Romanos 1:20 es un versículo profundo y perspicaz dentro de las Epístolas Paulinas que ofrece una visión de la comprensión del Apóstol Pablo sobre la revelación de Dios a la humanidad. El versículo dice:
"Porque desde la creación del mundo las cualidades invisibles de Dios—su eterno poder y su naturaleza divina—se han visto claramente, siendo entendidas por medio de lo que ha sido hecho, de modo que las personas no tienen excusa." (Romanos 1:20, NVI)
Para captar el significado completo de este versículo, es esencial considerar su contexto dentro de la Epístola a los Romanos y el alcance más amplio de la teología de Pablo. Romanos es una carta escrita por Pablo a los cristianos en Roma, con el objetivo de explicar la justicia que proviene de Dios, la naturaleza del pecado y los medios de salvación a través de Jesucristo.
En el capítulo inicial de Romanos, Pablo prepara el escenario para su discurso teológico al abordar la pecaminosidad universal de la humanidad y la revelación de la justicia de Dios. Él enfatiza que la ira de Dios se revela contra toda impiedad e injusticia de las personas que suprimen la verdad con su maldad (Romanos 1:18). Pablo argumenta que el conocimiento de Dios es evidente para todas las personas porque Dios lo ha hecho claro para ellas (Romanos 1:19). Esto lleva directamente a Romanos 1:20, donde Pablo elabora sobre cómo las cualidades invisibles de Dios se han visto claramente a través de la creación.
Pablo afirma que desde la creación del mundo, las cualidades invisibles de Dios—específicamente, Su eterno poder y naturaleza divina—han sido perceptibles a través de lo que ha sido hecho. Esta declaración es significativa por varias razones:
Revelación General: Romanos 1:20 habla del concepto de revelación general, que se refiere al conocimiento de Dios que está disponible para todas las personas a través de la naturaleza y el orden creado. A diferencia de la revelación especial, que incluye intervenciones divinas específicas y las Escrituras, la revelación general es accesible para todos, independientemente de su contexto cultural o religioso. El mundo natural, con su complejidad, belleza y orden, testifica la existencia y atributos del Creador.
Cualidades Invisibles de Dios: Pablo destaca dos atributos específicos de Dios que se revelan a través de la creación: Su eterno poder y naturaleza divina.
Naturaleza Divina: El orden, la armonía y el propósito evidentes en la naturaleza sugieren un Creador que no solo es poderoso, sino también sabio, intencional y benevolente. La naturaleza divina abarca los atributos morales de Dios, como Su bondad, sabiduría y justicia.
Claridad de la Revelación: Pablo afirma que estas cualidades han sido