La historia de Jesús maldiciendo la higuera es un episodio fascinante y profundo que se encuentra en el Evangelio de Mateo, específicamente en Mateo 21:18-22. Este pasaje ha intrigado a eruditos, teólogos y lectores laicos por igual durante siglos, ofreciendo una gran cantidad de ideas y lecciones espirituales. Como pastor cristiano no denominacional, creo que esta historia proporciona múltiples capas de significado, incluidas lecciones sobre la fe, el juicio y la fructificación espiritual.
Primero, revisitemos el pasaje en sí:
"Por la mañana temprano, cuando Jesús regresaba a la ciudad, tuvo hambre. Al ver una higuera junto al camino, se acercó a ella, pero no encontró nada en ella excepto hojas. Entonces le dijo: '¡Nunca más vuelvas a dar fruto!' Inmediatamente la higuera se secó. Cuando los discípulos vieron esto, se asombraron. '¿Cómo se secó la higuera tan rápidamente?' preguntaron. Jesús respondió: 'De cierto os digo, si tenéis fe y no dudáis, no solo podéis hacer lo que se hizo a la higuera, sino también podéis decir a este monte: