Felipe, una de las figuras prominentes en el Nuevo Testamento, es mencionado en varios pasajes clave a lo largo de la Biblia. Su historia se encuentra principalmente en los Hechos de los Apóstoles, pero también hay referencias a él en los Evangelios. Comprender el papel y las contribuciones de Felipe proporciona valiosas ideas sobre la iglesia cristiana primitiva y su expansión.
Felipe aparece por primera vez en el Evangelio de Juan, donde se le presenta como uno de los doce apóstoles. Jesús llama a Felipe a seguirlo, y Felipe responde con entusiasmo. En Juan 1:43-45, leemos:
"Al día siguiente, Jesús decidió ir a Galilea. Encontró a Felipe y le dijo: 'Sígueme.' Felipe era de Betsaida, la ciudad de Andrés y Pedro. Felipe encontró a Natanael y le dijo: 'Hemos encontrado a aquel de quien Moisés en la Ley y también los profetas escribieron, Jesús de Nazaret, el hijo de José.'"
Este pasaje destaca el reconocimiento inmediato de Felipe de Jesús como el Mesías y su entusiasmo por compartir la noticia con Natanael. El papel de Felipe como apóstol se ilustra aún más en Juan 6:5-7, donde Jesús pone a prueba la fe de Felipe durante la alimentación de los cinco mil:
"Alzando los ojos y viendo que una gran multitud venía hacia él, Jesús dijo a Felipe: '¿Dónde compraremos pan para que coman estos?' Esto lo dijo para probarlo, porque él mismo sabía lo que iba a hacer. Felipe le respondió: 'Doscientos denarios de pan no serían suficientes para que cada uno de ellos recibiera un poco.'"
La preocupación práctica de Felipe sobre la logística de alimentar a la multitud contrasta con la provisión milagrosa de Jesús, mostrando la perspectiva humana de Felipe y el poder divino de Jesús.
Otra mención significativa de Felipe ocurre en Juan 14:8-9, donde le pide a Jesús que muestre a los discípulos al Padre:
"Felipe le dijo: 'Señor, muéstranos al Padre, y nos basta.' Jesús le dijo: '¿Tanto tiempo he estado con ustedes, y todavía no me conoces, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: