Romanos 16:17-18 es un pasaje significativo donde el Apóstol Pablo aborda el tema de la división dentro de la comunidad cristiana. Este pasaje dice:
"Les ruego, hermanos y hermanas, que se fijen en los que causan divisiones y ponen obstáculos en su camino que son contrarios a la enseñanza que han aprendido. Aléjense de ellos. Porque tales personas no están sirviendo a nuestro Señor Cristo, sino a sus propios apetitos. Con palabras suaves y halagos engañan las mentes de las personas ingenuas" (Romanos 16:17-18, NVI).
La advertencia de Pablo aquí es tanto severa como pastoral, reflejando su profunda preocupación por la unidad y pureza de la iglesia. Las primeras comunidades cristianas a menudo eran vulnerables a conflictos internos y presiones externas, y Pablo reconocía el potencial destructivo de aquellos que siembran discordia. Su consejo en estos versículos proporciona una sabiduría atemporal para mantener la unidad y la integridad doctrinal dentro del cuerpo de Cristo.
Primero, Pablo comienza con un llamado urgente: "Les ruego, hermanos y hermanas, que se fijen en los que causan divisiones." La palabra griega utilizada aquí para "fijarse" es "skopeo," que significa mirar, observar o vigilar. Esto implica una actitud vigilante y discernidora. Pablo no está sugiriendo una conciencia pasiva, sino una postura activa y vigilante contra las amenazas potenciales a la unidad.
El término "divisiones" (griego: "dichostasias") se refiere a separaciones o cismas dentro de la iglesia. Estas divisiones pueden surgir de diversas fuentes, incluyendo desacuerdos doctrinales, conflictos personales o la influencia de falsos maestros. Pablo identifica a estos individuos como aquellos que "ponen obstáculos en su camino que son contrarios a la enseñanza que han aprendido." Aquí, "obstáculos" (griego: "skandala") puede entenderse como piedras de tropiezo o trampas que obstaculizan el crecimiento espiritual y la unidad.
La "enseñanza que han aprendido" se refiere a la doctrina apostólica que los cristianos romanos habían recibido. Este cuerpo de enseñanza está basado en el evangelio de Jesucristo y las instrucciones éticas que de él se derivan. Pablo enfatiza la importancia de adherirse a esta sana enseñanza y advierte contra aquellos que se desvían de ella. Esto hace eco de su exhortación anterior en Romanos 12:2, donde insta a los creyentes a ser transformados mediante la renovación de sus mentes para que puedan discernir la voluntad de Dios.
La directiva de Pablo de "aléjense de ellos" es un llamado a la separación de aquellos que causan divisiones y promueven falsas enseñanzas. Esta separación no se trata de rechazar u ostracizar a las personas por rencor, sino de proteger la integridad de la comunidad de fe. Es una medida pastoral destinada a preservar la salud espiritual de la iglesia. La preocupación de Pablo no es solo por la pureza doctrinal, sino también por la armonía relacional que es esencial para una comunidad cristiana próspera.
En el versículo 18, Pablo proporciona una razón para esta separación: "Porque tales personas no están sirviendo a nuestro Señor Cristo, sino a sus propios apetitos." La frase "sus propios apetitos" (griego: "koilia") literalmente significa "su propio vientre" y simboliza la autoindulgencia y los deseos egoístas. Estos individuos están motivados por el beneficio personal en lugar de un compromiso genuino con Cristo. Sus acciones están impulsadas por el interés propio, ya sea la búsqueda de poder, prestigio o beneficios materiales.
Pablo describe además sus tácticas: "Con palabras suaves y halagos engañan las mentes de las personas ingenuas." El uso de "palabras suaves" (griego: "chrestologia") y "halagos" (griego: "eulogia") indica un enfoque manipulador y engañoso. Estos individuos usan un discurso persuasivo y encantador para engañar a otros, particularmente a aquellos que son ingenuos o desprevenidos. El término "ingenuos" (griego: "akakoi") sugiere inocencia o falta de discernimiento. Pablo está preocupado por el bienestar espiritual de estos miembros vulnerables de la comunidad y advierte contra la influencia engañosa de individuos divisivos.
El contexto más amplio de Romanos 16 revela el profundo afecto y preocupación de Pablo por los cristianos romanos. Concluye su carta con saludos personales a varias personas, destacando la importancia de las relaciones y la comunidad. Su advertencia contra aquellos que causan divisiones es parte de su cuidado pastoral general, destinado a fomentar una iglesia saludable y unida.
La enseñanza de Pablo en Romanos 16:17-18 tiene varias implicaciones para las comunidades cristianas contemporáneas. Primero, subraya la importancia de la vigilancia y el discernimiento para mantener la unidad de la iglesia. Los creyentes están llamados a ser vigilantes y discernidores, reconociendo que las divisiones pueden surgir tanto de influencias externas como de conflictos internos. Esto requiere un compromiso con la sana enseñanza y una disposición para abordar los problemas que amenazan la unidad de la comunidad.
Segundo, la instrucción de Pablo de "aléjense de ellos" destaca la necesidad de establecer límites dentro de la iglesia. Si bien el objetivo siempre es la reconciliación y la restauración, hay momentos en que la separación es necesaria para proteger la integridad de la comunidad de fe. No se trata de exclusión o juicio, sino de salvaguardar la salud espiritual de la iglesia. Requiere sabiduría y sensibilidad pastoral para navegar estas situaciones con gracia y verdad.
Tercero, el énfasis de Pablo en los motivos y tácticas de los individuos divisivos nos recuerda la importancia del carácter y la integridad en el liderazgo. Aquellos que sirven en posiciones de influencia dentro de la iglesia deben estar motivados por un amor genuino por Cristo y un compromiso con el bienestar de la comunidad. Deben evitar tácticas manipuladoras y buscar edificar el cuerpo de Cristo a través de un servicio humilde y fiel.
Finalmente, la preocupación de Pablo por los miembros "ingenuos" o vulnerables de la comunidad llama a un enfoque pastoral que esté atento a las necesidades de todos los miembros. La iglesia debe ser un lugar donde las personas sean nutridas, protegidas y equipadas para crecer en su fe. Esto implica enseñar sana doctrina, fomentar relaciones saludables y proporcionar apoyo y cuidado a aquellos que pueden ser susceptibles al engaño.
En conclusión, Romanos 16:17-18 ofrece una enseñanza profunda y práctica sobre la importancia de evitar a aquellos que causan divisiones dentro de la iglesia. El consejo de Pablo refleja su profunda preocupación pastoral por la unidad y pureza de la comunidad cristiana. Llama a la vigilancia, el discernimiento y un compromiso con la sana enseñanza, así como a un enfoque pastoral que busque proteger y nutrir la fe de todos los miembros. Al seguir la advertencia de Pablo, las comunidades cristianas contemporáneas pueden cultivar un ambiente de unidad, integridad y crecimiento espiritual.