¿Qué dice Mateo 17:21?

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Mateo 17:21 es un versículo que ha generado considerable discusión y contemplación dentro de la comunidad cristiana. En muchas traducciones modernas de la Biblia, encontrarás que Mateo 17:21 está ausente o incluido como una nota al pie. Esto se debe a que el versículo no se encuentra en algunos de los manuscritos griegos más antiguos y confiables del Nuevo Testamento. Sin embargo, está presente en la Versión King James (KJV) y en algunas otras traducciones. El versículo dice: "Pero este género no sale sino con oración y ayuno."

Para entender la importancia de este versículo, es esencial observar el contexto en el que aparece. Mateo 17 cuenta la historia de Jesús sanando a un niño poseído por un demonio después de que sus discípulos no pudieron hacerlo. Los discípulos preguntaron a Jesús en privado por qué no pudieron expulsar al demonio, y Jesús respondió en el versículo 20: "Por vuestra incredulidad; porque de cierto os digo que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible." En algunas traducciones, el versículo 21 sigue a esto, añadiendo que "este género" de demonio solo puede ser expulsado con oración y ayuno.

La inclusión de este versículo en algunos manuscritos y su ausencia en otros ha llevado a los estudiosos a debatir su originalidad. La mayoría de los estudiosos bíblicos están de acuerdo en que los manuscritos más antiguos y confiables del Evangelio de Mateo no incluyen este versículo. En consecuencia, muchas traducciones modernas, como la Nueva Versión Internacional (NIV) y la Versión Estándar Inglesa (ESV), omiten el versículo o lo colocan en una nota al pie.

A pesar de la incertidumbre textual, el concepto de la oración y el ayuno como disciplinas espirituales poderosas está bien respaldado en toda la Biblia. En el relato paralelo encontrado en Marcos 9:29, Jesús dice explícitamente: "Este género con nada puede salir, sino con oración y ayuno." Esto sugiere que el principio detrás de Mateo 17:21 es consistente con las enseñanzas de Jesús en otras partes de los Evangelios.

La oración y el ayuno se consideran medios para profundizar la fe y la dependencia de Dios. El ayuno, en particular, a menudo se asocia con humillarse ante Dios, buscar Su guía e intensificar el enfoque espiritual. En el Antiguo Testamento, el ayuno se conecta frecuentemente con el arrepentimiento y la búsqueda del favor de Dios, como se ve en las historias de Ester (Ester 4:16) y Daniel (Daniel 9:3). En el Nuevo Testamento, Jesús mismo ayunó durante cuarenta días y noches en el desierto antes de comenzar su ministerio público (Mateo 4:2).

El énfasis en la oración y el ayuno en Mateo 17:21, por lo tanto, se alinea con la narrativa bíblica más amplia que destaca estas prácticas como medios para acercarse a Dios y acceder a Su poder. Cuando Jesús menciona que "este género" de demonio solo puede ser expulsado con oración y ayuno, subraya la necesidad de preparación espiritual y dependencia en la fuerza de Dios en lugar de en las propias habilidades.

Desde una perspectiva pastoral, la lección que se puede extraer de Mateo 17:21 es multifacética. En primer lugar, nos enseña sobre la importancia de la fe. La reprensión de Jesús a la incredulidad de los discípulos en el versículo 20 destaca que la fe, incluso tan pequeña como un grano de mostaza, tiene el potencial de lograr grandes cosas. La fe no es meramente un asentimiento intelectual, sino una profunda confianza en el poder de Dios y en Su disposición para actuar.

En segundo lugar, el versículo enfatiza la necesidad de disciplinas espirituales. La oración y el ayuno no son fórmulas mágicas, sino medios para alinear nuestros corazones con la voluntad y los propósitos de Dios. Nos ayudan a cultivar una postura de humildad y dependencia de Dios, lo cual es crucial en la guerra espiritual. El acto de ayunar, en particular, es una forma de negarse a uno mismo y enfocarse más intensamente en buscar a Dios. Es una práctica que puede llevar a una mayor sensibilidad al Espíritu Santo y a una experiencia más profunda de la presencia de Dios.

En tercer lugar, este pasaje sirve como un recordatorio de la realidad de la guerra espiritual. La incapacidad de los discípulos para expulsar al demonio ilustra que algunas batallas espirituales requieren más que un enfoque casual. Necesitan un nivel más profundo de compromiso y preparación espiritual. Efesios 6:12 nos recuerda que "no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes." Por lo tanto, estar equipados con disciplinas espirituales como la oración y el ayuno es vital para enfrentar tales batallas.

En términos prácticos, ¿cómo pueden los cristianos aplicar las lecciones de Mateo 17:21 en sus vidas hoy? En primer lugar, implica cultivar un estilo de vida de fe. Esto significa confiar en las promesas de Dios y en Su poder para obrar en y a través de nosotros. También significa ser persistentes en la oración, como Jesús enseñó en Lucas 18:1-8, donde compartió la parábola de la viuda persistente para ilustrar la importancia de no rendirse en la oración.

En segundo lugar, incorporar el ayuno en las prácticas espirituales puede ser beneficioso. Aunque el ayuno no se practica tan comúnmente en algunas tradiciones cristianas hoy en día, sigue siendo una forma poderosa de buscar la guía de Dios y humillarse ante Él. Ya sea un ayuno parcial, un ayuno completo o ayunar de ciertas actividades, el objetivo es acercarse más a Dios y buscar Su voluntad con más fervor.

Por último, reconocer la realidad de la guerra espiritual debería llevar a los cristianos a estar vigilantes y preparados. Esto implica ponerse toda la armadura de Dios, como se describe en Efesios 6:10-18, que incluye el cinturón de la verdad, la coraza de justicia, el evangelio de la paz, el escudo de la fe, el casco de la salvación y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios. Estar fundamentados en las Escrituras y vivir una vida de justicia y fe son esenciales para mantenerse firmes contra los planes del enemigo.

En conclusión, aunque Mateo 17:21 puede no estar presente en todos los manuscritos bíblicos, el principio que transmite está profundamente arraigado en las Escrituras. La oración y el ayuno son disciplinas espirituales vitales que permiten a los creyentes profundizar su fe, alinear sus corazones con la voluntad de Dios y participar eficazmente en la guerra espiritual. La enseñanza de Jesús en este pasaje nos llama a un nivel más alto de preparación espiritual y dependencia de Dios, recordándonos que algunas batallas espirituales requieren más que medidas ordinarias. Al cultivar un estilo de vida de fe, incorporar el ayuno en nuestras prácticas espirituales y estar vigilantes en la guerra espiritual, podemos experimentar la plenitud del poder y la presencia de Dios en nuestras vidas.

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