La cuestión de las edades de María y José en el momento de su matrimonio es una que ha intrigado a eruditos, teólogos y creyentes durante siglos. Los propios Evangelios no proporcionan edades específicas para María y José, dejándonos depender del contexto histórico, las prácticas culturales de la época y los escritos cristianos tempranos para hacer conjeturas fundamentadas.
En la cultura judía del primer siglo, era común que las niñas se casaran en su adolescencia temprana o media. Esta práctica se debía en gran medida a las normas sociales y a la expectativa de que las mujeres tuvieran hijos poco después de alcanzar la pubertad. Dado este contexto, es razonable sugerir que María probablemente estaba en su adolescencia temprana o media cuando fue desposada con José. Esta edad se alinearía con las prácticas culturales de la sociedad judía durante ese período, donde el desposorio era un compromiso formal que a menudo ocurría antes de que la niña alcanzara la plena madurez.
La edad de José, sin embargo, es un poco más especulativa. En muchas representaciones cristianas tradicionales, José a menudo es retratado como un hombre mayor, a veces significativamente mayor que María. Esta imagen está influenciada en parte por textos apócrifos, como "El Protoevangelio de Santiago", que es un escrito cristiano temprano que sugiere que José era un anciano viudo elegido para ser el guardián y esposo de María. Esta representación servía para enfatizar la virginidad perpetua de María sugiriendo que José, al ser mayor, era menos probable que tuviera relaciones maritales con ella.
Sin embargo, otros eruditos argumentan que José probablemente era un hombre joven, quizás en su adolescencia tardía o en sus veinte años. Esta perspectiva se alinea con la edad típica para que los hombres judíos se casaran en ese momento, ya que necesitarían ser lo suficientemente mayores para mantener a una familia y cumplir con las responsabilidades de un esposo. Se esperaba que los hombres jóvenes hubieran establecido algún nivel de estabilidad económica, a menudo a través del aprendizaje de un oficio, antes de asumir las responsabilidades del matrimonio.
El Evangelio de Mateo nos proporciona el relato más detallado del papel de José en la historia de la natividad. Destaca su rectitud y su decisión inicial de divorciarse de María en silencio al enterarse de su embarazo, antes de que un ángel lo tranquilizara sobre la naturaleza divina de su concepción (Mateo 1:18-25). Esta narrativa retrata a José como un hombre justo y compasivo, cualidades que se esperarían de un hombre joven listo para formar una familia en lugar de un anciano viudo.
Aunque las edades exactas de María y José siguen siendo desconocidas, reflexionar sobre sus roles y responsabilidades dentro del contexto de su tiempo puede ofrecernos una comprensión más profunda de sus caracteres y la importancia de su historia. La juventud de María, junto con su profunda fe y aceptación del plan de Dios, como se expresa en su Magnificat (Lucas 1:46-55), subraya su extraordinaria confianza y obediencia. La decisión de José de permanecer al lado de María, a pesar de las implicaciones sociales de su embarazo, ilustra su profunda fe y compromiso con la voluntad de Dios.
Además de los textos bíblicos, la literatura cristiana temprana y las tradiciones han moldeado nuestra comprensión de las edades de María y José. Los Padres de la Iglesia y varios escritos apócrifos han contribuido a la percepción de José como un hombre mayor, aunque estas fuentes no se consideran canónicas. Estas narrativas a menudo se elaboraron para apoyar puntos teológicos, como la importancia de la virginidad de María, en lugar de proporcionar precisión histórica.
El matrimonio de María y José es un ejemplo profundo de fe y obediencia a la voluntad de Dios, independientemente de sus edades. Sirve como un modelo para el matrimonio cristiano, enfatizando el respeto mutuo, la confianza y un compromiso compartido con un propósito superior. Su historia invita a los creyentes a reflexionar sobre la naturaleza del llamado divino y el coraje necesario para abrazarlo, incluso cuando desafía las expectativas sociales.
En conclusión, aunque nunca podamos conocer las edades precisas de María y José en el momento de su matrimonio, comprender el contexto cultural e histórico nos permite apreciar la importancia de sus roles en la narrativa bíblica. Su historia es un testimonio del poder de la fe y el impacto transformador de decir "sí" al llamado de Dios, una lección que resuena con los cristianos a lo largo de los siglos.