El término 'ekklesia' es una palabra significativa y multifacética en el Nuevo Testamento, particularmente en los escritos de Pablo y el libro de los Hechos. Comprender su significado e implicaciones proporciona profundos conocimientos sobre la naturaleza de la comunidad cristiana primitiva y su misión.
'Ekklesia' es una palabra griega que a menudo se traduce como "iglesia" en las Biblias en inglés. Sin embargo, esta traducción a veces puede oscurecer la riqueza de su significado original. El término 'ekklesia' en sí mismo se deriva de dos palabras griegas: 'ek', que significa "fuera de," y 'kaleo', que significa "llamar." Así, 'ekklesia' literalmente significa "los llamados fuera."
En el mundo grecorromano, 'ekklesia' era un término común utilizado para describir una reunión o asamblea de ciudadanos llamados fuera de sus hogares a un lugar público con el propósito de deliberar o tomar decisiones. Este uso secular es evidente en Hechos 19:32, donde se refiere a una asamblea tumultuosa en Éfeso. Sin embargo, los escritores del Nuevo Testamento, bajo la inspiración del Espíritu Santo, apropiaron y profundizaron el término para describir la comunidad de creyentes en Jesucristo.
En el Nuevo Testamento, 'ekklesia' se usa predominantemente para referirse al cuerpo colectivo de cristianos, tanto en un sentido universal como local. Por ejemplo, en Mateo 16:18, Jesús declara: "Edificaré mi iglesia (ekklesia), y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella." Aquí, 'ekklesia' significa la iglesia universal, el cuerpo entero de creyentes a través del tiempo y el espacio que confiesan a Jesús como Señor. Esto se refleja aún más en las epístolas de Pablo, donde a menudo habla de la 'ekklesia' en un contexto universal, como en Efesios 1:22-23, donde describe la iglesia como el cuerpo de Cristo, "la plenitud de aquel que lo llena todo en todo."
Por otro lado, 'ekklesia' también se refiere a congregaciones locales o asambleas de cristianos. Por ejemplo, en Hechos 14:23, Pablo y Bernabé nombran ancianos "para ellos en cada iglesia (ekklesia)," indicando reuniones locales organizadas de creyentes. De manera similar, Pablo dirige muchas de sus cartas a 'ekklesiai' específicas, como la iglesia en Corinto (1 Corintios 1:2) o las iglesias en Galacia (Gálatas 1:2).
El uso de 'ekklesia' en el Nuevo Testamento tiene profundas implicaciones teológicas y prácticas. En primer lugar, subraya la identidad de los creyentes como una comunidad distinta y llamada. Este llamado no es meramente una convocatoria a una reunión social o religiosa, sino una invitación divina a una relación de pacto con Dios a través de Jesucristo. La 'ekklesia' es, por lo tanto, una comunidad marcada por su llamado y elección por Dios (1 Pedro 2:9), apartada para vivir los valores y la misión del Reino de Dios.
En segundo lugar, 'ekklesia' enfatiza la naturaleza comunitaria y corporativa de la fe cristiana. El cristianismo no es un viaje solitario, sino una peregrinación comunitaria. Los primeros cristianos se entendían a sí mismos como miembros de un solo cuerpo, interconectados e interdependientes (1 Corintios 12:12-27). Este aspecto comunitario es vital para el crecimiento espiritual, el aliento mutuo y el testimonio efectivo del evangelio. La 'ekklesia' es una familia de creyentes que comparten las alegrías y tristezas de los demás, llevan las cargas de los demás y se animan mutuamente hacia el amor y las buenas obras (Hebreos 10:24-25).
Además, la 'ekklesia' está llamada a ser una expresión visible y tangible del Reino de Dios en la tierra. Esto implica encarnar los valores de justicia, misericordia y amor en un mundo roto y doliente. La iglesia primitiva en Hechos ejemplificó esto a través de su generosidad radical, vida comunitaria y compromiso con la enseñanza de los apóstoles, la comunión, el partimiento del pan y la oración (Hechos 2:42-47). La 'ekklesia' es, por lo tanto, un anticipo del Reino venidero, una comunidad donde la voluntad de Dios se hace en la tierra como en el cielo.
Teológicamente, la 'ekklesia' también se ve como la novia de Cristo (Efesios 5:25-27), destacando la relación íntima y de pacto entre Cristo y su iglesia. Esta metáfora transmite la profundidad del amor de Cristo por su iglesia y el llamado de la iglesia a la fidelidad y pureza. Como la novia de Cristo, la 'ekklesia' debe prepararse para el regreso de su novio, viviendo en santidad y anticipación de la consumación de todas las cosas (Apocalipsis 19:7-9).
Además, la 'ekklesia' está encargada de la misión de Dios. La Gran Comisión (Mateo 28:18-20) es un mandato dado a la 'ekklesia' para hacer discípulos de todas las naciones, bautizándolos y enseñándoles a obedecer todo lo que Cristo ha mandado. Esta misión no se trata solo de crecimiento numérico, sino de la transformación de vidas y sociedades a través del poder del evangelio. La 'ekklesia' debe ser una luz para las naciones, proclamando las buenas nuevas de Jesucristo y demostrando la realidad del Reino a través de la palabra y la acción.
En conclusión, el término 'ekklesia' en el Nuevo Testamento está lleno de significado e importancia. Denota una comunidad de creyentes llamada por Dios, unida en Cristo y empoderada por el Espíritu Santo para vivir los valores del Reino de Dios. La 'ekklesia' es tanto una realidad local como universal, una familia de fe que encarna el amor, la justicia y la misión de Dios en el mundo. Comprender 'ekklesia' en este sentido holístico nos desafía a reimaginar la iglesia no meramente como una institución o edificio, sino como una comunidad vibrante, dinámica y misional que refleja el corazón de Dios y avanza sus propósitos en la tierra.