Marcos 5:21-43 es un pasaje rico y multifacético que describe dos milagros entrelazados realizados por Jesús: la curación de una mujer que sufría de un trastorno hemorrágico y la resurrección de la hija de Jairo. Esta narrativa no solo demuestra el poder de Jesús sobre la enfermedad y la muerte, sino que también proporciona profundas ideas sobre la fe, la desesperación y la compasión divina.
Preparando la Escena
El pasaje comienza con Jesús cruzando en barco al otro lado del lago, donde una gran multitud se reúne a su alrededor (Marcos 5:21). Esto prepara el escenario para los dramáticos eventos que siguen. Entre la multitud está Jairo, un líder de la sinagoga, que se acerca a Jesús con una súplica desesperada. La posición de Jairo como líder de la sinagoga indica que era un hombre de considerable estatus social e influencia religiosa. A pesar de su estatus, se postra a los pies de Jesús, mostrando tanto humildad como desesperación. Jairo ruega a Jesús que venga y cure a su hija moribunda, expresando su fe en que Jesús tiene el poder de salvarla (Marcos 5:22-23).
La Interrupción
Cuando Jesús comienza a seguir a Jairo a su casa, la narrativa es interrumpida por otra necesidad urgente. Una mujer que ha estado sufriendo de un trastorno hemorrágico durante doce años se acerca a Jesús por detrás, creyendo que si tan solo toca su manto, será sanada (Marcos 5:24-28). La condición de esta mujer la hacía ritualmente impura según la ley judía (Levítico 15:25-27), lo que la habría aislado social y religiosamente. Su fe y audacia al buscar a Jesús, a pesar de su condición, destacan su desesperación y creencia en su poder sanador.
Cuando toca el manto de Jesús, es sanada de inmediato, y Jesús siente que ha salido poder de él. Se vuelve en la multitud y pregunta: "¿Quién ha tocado mi ropa?" (Marcos 5:30). Los discípulos están incrédulos, dada la multitud que lo rodea, pero Jesús insiste en identificar a la persona. La mujer, temblando de miedo, se adelanta y confiesa. Jesús responde con compasión, llamándola "hija" y elogiando su fe: "Tu fe te ha sanado. Vete en paz y queda libre de tu sufrimiento" (Marcos 5:34). Este encuentro enfatiza la naturaleza personal del ministerio de Jesús y su disposición a atender las necesidades individuales, incluso en medio de demandas urgentes.
La Muerte de la Hija de Jairo
Mientras Jesús aún está hablando con la mujer, llegan mensajeros de la casa de Jairo con noticias devastadoras: su hija ha muerto. Sugieren que ya no hay necesidad de molestar a Jesús (Marcos 5:35). Este momento es una prueba profunda de fe para Jairo. Jesús inmediatamente lo tranquiliza, diciendo: "No tengas miedo; solo cree" (Marcos 5:36). Esta directiva subraya el tema central de la fe que recorre todo el pasaje.
Jesús continúa hacia la casa de Jairo, llevando solo a Pedro, Santiago y Juan con él. Al llegar, encuentran una escena de duelo, con personas llorando y lamentándose en voz alta. Jesús cuestiona la conmoción, afirmando que la niña no está muerta sino dormida. Los dolientes se ríen de él, sabiendo que ella está realmente muerta (Marcos 5:38-40). Su reacción contrasta fuertemente con la fe demostrada por Jairo y la mujer hemorrágica.
El Milagro
Jesús entonces saca a todos fuera excepto a los padres de la niña y sus tres discípulos. Toma a la niña de la mano y dice: "¡Talita cumi!", que significa, "¡Niña, a ti te digo, levántate!" (Marcos 5:41). Inmediatamente, la niña se levanta y comienza a caminar. Marcos señala que tiene doce años, el mismo número de años que la mujer había estado sufriendo de su trastorno hemorrágico. Este detalle vincula sutilmente los dos milagros y destaca la plenitud del poder sanador de Jesús.
Los padres están "completamente asombrados" (Marcos 5:42). Jesús da órdenes estrictas de no dejar que nadie se entere de esto y les dice que le den algo de comer. El mandato de mantener el milagro en secreto es un motivo común en el Evangelio de Marcos, a menudo referido como el "Secreto Mesiánico". Refleja el deseo de Jesús de controlar la difusión de información sobre sus milagros, quizás para evitar malentendidos sobre su misión y para prevenir confrontaciones prematuras con las autoridades religiosas.
Perspectivas Teológicas
Este pasaje está lleno de perspectivas teológicas. Primero, subraya la importancia de la fe. Tanto Jairo como la mujer hemorrágica demuestran una fe profunda en la capacidad de Jesús para sanar y salvar. Sus historias están entrelazadas para mostrar que la fe no está limitada por el estatus social o la pureza ritual; está disponible para todos los que buscan a Jesús con sinceridad.
En segundo lugar, el pasaje destaca la compasión de Jesús y su disposición a responder a la necesidad humana. Se detiene para atender la condición de la mujer incluso mientras está en una misión urgente para salvar a una niña moribunda. Esto muestra que ninguna necesidad es demasiado pequeña o demasiado grande para que Jesús la atienda.
En tercer lugar, la resurrección de la hija de Jairo presagia la propia resurrección de Jesús y su victoria final sobre la muerte. Sirve como un poderoso testimonio de la autoridad divina de Jesús y su papel como dador de vida.
Finalmente, el pasaje invita a los lectores a considerar su propia fe frente a los desafíos de la vida. Las palabras de Jesús a Jairo, "No tengas miedo; solo cree", son un llamado atemporal a confiar en su poder y compasión, independientemente de las circunstancias.
Conclusión
Marcos 5:21-43 es una narrativa convincente que entrelaza temas de fe, desesperación e intervención divina. A través de las historias entrelazadas de Jairo y la mujer hemorrágica, el pasaje ilustra la autoridad incomparable de Jesús sobre la enfermedad y la muerte, su profunda compasión por los necesitados y el poder transformador de la fe. Desafía a los lectores a confiar en la capacidad de Jesús para traer sanidad y vida, incluso en las situaciones más desesperadas.