad y la paz dentro de la comunidad. Al evitar actitudes y comportamientos negativos, los creyentes pueden volverse intachables y puros, brillando como estrellas en un mundo oscuro y corrupto. Sus vidas deben ser un testimonio del poder transformador del evangelio, manteniendo en alto la palabra de vida.

Pablo concluye esta sección expresando su alegría y disposición a ser derramado como una ofrenda por la fe de los filipenses. Su servicio sacrificial es un modelo para que los creyentes lo sigan, y los anima a compartir su alegría y regocijarse juntos.

Conclusión

El capítulo 2 de Filipenses presenta un mensaje poderoso de humildad, unidad y la exaltación de Cristo. La apelación de Pablo a los creyentes a vivir en unidad y humildad, su descripción del vaciamiento y exaltación de Cristo, y sus exhortaciones a vivir la salvación con reverencia y alegría proporcionan una guía integral para la vida cristiana. Este capítulo desafía a los creyentes a adoptar la mentalidad de Cristo, a valorar a los demás por encima de sí mismos y a brillar como luces en un mundo oscuro. Es un mensaje atemporal que continúa inspirando y transformando vidas hoy en día.

Descargar Bible Chat

Preguntas relacionadas

Descargar Bible Chat