La cuestión de cuándo murió Jesús es tanto una cuestión de investigación histórica como de reflexión teológica. Los Evangelios del Nuevo Testamento nos proporcionan algunos detalles que nos permiten aproximarnos al momento de la muerte de Jesús. Según los relatos evangélicos, la crucifixión de Jesús tuvo lugar un viernes, el día antes del sábado judío, durante el festival de la Pascua. Para entender el momento con mayor precisión, necesitamos profundizar en las narrativas evangélicas y considerar el contexto cultural e histórico en el que ocurrieron estos eventos.
Los Evangelios de Mateo, Marcos, Lucas y Juan ofrecen información sobre la cronología de la crucifixión y muerte de Jesús. Los Evangelios Sinópticos (Mateo, Marcos y Lucas) proporcionan marcadores de tiempo más específicos en comparación con el Evangelio de Juan.
El Evangelio de Marcos, considerado por muchos estudiosos como el Evangelio más antiguo, proporciona una cronología detallada. Marcos 15:25 dice: "Era la hora tercera cuando le crucificaron." Esto corresponde a las nueve de la mañana del día judío, que comienza al amanecer (aproximadamente a las 6 a.m.). Marcos 15:33-34 señala además: "Cuando llegó la hora sexta, hubo oscuridad sobre toda la tierra hasta la hora novena. Y a la hora novena Jesús clamó a gran voz: 'Eloi, Eloi, lema sabactani?' (que significa 'Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?')." Finalmente, en Marcos 15:37, se registra: "Mas Jesús, dando una gran voz, expiró."
Mateo y Lucas corroboran la cronología de Marcos. Mateo 27:45-50 y Lucas 23:44-46 también describen oscuridad desde el mediodía hasta las 3 p.m. y la muerte de Jesús ocurriendo alrededor de la hora novena (3 p.m.).
El Evangelio de Juan ofrece una perspectiva ligeramente diferente pero no contradice la cronología sinóptica. Juan 19:14 menciona que Jesús fue entregado para ser crucificado "como a la hora sexta" en el día de la Preparación para la Pascua. Esto ha llevado a algunos debates entre los estudiosos, pero generalmente se entiende que Juan está enfatizando el significado teológico de Jesús como el Cordero Pascual en lugar de proporcionar una cronología exacta.
Entender la forma judía de contar el tiempo es crucial para interpretar estos pasajes con precisión. El día judío comienza al atardecer (alrededor de las 6 p.m.) y se divide en doce horas de noche y doce horas de día. La tercera hora corresponde a las 9 a.m., la sexta hora al mediodía y la novena hora a las 3 p.m.
El festival de la Pascua, durante el cual Jesús fue crucificado, añade otra capa de significado. Los corderos pascuales se sacrificaban típicamente en la tarde del día 14 de Nisán (el primer mes del calendario judío), que sería alrededor de las 3 p.m. Este momento se alinea con los relatos evangélicos de la muerte de Jesús, presentando simbólicamente a Jesús como el Cordero Pascual definitivo que quita los pecados del mundo (Juan 1:29).
El momento de la muerte de Jesús no es solo un detalle histórico, sino que tiene un profundo significado teológico. La oscuridad que cayó sobre la tierra desde el mediodía hasta las 3 p.m. se interpreta a menudo como un signo del juicio de Dios y la importancia cósmica de la muerte sacrificial de Jesús. Este período de oscuridad recuerda la plaga de oscuridad en Egipto antes de la primera Pascua (Éxodo 10:21-23), vinculando aún más la muerte de Jesús con el tema de la liberación y la redención.
Además, el grito de abandono de Jesús, "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?" (Marcos 15:34), es una cita directa del Salmo 22:1. Este Salmo, que comienza con un grito de desesperación, termina con una nota de triunfo y confianza en la liberación de Dios. Al citar este Salmo, Jesús se identifica con el sufrimiento y el abandono humanos, al tiempo que señala la victoria y la esperanza finales que se encuentran en Dios.
Muchos estudiosos han explorado el momento de la muerte de Jesús, considerando tanto los textos bíblicos como los datos históricos. En su libro "Jesús y los Testigos Oculares", Richard Bauckham enfatiza la importancia del testimonio ocular en los relatos evangélicos, lo que da credibilidad a la cronología reportada. N.T. Wright, en "La Resurrección del Hijo de Dios", discute las implicaciones teológicas de la muerte y resurrección de Jesús en el contexto del judaísmo del primer siglo y la creencia cristiana temprana.
En resumen, los Evangelios indican colectivamente que Jesús fue crucificado alrededor de las 9 a.m. y murió aproximadamente a las 3 p.m. un viernes durante el festival de la Pascua. La oscuridad que cubrió la tierra desde el mediodía hasta las 3 p.m. subraya la profunda importancia de este evento. El momento se alinea con el sacrificio de los corderos pascuales, destacando a Jesús como el cordero sacrificial definitivo que trae redención a la humanidad.
Esta cronología no es solo un detalle histórico, sino una profunda declaración teológica. Conecta la muerte de Jesús con la narrativa más amplia de la obra redentora de Dios en la historia, cumpliendo las profecías del Antiguo Testamento y estableciendo un nuevo pacto a través de Su sangre. Al reflexionar sobre el momento de la muerte de Jesús, se nos invita a contemplar la profundidad del amor de Dios y el poder transformador de la cruz.