Colosenses 1:9-14 es un pasaje rico en profundidad teológica, cuidado pastoral y perspicacia espiritual. Escrito por el Apóstol Pablo a los creyentes en Colosas, esta sección de su carta encapsula su oración por su crecimiento espiritual y comprensión. En estos versículos, Pablo articula sus esperanzas y deseos para los cristianos colosenses, y por extensión, para todos los creyentes. Vamos a profundizar en el pasaje para descubrir su significado profundo.
Colosenses 1:9-14 (ESV):
"Y así, desde el día en que oímos, no hemos cesado de orar por ustedes, pidiendo que sean llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría y comprensión espiritual, para que anden de una manera digna del Señor, agradándole en todo: llevando fruto en toda buena obra y creciendo en el conocimiento de Dios; siendo fortalecidos con todo poder, conforme a su gloriosa fuerza, para toda paciencia y longanimidad con gozo; dando gracias al Padre, que los ha capacitado para participar de la herencia de los santos en luz. Él nos ha librado del dominio de las tinieblas y nos ha trasladado al reino de su amado Hijo, en quien tenemos redención, el perdón de los pecados."
Pablo comienza expresando su compromiso inquebrantable con la oración por los colosenses. Desde el momento en que oyó de su fe, no ha cesado de orar por ellos. Esta oración continua subraya la importancia de la persistencia en la intercesión, una práctica que Pablo modela a lo largo de sus epístolas (1 Tesalonicenses 5:17).
Su petición principal es que los colosenses sean "llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría y comprensión espiritual." Esta frase indica un deseo de algo más que un simple asentimiento intelectual a las verdades doctrinales. Pablo ora por un conocimiento profundo y experiencial de la voluntad de Dios, uno que esté imbuido de sabiduría y comprensión espiritual. En el contexto bíblico, la sabiduría (griego: σοφία, sophia) y la comprensión (griego: σύνεσις, sunesis) a menudo se asocian con la capacidad de vivir una vida que agrada a Dios. Proverbios 9:10 dice: "El temor del Señor es el principio de la sabiduría, y el conocimiento del Santo es la inteligencia." Así, Pablo está orando por una comprensión holística de la voluntad de Dios que informe tanto el pensamiento como la acción.
El propósito de esta sabiduría y comprensión espiritual es para que los creyentes "anden de una manera digna del Señor, agradándole en todo." La metáfora de andar se usa frecuentemente en las Escrituras para describir la conducta o el modo de vida de una persona (Efesios 4:1, 1 Juan 1:7). Andar dignamente significa vivir de una manera que refleje el carácter y las enseñanzas de Jesucristo.
Pablo explica además cómo se ve este andar digno: "llevando fruto en toda buena obra y creciendo en el conocimiento de Dios." La imagen de llevar fruto es reminiscente de la enseñanza de Jesús en Juan 15:5, donde Él dice: "Yo soy la vid; ustedes son las ramas. El que permanece en mí y yo en él, ese lleva mucho fruto." Las buenas obras son el resultado natural de una vida arraigada en Cristo, y sirven como evidencia de una fe genuina (Santiago 2:17). Además, crecer en el conocimiento de Dios sugiere una relación dinámica y en crecimiento con Él. No es un estado estático, sino un viaje continuo de descubrimiento e intimidad con lo Divino.
Pablo continúa orando para que los colosenses sean "fortalecidos con todo poder, conforme a su gloriosa fuerza, para toda paciencia y longanimidad con gozo." La fuente de esta fuerza es el poder glorioso de Dios, enfatizando que es el poder divino, no el esfuerzo humano, lo que permite a los creyentes soportar y ser pacientes. Esta paciencia (griego: ὑπομονή, hypomone) y longanimidad (griego: μακροθυμία, makrothumia) son virtudes esenciales para la vida cristiana, especialmente frente a pruebas y persecuciones.
Lo que es particularmente llamativo es la adición de "con gozo." La paciencia y la longanimidad a menudo se asocian con la dificultad, pero Pablo ora para que estas cualidades vayan acompañadas de gozo. Este gozo no depende de las circunstancias, sino que es un fruto del Espíritu (Gálatas 5:22) y un reflejo de la esperanza y confianza del creyente en Dios.
El pasaje luego cambia a un tono de acción de gracias: "dando gracias al Padre, que los ha capacitado para participar de la herencia de los santos en luz." Pablo enfatiza que es Dios quien capacita a los creyentes, no su propio mérito o obras. Esta capacitación les otorga una parte en la herencia, un concepto arraigado en las promesas del Antiguo Testamento a Israel (Deuteronomio 4:20). Sin embargo, Pablo reinterpreta esta herencia a la luz de Cristo, extendiéndola a todos los que creen en Él.
La frase "santos en luz" contrasta con la mención subsiguiente del "dominio de las tinieblas." La luz y las tinieblas son metáforas bíblicas comunes para el bien y el mal, el conocimiento y la ignorancia, la salvación y la condenación (Juan 1:5, 1 Juan 1:5-7). Al dar gracias, los creyentes reconocen el acto de gracia de Dios al llevarlos al reino de la luz, donde pueden experimentar Su presencia y bendiciones.
Finalmente, Pablo concluye esta sección destacando la obra transformadora de Cristo: "Él nos ha librado del dominio de las tinieblas y nos ha trasladado al reino de su amado Hijo, en quien tenemos redención, el perdón de los pecados." Esta liberación es una imagen poderosa de rescate de un estado de esclavitud y opresión. El dominio de las tinieblas representa el poder del pecado y de Satanás, del cual los creyentes son liberados a través de Cristo.
El traslado al reino de su amado Hijo significa un cambio de lealtad y ciudadanía. Los creyentes ya no están bajo la tiranía de las tinieblas, sino que ahora son parte del reino de Cristo, caracterizado por la justicia, la paz y el gozo en el Espíritu Santo (Romanos 14:17). En Cristo, tienen redención (griego: ἀπολύτρωσις, apolutrosis), que significa ser comprados o liberados, y el perdón de los pecados, un aspecto fundamental del mensaje del evangelio (Efesios 1:7).
Colosenses 1:9-14 es una oración profunda que encapsula la esencia de la vida cristiana. Enfatiza la importancia de la sabiduría y comprensión espiritual, un andar digno que lleva fruto, la fuerza divina para la paciencia y la longanimidad, un corazón agradecido por la capacitación de Dios, y el poder transformador de la liberación y redención de Cristo.
La oración de Pablo por los colosenses sirve como modelo para nuestras propias oraciones y aspiraciones. Nos desafía a buscar un conocimiento más profundo de la voluntad de Dios, a vivir vidas que reflejen Su carácter, a confiar en Su fuerza en tiempos de prueba, a mantener una postura de agradecimiento, y a regocijarnos en la redención y el perdón que tenemos en Cristo. Al meditar en estos versículos, que seamos inspirados a crecer en nuestra fe y a andar de una manera digna del Señor, agradándole en todo.