La cuestión de cuántos hermanos y hermanas tuvo Jesús es una que ha intrigado a eruditos, teólogos y creyentes durante siglos. El Nuevo Testamento proporciona alguna información, pero también deja espacio para la interpretación y el debate. Para abordar esta cuestión, debemos adentrarnos en los textos bíblicos, considerar contextos históricos y culturales, y explorar diversas perspectivas teológicas.
Las fuentes primarias de información sobre los hermanos de Jesús se encuentran en los Evangelios de Mateo y Marcos. En Mateo 13:55-56, leemos: "¿No es este el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María? ¿Y no son sus hermanos Santiago, José, Simón y Judas? ¿Y no están todas sus hermanas con nosotros?" De manera similar, Marcos 6:3 afirma: "¿No es este el carpintero, el hijo de María y hermano de Santiago, José, Judas y Simón, y no están sus hermanas aquí con nosotros?" Estos pasajes sugieren que Jesús tenía al menos cuatro hermanos llamados Santiago, José (o Joses), Simón y Judas (o Judas), así como un número no especificado de hermanas.
La mención de los hermanos de Jesús plantea varias preguntas. Una de las más significativas es si estos hermanos eran hermanos y hermanas de sangre, medio hermanos o quizás incluso primos. Esta cuestión ha sido objeto de debate teológico, particularmente entre diferentes ramas del cristianismo.
Las tradiciones católica romana y ortodoxa oriental han sostenido históricamente la doctrina de la virginidad perpetua de María, que afirma que María permaneció virgen durante toda su vida. Para reconciliar esta creencia con los textos bíblicos, estas tradiciones a menudo interpretan el término "hermanos" (griego: adelphoi) como refiriéndose a parientes cercanos, como primos, en lugar de hermanos biológicos. Esta interpretación se apoya en el hecho de que la palabra griega adelphoi puede usarse de manera más amplia para describir parentescos más allá de la familia inmediata. Además, algunos Padres de la Iglesia temprana, como Jerónimo, argumentaron que estos "hermanos" eran en realidad los hijos de otra María, posiblemente una cuñada o un pariente de la madre de Jesús.
En contraste, muchas tradiciones protestantes interpretan estos pasajes de manera más literal, sugiriendo que los hermanos y hermanas de Jesús eran de hecho sus hermanos biológicos, nacidos de María y José después del nacimiento de Jesús. Esta visión se apoya en la lectura simple de los textos del Evangelio y la ausencia de cualquier declaración bíblica explícita sobre la virginidad perpetua de María. Además, las referencias a los hermanos y hermanas de Jesús en los Evangelios se presentan de manera directa, sin ninguna indicación de una relación familiar metafórica o extendida.
Otra perspectiva, menos común pero aún presente en algunos círculos teológicos, es la teoría del "hermanastro". Esta visión postula que José, el padre terrenal de Jesús, pudo haber sido viudo con hijos de un matrimonio anterior antes de casarse con María. Por lo tanto, los "hermanos" y "hermanas" de Jesús serían sus hermanastros. Esta teoría intenta reconciliar los textos bíblicos con la doctrina de la virginidad perpetua de María, al tiempo que mantiene una interpretación literal de los relatos evangélicos.
Independientemente de la interpretación, está claro a partir de los relatos evangélicos que Jesús tenía una red familiar que incluía a individuos referidos como sus hermanos y hermanas. Este contexto familiar es significativo por varias razones. Primero, sitúa a Jesús dentro de una familia real e histórica, enfatizando su humanidad y su experiencia de la vida ordinaria. Las interacciones de Jesús con su familia son parte de la narrativa más amplia de su ministerio y misión.
Los Evangelios ofrecen vislumbres de la dinámica entre Jesús y su familia. En Juan 7:3-5, por ejemplo, vemos que sus hermanos inicialmente no creían en él, lo que subraya los desafíos y malentendidos que Jesús enfrentó incluso entre los más cercanos a él: "Entonces sus hermanos le dijeron: 'Sal de aquí y ve a Judea, para que también tus discípulos vean las obras que haces. Porque nadie hace algo en secreto si busca ser conocido abiertamente. Si haces estas cosas, muéstrate al mundo.' Porque ni siquiera sus hermanos creían en él." Este pasaje destaca el escepticismo y quizás incluso la tensión que existía dentro de su familia con respecto a su identidad y misión.
Sin embargo, la narrativa de la familia de Jesús no termina con la incredulidad. El Libro de los Hechos y otros escritos del Nuevo Testamento proporcionan evidencia de que al menos algunos de los hermanos de Jesús se convirtieron en figuras prominentes en la comunidad cristiana primitiva. Santiago, por ejemplo, es mencionado como un líder en la iglesia de Jerusalén. Hechos 15:13 y Gálatas 1:19 mencionan a Santiago, el hermano de Jesús, en contextos que sugieren su papel significativo en la iglesia primitiva. Esta transformación del escepticismo al liderazgo dentro de la iglesia es un poderoso testimonio del impacto de la resurrección de Jesús y la difusión del Evangelio.
Además de los textos bíblicos, los contextos históricos y culturales también pueden arrojar luz sobre la cuestión de los hermanos de Jesús. En la sociedad judía del siglo I, las estructuras familiares a menudo eran extendidas, y los términos para las relaciones familiares podían abarcar una amplia gama de lazos de parentesco. Este trasfondo cultural permite la posibilidad de que el término "hermanos" pueda entenderse de diversas maneras, dependiendo de las normas familiares y sociales de la época.
Además, la cuestión de los hermanos de Jesús toca temas teológicos más amplios, como la naturaleza de la familia, la comunidad y el discipulado en la fe cristiana. El mismo Jesús redefinió el concepto de familia en términos espirituales. En Mateo 12:48-50, cuando le dijeron que su madre y sus hermanos lo buscaban, Jesús respondió: "¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?" Y extendiendo su mano hacia sus discípulos, dijo: "Aquí están mi madre y mis hermanos. Porque cualquiera que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ese es mi hermano, hermana y madre." Esta declaración enfatiza la familia espiritual formada por aquellos que siguen la voluntad de Dios, trascendiendo los lazos biológicos.
En conclusión, la cuestión de cuántos hermanos y hermanas tuvo Jesús es compleja, con diversas interpretaciones e implicaciones teológicas. Los textos bíblicos sugieren que Jesús tuvo al menos cuatro hermanos y un número no especificado de hermanas. Sin embargo, la naturaleza exacta de estas relaciones, ya sean biológicas, hermanastros o parientes extendidos, sigue siendo una cuestión de interpretación. Lo que está claro es que la familia de Jesús desempeñó un papel en su vida terrenal y ministerio, y algunos de sus hermanos se convirtieron en figuras influyentes en la iglesia primitiva. En última instancia, la discusión sobre los hermanos de Jesús invita a los creyentes a reflexionar sobre la naturaleza de la familia, tanto biológica como espiritual, y el llamado a seguir a Cristo como parte de la familia más amplia de Dios.