¿Cómo nos instruyó Jesús a compartir el Evangelio?

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Las instrucciones de Jesús sobre compartir el Evangelio son fundamentales para la fe cristiana y están meticulosamente registradas en el Nuevo Testamento. Sus enseñanzas proporcionan un plan para la evangelización, enfatizando el amor, la humildad y el poder transformador de la Palabra de Dios. Entender cómo Jesús instruyó a Sus seguidores a compartir el Evangelio implica examinar Sus mandatos directos, Sus parábolas y Sus interacciones con las personas.

La Gran Comisión

Una de las instrucciones más explícitas que Jesús dio sobre compartir el Evangelio se encuentra en lo que se conoce como la Gran Comisión. Esta directiva está registrada en el Evangelio de Mateo:

"Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo." (Mateo 28:19-20, NVI)

Aquí, Jesús ordena a Sus seguidores que salgan al mundo, hagan discípulos, los bauticen y les enseñen a obedecer Sus mandamientos. Este pasaje subraya varios principios clave para compartir el Evangelio:

  1. Id: La evangelización es una búsqueda activa. Jesús llama a Sus seguidores a salir de su zona de confort y relacionarse con personas de todos los ámbitos de la vida.
  2. Haced Discípulos: El objetivo no es solo convertir, sino desarrollar seguidores comprometidos de Cristo que, a su vez, compartirán el Evangelio con otros.
  3. Bautizad: El bautismo simboliza una declaración pública de fe y una iniciación en la comunidad cristiana.
  4. Enseñad: Compartir el Evangelio implica educar a otros sobre las enseñanzas de Jesús y ayudarlos a crecer en su fe.

El Poder del Testimonio Personal

Jesús a menudo usaba interacciones personales para compartir el mensaje del Reino de Dios. Un ejemplo notable es Su conversación con la mujer samaritana en el pozo (Juan 4:1-42). En este encuentro, Jesús rompe las normas sociales al hablar con una mujer samaritana, revelando Su identidad como el Mesías y ofreciéndole "agua viva". El testimonio de la mujer sobre su encuentro con Jesús lleva a muchos en su aldea a creer en Él.

Esta historia destaca la importancia del testimonio personal en la evangelización. Compartir la experiencia personal de uno con Jesús puede ser una herramienta poderosa para transmitir el poder transformador del Evangelio. También demuestra el enfoque de Jesús de encontrarse con las personas donde están, involucrarlas en una conversación significativa y abordar sus necesidades y preguntas específicas.

Parábolas y Verdades Simples

Jesús usaba frecuentemente parábolas para transmitir profundas verdades espirituales de una manera comprensible y relatable. Parábolas como el Buen Samaritano (Lucas 10:25-37), el Hijo Pródigo (Lucas 15:11-32) y el Sembrador (Mateo 13:1-23) ilustran aspectos clave del Reino de Dios y el comportamiento humano.

El uso de parábolas nos enseña que compartir el Evangelio se puede hacer a través de historias y analogías relatables. Este método ayuda a las personas a comprender conceptos espirituales complejos de una manera simple y memorable. También anima a los oyentes a reflexionar sobre sus vidas y su relación con Dios.

Vivir el Evangelio

Jesús enfatizó la importancia de vivir el Evangelio a través de acciones. En el Sermón del Monte, Él enseña:

"Vosotros sois la luz del mundo. Una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Ni se enciende una lámpara y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos." (Mateo 5:14-16, NVI)

Este pasaje subraya la importancia de vivir una vida que refleje las enseñanzas de Jesús. Al encarnar los principios de amor, compasión e integridad, los cristianos pueden atraer a otros a la fe. Las acciones a menudo hablan más fuerte que las palabras, y una vida que ejemplifica el amor de Cristo puede ser un testimonio poderoso del Evangelio.

Dependencia del Espíritu Santo

Jesús también instruyó a Sus discípulos a depender del Espíritu Santo para la guía y el empoderamiento en compartir el Evangelio. Antes de Su ascensión, les dijo:

"Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra." (Hechos 1:8, NVI)

El Espíritu Santo juega un papel crucial en la evangelización, proporcionando a los creyentes la valentía, sabiduría y discernimiento necesarios para compartir el Evangelio de manera efectiva. Esta dependencia del Espíritu Santo asegura que el mensaje no se entregue solo a través del esfuerzo humano, sino a través del empoderamiento divino.

Enfoque Inclusivo y Compasivo

Las interacciones de Jesús con varias personas demuestran un enfoque inclusivo y compasivo para compartir el Evangelio. Él se acercó a aquellos marginados por la sociedad, como los recaudadores de impuestos, los pecadores y los enfermos. Por ejemplo, Su llamado a Mateo, un recaudador de impuestos, para ser Su discípulo (Mateo 9:9-13) y Su sanación del leproso (Marcos 1:40-45) ilustran Su disposición a relacionarse y transformar las vidas de aquellos considerados marginados.

Este enfoque nos enseña que el Evangelio es para todos, independientemente de su estatus social, errores pasados o circunstancias actuales. Los cristianos están llamados a compartir el Evangelio con amor y compasión, derribando barreras y extendiendo gracia a todos.

El Papel de la Comunidad

Jesús también enfatizó la importancia de la comunidad en compartir el Evangelio. Envió a Sus discípulos de dos en dos (Marcos 6:7) y estableció la iglesia primitiva como una comunidad de creyentes que se apoyaban y alentaban mutuamente. El aspecto comunitario de la fe es vital para una evangelización efectiva, ya que proporciona un sistema de apoyo tanto para el evangelizador como para el nuevo creyente.

La iglesia primitiva, como se describe en Hechos 2:42-47, ejemplifica este enfoque comunitario. Los creyentes se dedicaban a la enseñanza de los apóstoles, la comunión, el partimiento del pan y la oración. Su unidad y amor mutuo atrajeron a otros a la fe, demostrando que una comunidad fuerte y amorosa puede ser un testimonio poderoso del Evangelio.

Oración e Intercesión

Jesús a menudo oraba por otros y enseñó a Sus discípulos a hacer lo mismo. En Juan 17, Él ora por Sus discípulos y por todos los futuros creyentes, pidiendo su protección, unidad y santificación. Esta oración intercesora destaca la importancia de orar por aquellos a quienes buscamos alcanzar con el Evangelio.

La oración es un componente vital de la evangelización, ya que invita la intervención y guía de Dios. Al orar por otros, los cristianos pueden buscar la sabiduría de Dios sobre cómo acercarse a ellos, pedir corazones y mentes abiertas, y confiar en Su poder para lograr la transformación.

Conclusión

En resumen, las instrucciones de Jesús sobre compartir el Evangelio son multifacéticas, abarcando mandatos directos, testimonio personal, parábolas, una vida de integridad, dependencia del Espíritu Santo, inclusividad, comunidad y oración. Sus enseñanzas proporcionan un marco integral para la evangelización que es tanto práctico como profundamente espiritual.

Al seguir el ejemplo e instrucciones de Jesús, los cristianos pueden compartir el Evangelio de manera efectiva, de una manera que sea amorosa, compasiva y transformadora. El objetivo no es solo transmitir información, sino invitar a otros a una relación que cambie la vida con Jesucristo. A medida que los creyentes viven el Evangelio y dependen del Espíritu Santo, pueden confiar en que Dios obrará a través de ellos para atraer a otros hacia Él.

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