En 1 Corintios 16:1-4, el apóstol Pablo aborda una preocupación específica y práctica de la iglesia cristiana primitiva: la colecta para los santos en Jerusalén. Este pasaje no solo es una directiva para la iglesia de Corinto, sino que también proporciona una visión de las prácticas comunitarias y caritativas de las primeras comunidades cristianas, reflejando su interconexión y apoyo mutuo.
El pasaje comienza con Pablo diciendo: "En cuanto a la colecta para los santos, como ordené a las iglesias de Galacia, así también haced vosotros" (1 Corintios 16:1, ESV). Esta apertura indica que la colecta no era una iniciativa aislada, sino parte de un esfuerzo más amplio en varias iglesias. Los "santos" a los que se refiere aquí son los creyentes en Jerusalén que estaban experimentando dificultades, probablemente debido a la hambruna y la pobreza, como lo evidencian otros escritos del Nuevo Testamento (Hechos 11:28-30).
La directiva de Pablo a los corintios es tanto práctica como pastoral. Les instruye: "El primer día de cada semana, cada uno de vosotros ponga algo aparte y guárdelo, según haya prosperado, para que no haya colectas cuando yo llegue" (1 Corintios 16:2, ESV). Esta instrucción revela varios aspectos importantes de la vida y el pensamiento cristiano primitivo:
Regularidad y Planificación: Pablo enfatiza la importancia de dar regularmente. Al instruir a los corintios a apartar sus contribuciones semanalmente, Pablo fomenta un enfoque disciplinado hacia la generosidad. Esta regularidad asegura que la colecta sea sistemática y no se deje para esfuerzos de último minuto, que podrían ser menos efectivos.
Donación Proporcional: La frase "según haya prosperado" sugiere que la donación debe ser proporcional a los ingresos o recursos de cada uno. Este principio refleja una comprensión temprana de la mayordomía, donde se anima a los creyentes a dar según sus medios, reconociendo que todo lo que tienen es un regalo de Dios.
Comunidad y Responsabilidad: La instrucción de recolectar fondos por adelantado "para que no haya colectas cuando yo llegue" implica un nivel de confianza y responsabilidad dentro de la comunidad. Pablo quiere que la colecta esté lista, indicando que la iglesia debe estar organizada y ser transparente en el manejo de estos asuntos.
Unidad y Apoyo: El contexto más amplio de la colecta es la unidad de la iglesia a través de diferentes regiones. Al participar en esta colecta, la iglesia de Corinto se une a otras iglesias gentiles para apoyar a sus hermanos cristianos judíos en Jerusalén. Este acto de generosidad sirve como una expresión tangible de la unidad entre creyentes judíos y gentiles, un tema que Pablo aborda frecuentemente en sus cartas (Romanos 15:25-27).
En los versículos 3 y 4, Pablo continúa: "Y cuando llegue, enviaré a quienes acreditéis con cartas para llevar vuestro donativo a Jerusalén. Si parece conveniente que yo también vaya, ellos me acompañarán" (1 Corintios 16:3-4, ESV). Aquí, Pablo describe la logística de entregar la colecta, enfatizando la importancia de la integridad y la confianza en el manejo de los fondos. Al sugerir que la iglesia designe a individuos para llevar el donativo, Pablo asegura que el proceso sea transparente y responsable. Su disposición a acompañarlos, si es necesario, subraya su compromiso con la causa y su papel como líder que lidera con el ejemplo.
La colecta para la iglesia de Jerusalén es más que una mera transacción financiera; es una expresión profunda del compromiso de la iglesia primitiva de vivir las enseñanzas de Cristo. El Nuevo Testamento enfatiza frecuentemente la importancia de cuidar a los pobres y necesitados, y esta colecta es una manifestación práctica de ese principio. Las enseñanzas de Jesús, como las que se encuentran en Mateo 25:35-40, donde cuidar de "los más pequeños" se equipara con servir a Cristo mismo, habrían influido fuertemente en el enfoque caritativo de los primeros cristianos.
Además, este pasaje refleja la comprensión de la iglesia primitiva de sí misma como un solo cuerpo, unido en Cristo a pesar de las diferencias geográficas y culturales. Los esfuerzos de Pablo para organizar una colecta de iglesias gentiles para los creyentes judíos en Jerusalén sirven como un recordatorio de la inclusividad y unidad que trae el evangelio. Esta iniciativa habría sido un poderoso testimonio del poder transformador del evangelio, derribando barreras y fomentando una nueva comunidad basada en el amor y el apoyo mutuo.
En la aplicación contemporánea, 1 Corintios 16:1-4 desafía a los cristianos modernos a considerar cómo manejan sus recursos y apoyan a sus comunidades. Los principios de dar regularmente, de manera proporcional y con responsabilidad siguen siendo relevantes hoy, alentando a los creyentes a ser intencionales y reflexivos en su generosidad. Además, el pasaje invita a los cristianos a reflexionar sobre la naturaleza global de la iglesia y la importancia de apoyarse mutuamente, independientemente de las diferencias culturales o geográficas.
El pasaje también fomenta un espíritu de colaboración y asociación entre iglesias y organizaciones cristianas. Así como la iglesia primitiva trabajó junta para apoyar a los necesitados, los creyentes modernos están llamados a colaborar en abordar los desafíos que enfrenta la iglesia global, como la pobreza, la persecución y la injusticia. Este espíritu de colaboración es un reflejo de la unidad y el amor que Cristo oró por en Juan 17:20-23, donde expresó su deseo de que todos los creyentes sean uno.
En conclusión, 1 Corintios 16:1-4 proporciona una ventana a la manifestación práctica de la fe cristiana en la iglesia primitiva. Subraya la importancia de la generosidad, la unidad y la responsabilidad, principios que continúan resonando con los creyentes hoy. A medida que los cristianos buscan vivir su fe en un mundo complejo e interconectado, este pasaje sirve como un recordatorio atemporal del poder de la acción colectiva y el llamado a cuidarse unos a otros como miembros del cuerpo de Cristo.